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La medida de inflación preferida de la Fed cuestiona también el proceso desinflacionista

por Renta 4 Hace 1 año
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Apertura europea plana, tras las caídas del viernes en Wall Street, que se trasladaron a Europa, tras los malos datos de inflación. Unos datos de inflación que provocaron retrocesos en bolsa (S&P -1%, Nasdaq -1,7%), repuntes en TIRes (+7pb a 3,94%) y apreciación del dólar hasta 1,055 vs euro.

El deflactor del consumo privado subyacente (medida de inflación preferida de la Fed) sorprendió negativamente el viernes, repuntando hasta +4,7% en enero (vs +4,3%e y +4,6% anterior revisado al alza desde +4,4%). Por su parte, el dato final de expectativas de inflación a 1 año de los consumidores (+4,1% vs +3,9% anterior) rompe con una tendencia bajista de 10 meses. Ambos datos son una muestra más de que el proceso desinflacionario pierde fuerza, tal y como vimos recientemente en los datos de IPC y precios a la producción, lo que presiona a la Fed para elevar más sus tipos (hasta 5,25%-5,5%e vs 4,5%-4,75% actual) y mantenerlos altos durante un tiempo.

De cara al conjunto de la semana, el foco principal de atención estará en la temporada de resultados 4T22, con una enorme batería de cifras a publicar: Cellnex, ACS, Acciona, Acciona Energía, Melia, Red Eléctrica, Ferrovial, Indra, Acerinox, Merlin, Colonial, Grifols, Ence, Fluidra, Elecnor, Applus+, Grenergy, Ecoener, DeOleo, Faes Farma, Cie Automotive, Gestamp, Soltec, Talgo, Azkoyen, Opdenergy, Aena, Prosegur, Prosegur Cash, Técnicas Reunidas, Solaria, Metrovacesa, LAR España, Ebro Foods, Clínica Baviera, Amrest, Inmobiliaria del Sur, Viscofan y Making Science. Estaremos especialmente pendientes de las guías 2023 que puedan ofrecer las compañías en un entorno de incertidumbre como el actual. Asimismo, el martes contaremos con del Día del Inversor de Santander.

En el plano macro, sin duda lo más importante de la semana será la publicación de los IPC de febrero en la Eurozona, donde un repunte en la tasa subyacente podría tensar las expectativas de subidas de tipos por parte del BCE. El martes conoceremos los IPCs de Francia (6,1%e i.a. general vs 6% anterior) y España (5,7%e i.a. general vs 5,9% previo, 7,5% i.a. subyacente anterior), mientras que el jueves será el turno de la Eurozona (8,2%e vs 8,6% anterior en tasa i.a. general, aunque la subyacente se mantendría en máximos de 5,3%).

Además, continuaremos conociendo indicadores adelantados de actividad de febrero, con la confirmación de los PMIs a nivel global (dato final), ISM en EE.UU. (con expectativa de cierto freno en las caídas, aunque manteniéndose en niveles deprimidos, y con la atención en el componente de precios) y PMIs en China, tanto oficiales como Caixin (que podrían seguir mejorando, sobre todo en el componente de servicios, ante la reapertura económica del gigante asiático). Además, la publicación de los datos de confianza de febrero en la Eurozona y de confianza del consumidor del mismo mes en EE.UU. (Conference Board), junto con la productividad no agrícola y los costes laborales unitarios del 4T22 en EE.UU., nos podría dar pistas sobre la solidez del ciclo económico y su previsible impacto sobre las expectativas de inflación.

Hasta ahora, la aparente resiliencia del ciclo económico y la expectativa de un soft landing tanto en Europa como en EE.UU., unido a la desinflación observada en los últimos meses después de los máximos marcados tras el verano, ha apoyado unos mercados bursátiles que volvían a descontar un escenario “goldilocks”, en el que la inflación volvía rápidamente al objetivo del 2%, los márgenes y resultados empresariales no se veían afectados por la inflación y desaceleración,  descontando el fin de las subidas de tipos e incluso bajadas antes de final de año, llevando a una expansión de múltiplos en las bolsas que aún no podemos asegurar venga seguida de crecimiento en los BPAs. Sin embargo, la reciente persistencia de las presiones inflacionistas y la fortaleza del mercado laboral ha apoyado subidas de tipos adicionales de unos bancos centrales comprometidos - a buenas horas - con sus objetivos de estabilidad de precios, lo que podría tensionar de nuevo las valoraciones aún en un escenario de incertidumbre.

De este modo, seguimos viendo unos mercados complacientes respecto a la evolución de la inflación y posibilidad asociada de un inmediato inicio de bajadas de tipos en la segunda mitad del año en el caso de EEUU., posibilidad que se va difuminando según avanza la realidad económica. Consideramos que las inflaciones siguen en niveles muy altos y alejados del objetivo del 2% de los bancos centrales, especialmente en sus tasas subyacentes. En el caso de EEUU el principal foco de riesgo sigue residiendo en un mercado laboral aún muy sólido, aunque sin duda constituye un indicador atrasado, mientras que en Europa el tema energético sigue siendo causa de preocupación a medio plazo.

En este contexto, nos reiteramos en nuestra idea de que los tipos, tras alcanzar su techo, en torno al 5,25%-5,5% en EEUU y 3,5%-3,75% en la Eurozona, se mantendrán en esos niveles restrictivos durante una buena temporada. Estas condiciones financieras más restrictivas deberían tener un impacto en ciclo económico y resultados empresariales. Adicionalmente, las subidas de bolsas han llevado a una fuerte expansión de múltiplos, del orden del 20% en EEUU y España y del 30% en Europa desde los mínimos de octubre. Por todo ello, consideramos apropiado mantener un sesgo defensivo tanto en carteras de renta variable como de renta fija a la espera de mejores puntos de entrada.


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