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WEO 2013: El límite de la mentira

por The Oil Crash Hace 10 años
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Queridos lectores,

Como saben, la Agencia Internacional de la Energía tiene como función asesorar a los gobiernos de la OCDE en materia de política energética, con el fin, entre otros, de prevenir y evitar problemas de suministro de petróleo como los que se sufrieron durante los años 70 del siglo pasado. La AIE es reacia a reconocer que el peak oil ya está aquí, puesto que aceptarlo les llevaría a tener que recomendar la adopción de una serie de medidas que van contra nuestra sociedad de consumo en general, contra el BAU, y contra el mantra del crecimiento infinito. Sin embargo, las previsiones o escenarios que cada año hace la AIE, basados en modelos matemáticos que se alimentan con una plétora de datos que recogen sus estadísticos, llevaban desde 2005 pronosticando un rápido aumento de la producción de petróleo que no se acaba de producir, y así, a regañadientes, la AIE ha ido aceptando parcialmente la realidad. Así, en 2010 nos sorprendió con su reconocimiento de que el peak oil del petróleo crudo (el petróleo "de verdad", el que sale del subsuelo con un pozo convencional) fue hacia 2006, con esta gráfica que ha sido desde entonces la comidilla de los expertos de medio mundo:

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La situación, dijeron, no era tan alarmante porque el petróleo crudo permanecería en producción constante otros 25 años y los "otros líquidos del petróleo" (un batiburrillo de sucedáneos más o menos equivalentes y algunos petróleos más clásicos pero que requieren formas complicadas de extracción como el fracking) eran capaces de proporcionar ese petróleo extra que necesitamos. En 2012 en la AIE dieron una pequeña vuelta de tuerca más y en su escenario central reconocieron que en realidad la producción de petróleo crudo ya estaba comenzando a bajar.

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Yo encontré esa gráfica muy reveladora, porque siguiendo su norma la AIE mezclaba volúmenes de sustancias muy diferentes, cada una de ellas con diferente contenido de energía y algunas mucho más costosas de producir que otras. Ello me llevó a escribir un post, "El Ocaso del Petróleo", en el que analizaba cuánta energía le quedaría de manera neta a la sociedad si se tomaba el escenario central de la AIE quitándole algunas de las hipótesis más infundadamente optimistas, y como recordarán lo que me quedó no era muy alentador:

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Este año quise hacer una actualización de "El Ocaso del Petróleo", dada la relevancia del tema tratado, pero en ninguna parte del informe anual WEO 2013 encontré una gráfica sobre la evolución de la producción de petróleo, lo cual me sorprendió un tanto. Encontré, eso sí, una gráfica que ya comentamos, muy reveladora de lo que les pasa por la cabeza a los técnicos de la AIE: cómo creen que evolucionaría la producción de todos los líquidos del petróleo, excluyendo los líquidos del gas natural, "si no se produce una inversión suficiente" (falta de inversión que, por cierto, reconocen que es uno de los males actuales):

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Pero ni en las tablas del informe ni en las de la anexa hoja de cálculo con los valores de las salidas de sus modelos se podía encontrar la producción desglosada de los diversos tipos de petróleo; todo lo que encontré fue la siguiente tabla de resumen en el informe:

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En la hoja de cálculo sólo aparecen más años, pero el nivel de detalle en cada año es el mismo. Llama la atención esa distinción entre "producción de petróleo" y "suministro de petróleo" (que permite incluir la siempre discutible categoría de "ganancias de refinado") y, curiosamente, que se deje a los bicombustibles fuera de la categoría de producción de líquidos de petróleo (y que, por fin, se les incluya por su equivalente en energía, aunque lo mismo se debería hacer con todas).

En fin, estaba resignado a no poder actualizar el análisis de "El Ocaso del Petróleo" cuando hace un par de semanas una conferencia de Mariano Marzo en la que estuve me puso sobre la pista para reconstruir esos datos. Lo que no sabía es que mis pesquisas me revelarían que la AIE, en su intento de no alamar a los Gobiernos y a los mercados, está a punto de cruzar una línea roja: la de la mentira pura y dura.

La reveladora gráfica que mostró Mariano Marzo era la figura 14.8 del último WEO 2013:

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Yo también la había visto, puesto que es la única que desglosa la producción de petróleo por tipos, pero en vez de dar la producción total da tan sólo los porcentajes. Hasta cierto punto esta gráfica que de manera artera nos roba la información esencial (la producción total) se la puede considerar una maniobra de encubrimiento lícito de las que suele hacer la AIE. Piensen que la Agencia está sometida a muchas presiones de organismos y Gobiernos diversos para que transmita un mensaje políticamente aceptable, aunque al mismo tiempo tiene que intentar ser fiel a la verdad, que en realidad quiere decir no decir mentiras flagrantes. Eso les lleva a retorcer sus afirmaciones hasta el punto de no decir mentira aunque induzcan a pensar cosas que no son ciertas (por ejemplo, que los EE.UU. exportarán petróleo en 2035). Tales florilegios son un tanto extraños desde una mentalidad mediterránea como la de la sociedad en la que vivo pero cobran perfecto sentido en países donde hay una palabra (inexistente en realidad en castellano) para designar la necesidad de rendir cuentas estrictas por la gestión realizada: accountability. Así pues, la AIE es especialista en no mentir pero sí en camuflar la verdad, no tanto por no revelarla (lo que también sería visto como algo reprobable) como por disimularla con un montón de datos irrelevantes. Incluso sus proyecciones de futuro son "escenarios", de los que en cada informe nos recuerdan que no se deben considerar previsiones sino ejercicios especulativos basados en unos modelos que siguen ciertas pautas. Toda la formulación verbal está dirigida a eludir posibles responsabilidades que se les pudiera exigir en un futuro. Yo respeto el trabajo que hacen en la AIE, porque intentar ser veraz y, más aún, prevenir de los peligros que se vienen, y al mismo tiempo lidiar con las mediocridades de las necesidades políticas de corto plazo es un trabajo muy difícil.

El caso es que de repente yo me acordé que de todas las categorías que aparecen en la gráfica hay una para las cuales se ofrecía en el WEO 2013 una gráfica bastante detallada de su evolución: el Petróleo Ligero de Roca Compacta, LTO por sus siglas en inglés:

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Por tanto, si yo tenía a cuántos millones de barriles de petróleo correspondía el LTO cada lustro de aquí a 2035, gráfica 14.11, y al tiempo qué porcentaje representa ese LTO del total de producción, gráfica 14.8, con unas sencillas reglas de tres podría conocer la producción de cada tipo de petróleo durante esos años y de acuerdo con el propio escenario de la AIE.

No les aburriré con todos los detalles del procedimiento, nada elaborado por lo demás: midiendo las alturas en píxeles de las barras de los gráficos (al estilo de lo que ya hice en "El Ocaso del Petróleo") y mediante reglas de tres deduje con cierta aproximación cuál había sido y se espera que sea la producción de LTO (en millones de barriles diarios, Mb/d) durante los años en cuestión:

2012 1,96

2020 4,66

2025 5,70

2030 5,90

2035 5,57

Por cierto que como ven la AIE espera que este tipo de petróleo llegará a su cenit sin ser jamás más de un 6% del petróleo total producido. Haciendo algo análogo con la gráfica 14.8 se tiene los siguientes porcentajes según el tipo de petróleo y año:

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Dado que para el año 2025 no hay datos he efectuado una interpolación lineal de los porcentajes entre 2020 y 2030, que como veremos no introduce demasiado error.

Usando la información de la producción de LTO extraída de la gráfica 14.11 obtengo que los valores de producción de los diversos tipos de petróleo serían:

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O, en forma de gráfica:

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Fíjense que aquí yo no estoy estimando el contenido energético de las categorías de petróleo (esta gráfica correspondería con la primera de las gráficas de "El Ocaso del Petróleo", la del volumen total), y aunque no incluye aún ni las (discutibles) ganancias de proceso ni los biocombustibles, la variación esperada de los mismos de 2030 a 2035 es mucho más pequeña que la caída de casi 7 Mb/d. Fíjense que yo simplemente estoy cruzando los datos de la AIE: esto es lo que su gráfica mostraría si la hubieran representado en coherencia con los porcentajes recogidos en la figura 14.8. En suma: los datos de la AIE nos indican, por primera vez para esta agencia, la llegada del Peak Oil en volumen, lo cual es un hito aún cuando la fecha indicada, 2030, es poco realista con lo que ahora sabemos.

Sin duda mi método implica cierto grado de error; sin embargo, al comparar mis previsiones con los datos del Anexo A (recogidos parcialmente en la tabla 14.1 que abre el post) se ve que este error es generalmente pequeño excepto para el año 2035 precisamente:

Diferencia porcentual de mi estimación respecto a los valores del Anexo A, tomando éstos como referencia

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Como es de esperar, el error relativo es típicamente mayor cuando más pequeña es la cantidad a la se le aplica. El año 2012 tiene alguna anomalía, posiblemente resultado de alguna revisión estadística de los datos de la Tabla 14.1 posterior a la elaboración de la gráfica 14.8, pero los años del 2020 al 2030 son bastante coherentes con mi estimación, lo cual es lógico porque no se revisan continuamente los escenarios. Las diferencias del año 2035 son muy grandes y metodológicamente difíciles de justificar, al ser la producción prevista de LTO aún bastante elevada (el error de la estimación también aumenta al disminuir el valor que estimo para la producción de LTO). Está claro que los valores del año 2035 han sido manipulados.

Hagamos ahora el ejercicio inverso: tomemos que los valores del Anexo A (lo que recoge parcialmente la tabla 14.1) son correctos y que también lo son los valores porcentuales de la gráfica 14.8; ¿qué valores de producción de los diversos tipos de petróleo nos resultarían? Pues los siguientes:

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y en forma de gráfica

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En suma, que para que se pueda dar en 2035 los valores totales de producción de petróleo no sólo tiene que aumentar el LTO; en realidad aumentan también los pesados, los NGL y, lo que al final es más importante, el petróleo crudo - que al fin y al cabo representa el mayor porcentaje de la producción- se mantiene estable en 65 Mb/d de 2030 a 2035. No por casualidad ésa es la marca que la AIE fijó como nivel de producción hacia 2035 en su informe del año 2012. Da la impresión de que de manera artificial se ha mantenido el nivel de petróleo crudo fijo en esos 65 Mb/d a los que llega en 2030, y que no se ha aumentado por encima de ese valor porque tal cambio de tendencia en la producción de petróleo crudo resultaría difícil de justificar.

Los números que este año tenía que presentar la AIE eran tan difíciles de hacer cuadrar que, por primera vez que yo recuerde, alguien ha tenido que alterar los números a mano para ocultar la verdad. Alguien ha tenido que mentir para que no se vea lo que ya no se puede disimular: que la carestía de petróleo ya emerge incluso en los modelos tan optimistas respecto a nuestro futuro que usa la AIE. Ya no se puede jugar más con los parámetros y conseguir que el modelo se ajuste a los datos presentes y al tiempo ofrezca unos datos esplendorosos sobre un futuro que sólo se aguanta sobre el papel. Ya ni eso se puede conseguir, y alguien ha tomado una decisión de gran calado, como es la de mentir pura y directamente, al estilo de lo que se suele hacer y continuamente algo más al sur.

Si esta información llega a trascender es de esperar alguna rectificación de la AIE, algún desmentido, una fe de errores que tratará de cuadrar lo incuadrable (pues para que no se observe la caída de la producción alguna categoría de petróleo tiene que aumentar su producción de manera poco razonable). A los técnicos que les toque arreglar este desaguisado me gustaría recordarles que, al final, alguien tendrá que rendir cuentas por esas manipulaciones, las cuales serán peores y más difíciles de hacer cada año que pase. Deberían pensar que, quizá, no les merece la pena jugarse su buen nombre, su honorabilidad y hasta su libertad por una causa que no sólo está perdida, sino que ni siquiera es justa. Salu2, AMT


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