A corto plazo toca esperar la reunión de la Fed de la semana que viene. A medio plazo la clave está en superar la directriz bajista del Ibex 35, iniciada hace dos años.

El optimismo se ha apoderado de los mercados de valores. Wall Street se mantiene al alza por octavo año consecutivo, su mejor racha salvo la burbuja puntocom, y la confianza del consumidor está en un máximo de 18 años y la confianza de las empresas en máximos de 30. El motivo, la buena marcha de la economía mundial, con la de USA a la cabeza, que ha extendido la expectativa de mayores beneficios empresariales durante éste y el próximo año. Además en Europa, se reduce el riesgo político, al retroceder en las encuestas las opciones de la ultraderecha. En USA, Donald Trump reiteró en su discurso presidencial su promesa de bajar impuestos y aprobar la desregulación de Wall Street. Y en Asia, China crece al dispararse su actividad económica en los primeros meses del año. Lo malo es que en Bolsa, tanto optimismo no es bueno. Así que precaución. Y mientras tanto, la semana que viene hay reunión de la Fed, en la que se espera que suba tipos, y que lo haga hasta cuatro veces este año, subidas que aceleraran el inevitable tapering en la eurozona.

El Ibex 35 sube gracias a los bancos, Telefónica, y al resto de blue chips. Ha superado la línea que unía sus máximos crecientes, y toca los 10.000 puntos, nivel que no se veía desde finales de 2015. El objetivo sigue en la directriz bajista iniciada hace dos años, aunque todo apunta a un recorte técnico, con el gap de apertura del miércoles de la semana pasada, amenazando el corto plazo. A medio plazo la clave está en superar la directriz bajista.