El 4 de mayo, la situación técnica de futuro del oro se presentaba como sigue: el ciclo de 40 días se encontraba en su fase descendente; durante el día previo, el precio casí había tocado el soporte que se localizaba entre 1.166,90 y 1.157,73; el indicador de momento dibujaba una divergencia alcista; y el suelo teórico (ST) previsto por la onda sinusoidal iba a cumplirse al día siguiente. 

Por último, disponíamos de la línea horizontal situada en 1.192,10, cuya rotura al alza activaría la señal de posible conclusión de la fase descendente del ciclo de 40 días.

Al día siguiente, justo cuando entró en escena el ST, el oro rompió al alza la referida línea horizontal. Sin embargo, este hito técnico no trajo aparejada la inmediata confirmación del cambio de fase.

Antes bien, el oro se limitó a deambular, alternado los días alcistas con los bajistas. Hasta ayer, jornada en la que el dorado metal nos obsequió con una fulgurante subida que sirvió para expedir el certificado de que el suelo cíclico se formó el 1 de mayo.

Por tanto, la referida rotura fue correcta anticipando el cambio de fase. Lo mismo puede predicarse del indicador de momento, cuya divergencia alcista ha resultado acertada.

Dicho esto, destaca que ayer el oro dio alcance al primer objetivo de subida. Veremos el recorrido que ofrece la fase ascendente.