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El gráfico semanal: China se une a la euforia bursátil

por Renta 4 Hace 3 años
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El oro ha seguido brillando esta semana, protagonizando la quinta semana consecutiva de ganancias y superando de forma limpia los 1.800 dólares por onza, su nivel más alto desde septiembre de 2011.

Pero sin duda, la gran novedad ha sido el fuerte despegue de la Bolsa china, que empezaba la semana el pasado lunes con una subida del 5,7% en el Shanghai Composite. Las subidas, aunque más suaves, se prolongaron en las sesiones siguientes, hasta la sesión de cierre semanal del viernes, en la que hubo un ligero recorte.

La subida semanal del Shanghai Composite ha sido del 7,3%, superior incluso a la del 4% de la Bolsa tecnológica Nasdaq, que impulsada por los grandes valores como Amazon, Apple o Microsoft, y por otros no tan grandes como Tesla o Square, ha seguido batiendo récords históricos todos los días de la semana pasada.

Las tecnológicas han sido, sin discusión, las grandes ganadoras de la crisis del coronavirus. Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet capitalizan hoy un 40 por ciento más que todo el EuroStoxx 50 y su tamaño es 10 veces el del Ibex 35, tras subir casi un 65 por ciento desde los mínimo marcados por las bolsas a mediados de marzo y acumulan ganancias del 40 por ciento en 2020, situándose en zona de máximos históricos en todos las casos excepto en el de Alphabet.

Pero tal vez China nos quiera recordar que su economía ha sido la primera en salir de la pandemia. Tal vez le haya salido un competidor al Nasdaq a la hora de atraer el dinero de los inversores globales. La Bolsa china, impulsada el pasado lunes por comentarios de Fuentes gubernamentales invitando a los ahorradores chinos a poner su dinero en acciones chinas, podría estar aspirando a recoger una parte de ese enorme flujo de dinero que hay en el sistema global y que en un mundo de tipos de interés cero o negativos no sabe dónde invertir. Parece obvio que el interés del Gobierno chino y en particular de su presidente Xi Jinping es convertir a los mercados financieros chinos en un polo de atracción de capitales, reforzando así su pretensión de liderazgo global.

Podemos dudar, sin embargo, de que la economía y las Bolsas chinas estén suficientemente preparadas para tomar el relevo a Wall Street como receptores del gran dinero global.

Está por ver cómo evoluciona la situación de Hong Kong, tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad, que puede poner en riesgo su actual estatus de centro financiero verdaderamente internacional. Esta también por ver la sostenibilidad de la subida de las Bolsas de estos últimos días. Muchos recuerdan la espectacular subida del Shanghai Composite en los primeros meses de 2015, también alentada por el Gobierno, que dio pie a una posterior bajada en la segunda mitad de 2015, y en los tres años siguientes, hasta diciembre de 2018.

El Shanghai Composite es, junto al Nasdaq, el único índice importante que logra subir este año. El Nasdaq sube un 18,3% y el Shanghai Composite el 10,9% apoyado en este último caso en las fuertes subidas de la última semana.

Mantendríamos una actitud prudente ante esta súbita explosión alcista de la Bolsa china, antes de pensar en tomar posiciones.

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