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Agosto de 2015: Temblor y temor

por The Oil Crash Hace 8 años
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Este mes de Agosto de 2015 ha supuesto un cambio importante. Así como en los meses previos veíamos cómo los problemas se acumulaban y se añadían nuevos puntos de tensión y fricción, y en Julio se hacía evidente que algunos grandes cambios ya estaban en marcha, en este mes de Agosto se han comenzado a sufrir las consecuencias de tantos problemas. El cambio, por tanto, no es un cambio de tendencia, que se mantiene inalterable: es un cambio en el nivel de las consecuencias, que comienzan a ser más evidentes.

Como cabía esperar, los medios generalistas ha tratado estos problemas como si fueran cuestiones desconectadas, como si se tratasen de crisis independientes aunque aceptando que todos ellos tienen una magnitud bastante considerable. Sin embargo, una aproximación crítica a lo que está sucediendo muestra que las múltiples crisis no son más que las múltiples facetas de un solo problema, de una gran crisis que hunde sus raíces en un punto histórico; un punto en el cual nuestra manera de concebir las relaciones de producción e intercambio, nuestro sistema económico, está llegando a un punto en el que no es que el sistema sea insostenible (siempre fue insostenible, lo cual quiere decir que no se podía mantener indefinidamente en el tiempo) sino que se está volviendo ya inestable y amenaza de colapsar. Por desgracia, la actitud dogmática (casi se podría decir religiosa) del pensamiento económico actual impide que se puedan cuestionar los fundamentos perfectamente cuestionables de nuestro sistema económico, con consecuencias funestas. Pero analicemos ya estos problemas que están empezando a desbordarse.

La última semana de Agosto las bolsas mundiales dieron un primer susto. Después de una semana anterior muy mala en los mercados asiáticos, en la tónica de la evolución de los últimos meses, el lunes 24 de Agosto las bolsas de todo el mundo registraron pérdidas muy importantes, comenzando por la bolsa de Shanghai. El martes se avecinaba tan negro como lunes, pues a la apertura el mercado chino caía también a plomo, pero los estabilizadores del mercado entraron en acción. Las grandes compañías que velan por el buen hacer de los mercados bursátiles se gastaron millones de dólares para estabilizar el mercado, aprovechando también que en Agosto el volumen de contratación es inferior al de otros meses y que con menos dinero se consigue mayor variación. A pesar de las absurdas explicaciones que se dieron, sobre todo para explicar la "recuperación" del martes y el resto de la semana (según decían, porque el Banco de China ha reducido los tipos y eso fomentará la inversión, a pesar de que no fue precisamente la bolsa china la que se recuperó, sino las europeas y la estadounidense), se está hablando cada vez más claramente del verdadero problema de fondo: que se está produciendo un frenazo económico considerable a escala global. De entrada, el parón de China es un fenómeno de una escala mundial: piensen que el 40% del crecimiento económico global del año pasado fue debido a ese país. Pero es que además también se empieza a reconocer que la caída del precio de las materias primas no sólo está perjudicando a los países que viven de su exportación sino que pone en peligro el buen curso económico global (contrariamente al habitual mensaje de que si es barato el petróleo, el carbón, el cobre, el acero, etc es bueno para la economía global). Todos estos problemas refieren a lo mismo: hay un problema de demanda - en el caso de China, porque las clases medias de las economías occidentales tienen cada vez menos renta disponible y no están muy dispuestas a gastársela en productos innecesarios; y en el caso de las economías exportadoras de materias primas, doblemente, por el frenazo chino y por la caída del consumo occidental. A pesar de los esforzados mensajes de tranquilidad que se imparten desde los cenáculos económicos, la realidad es que se ve cada vez más claro que hay una gran recesión en ciernes. Y como era de esperar, la evolución de la bolsa en la última jornada de Agosto y la primera de Septiembre no ha sido tan boyante, y el retroceso poco a poco se consolida. Síntoma de un otoño que se prevé movido.

Durante este mes de Agosto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha reconocido abiertamente en su último Oil Market Report que ya ha comenzado el declive de la producción de petróleo por fracking en los EE.UU. A pesar de la evidencia que se acumula (que la demanda no está siguiendo los patrones esperados y que la oferta, al final, está comenzando a disminuir, porque a estos precios el negocio del petróleo es ruinoso, lo cual nos lleva, como saben, a la espiral), se sigue hablando de sobreoferta cuando en realidad lo que hay es subdemanda, que de acuerdo con el OMR ya es de unos 3 Mb/d.

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En esa gráfica, las últimas 7 barras representan la previsión de la AIE para los próximos trimestres. La línea verde corresponde a la producción de petróleo, la amarilla a la demanda, y las barras azules son los cambios en los stocks (el petróleo almacenado), que están directamente relacionados con la diferencia entre oferta y demanda. Como ven, el problema actual ha estado originado porque la demanda no ha seguida por donde estaba previsto y lleva sin crecer desde hace casi un año; de hecho, ha descendido un poco. Delante de esta situación, lo que prevé la AIE es un estancamiento de la producción durante los próximos 18 meses. Que es lo más parecido a un reconocimiento de la llegada del peak oil de todos los líquidos del petróleo (ya sabemos que el peak oil del petróleo crudo fue en 2005) que se puede esperar de la AIE. La congelación de la demanda es muy preocupante, teniendo en cuenta que en verano la demanda siempre aumenta; si, siguiendo el ciclo habitual, la demanda baja aún más en otoño, las perspectivas para los próximos meses son muy malas para el sector petrolero. Máxime si, como decía Bloomberg hace unos días, las compañías petrolíferas necesitan medio billón de dólares para sobrevivir. ¿De dónde sacarán esa cantidad de dinero? ¿Quién se lo va a dejar en el actual entorno de precios tan bajos? Para cuando las quiebras de empresas y países productores haga bajar la oferta y el precio vuelva a ser lo suficientemente elevado como para hacerlas viables ya será muy tarde para muchas de estas empresas. Por lo pronto, los trabajadores de Petrobras se han declarado en huelga indefinida.

El mes de Agosto ha sorprendido también a la miserable (aunque se resista a aceptarlo) Europa con una gravísima crisis migratoria. Si primero fueron las oleadas masivas de inmigrantes intentando pasar el Canal de la Mancha para llegar de Francia al Reino Unido, después la desesperación de miles de personas que intentan cruzar el Mediterráneo a bordo de precarias embarcaciones recrudeció con fuerza. Nada nuevo, en realidad; como bien saben en España e Italia, hace ya años que miles de personas perecen cada año intentando cruzar de la orilla sur a la norte. Sólo resulta que ahora el flujo migratorio se ha desplazado algo hacia el Este, y también que los que intentan huir de la miseria y la destrucción son étnicamente demasiado parecidos a los europeos del sur. En realidad, ni siquiera cuando los que perecían ahogados tenían una tez más morena la razón para dejarlos morir como perros era étnica; siempre ha sido económica (lo cual no la hace menos abominable). También como novedad, no sólo están entrando por el mar, sino también por tierra, sobre todo los refugiados que huyen de Siria (un país que pasó recientemente su propia bancarrota petrolífera). Y eso está llevando a que no se pueda dejar todo a la barrera del mar, que eliminaba físicamente el problema simplemente con que los países europeos no hicieran nada. Ahora sí que tienen que hacer algo, y lo hacen: contener la masa migratoria con la fuerza. Aquí se ha visto cuál es la verdadera catadura de los gobiernos europeos, por si alguien tuviera alguna duda: gases lacrimógenos, material antidisturbios, alambradas especialmente diseñadas para lacerar la carne con mayor daño y efectividad, y muros, muchos muros, de ladrillo y de papel, de crueldad y de indiferencia. Para dejar claro de qué va todo esto, el Gobierno de Hungría anunció hoy mismo que devolverá a todos aquellos que considere "inmigrantes económicos", es decir, a los pobres de solemnidad. Mientras tanto, el resto de países discuten sobre qué cuota de inmigrantes sirios están dispuestos a aceptar; por ejemplo España no quiere alojar a los 4.500 que se le quieren asignar, sino sólo 1.500. A eso hemos llegado, aunque presiento que aún no hemos tocado fondo. Lo más triste de todo esto es que, viendo el trato que se dispensa a los pobres desgraciados que lo han perdido todo al colapsar su país, ya sabemos qué podremos esperar nosotros mismos cuando sigamos ese mismo camino. Quizá la furibunda y poco caritativa reacción de los gobiernos europeos se deba, justamente, al terror que produce verse reflejado en los otros, que no son tan otros como nos gustaría.

Y la crisis climática también está recrudeciéndose. Comentábamos en Julio que en el Pacífico se había visto, por primera vez, tres huracanes o tifones simultáneos. Pues bien, en Agosto no sólo se ha repetido la efeméride, sino que encima esta vez los tres huracanes eran de categoría 4 (sobre 5). El sobrecalentamiento de las aguas del Pacífico con el advenimiento del ya denominado El Niño Godzilla es el responsable de que se haya subido la apuesta de Julio. Las previsiones apuntan a que probablemente en Diciembre tendremos un fenómeno de El Niño que será el más intenso en décadas, aunque aún hay alguna esperanza de que no supere al de 1997-98. Curiosamente, cuando se produce El Niño el Atlántico está más frío que la media y eso ayuda a que se disminuya la recurrencia de huracanes en esa cuenca oceánica; este año, sin embargo, el Atlántico también está marcando anomalías positivas de temperatura y sólo la cizalladura vertical del viento evita que se produzcan más huracanes en esa cuenca; sin embargo, eso también hace que la temperatura superficial del océano continúe subiendo y por tanto cuando cambie el régimen de vientos se producirán más huracanes. No descarten, por tanto, observar fuertes huracanes en el Atlántico hacia el fin de la temporada (Octubre-Noviembre).

Y los problemas políticos continúan escalando. De un lado, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, viendo perdido una gran parte de su apoyo inicial y con su partido escindido, decidió renunciar y convocar elecciones para el 20 de Septiembre; en ese momento se verá cuál es la factura que le pasa lo que muchos consideran su cesión frente al saqueo del gran capital. Entre tanto, el conflicto entre Cataluña y España sigue imparable su marcha hacia yo no sé muy bien dónde. Por una parte, el president Artur Mas ha convocado ya las elecciones para el próximo 27 de Septiembre, recalcando el carácter plebiscitario de esos comicios. Es decir, que en vez de servir para elegir el parlamento regional de Cataluña, el apoyo relativo que reciban las diferentes opciones políticas servirían, a decir de los proponentes de la independencia de Cataluña, como un sucedáneo de referéndum de autodeterminación. Para reforzar este hecho, el partido del president, CDC, y el principal partido de la oposición, ERC, ambos independentistas, han renunciado a presentar una lista propia y presentan una conjunta, en la que también entran personalidades de la sociedad catalana no vinculadas en principio al juego partidista (aunque en esta lista conjunta no ha entrado el tercer partido independentista, la CUP, más pequeño, más de izquierdas y claramente anticapitalista). En España están empezando por fin a verle las orejas al lobo, pues esta lista conjunta podría, según las encuestas, arrastrar entre el 35 y el 45% de los votos, y junto con la CUP podrían moverse entre el 38 y el 50% de los votos. Dado que no todas las otras opciones son claramente unionistas, y que la lista conjunta será, sin duda, el partido más votado con diferencia, el problema de legitimidad que se va a plantear a partir del día 27 es de aúpa. Toda la discusión ulterior va a depender de cuán lejos o cerca se quede el bloque independentista de ese mágico 50% de los votos que en realidad no define nada pero en la práctica lo va a definir todo. Por eso, muchos medios españoles se han lanzado a una campaña por intentar espolear el voto unionista, algunos apelando al miedo, otros al odio, otros haciendo comparativas odiosas, en algunos casos prometiendo mejoras en el autogobierno de Cataluña que, a estas alturas, son insuficientes para los que ya no se conforman con nada menos que la independencia. Permanezcan atentos, pues este mes será decisivo no sólo para el futuro de Grecia, de España y de Cataluña, sino para el de muchos otros territorios europeos que se verán afectados por los sucesos que se desarrollen en estos lugares.


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