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En los mercados se cumple el proverbio alemán de: "Viejo, demasiado pronto y sabio, demasiado tarde"

Moisés Romero de La Carta de la Bolsa
por CapitalBolsa Hace 1 año
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No des nada por hecho. Lo que sea que tengas, te lo pueden quitar en un instante. Esto no debería hacerte vivir con miedo, sino con un sentimiento de gratitud y aprecio por lo que tienes", señalaThe Irrational Investor@position_trader. "Me tomó un buen tiempo llegar a esta conclusión: ¿por qué especularías con tu dinero ganado y ahorrado con tanto esfuerzo? A veces, nos lleva una buena mitad de la vida despertar a las cosas más obvias. Viejo, demasiado pronto y sabio, demasiado tarde, como dice el proverbio alemán. El juego del mercado público no se trata de tener una ventaja de información, sino más bien de paciencia implacable y juicio agudo. El juego del mercado privado se trata de tener una ventaja de información. A menudo, todo se reduce al conocimiento interno y/o la reputación para atraer un flujo de negocios superior.", señalaTiho Brkan@TihoBrkan

"Llevo varias semanas pensando que quizás ese filón, esa gran veta de oro está en el rugido súbito de la volatilidad, en las dos direcciones, subida y caída. Ese rugido que hace tambalea el templo del dinero, el becerro de oro. El gran problema es cómo financiar el tiempo, la espera. No podemos olvidar que la volatilidad llevó dormida muchos años. Sin inmutarse con nadie ni con nada..."

"También la volatilidad depende de la mano de dios, que mece la cuna de los mercados y de la Bolsa. Eso es lo que más miedo me da: el control de todo por esa mano. Somos guiñoles en y de casi todo. Y por Por supuesto, en el mundo de la inversión y de la Bolsa. Insisto, hay que tener bemoles para ponerse delante del toro de la volatilidad. Yo no los tengo. Creo que la mayoría de mis clientes, tampoco. Y eso, es, precisamente, lo que me anima a pensar que la gallina de los huevos de oro, el gran pelotazo está en la volatilidad...", me dice el CEO de una importante gestora de fondos, que añade:

Cuando los inversores se vuelven demasiado temerosos o demasiado ambiciosos, a veces se esconden detrás de la idea de que 'esta vez es diferente'. Generalmente terminan lamentándolo”.

El comportamiento gregario también es un sesgo muy enraizado que lleva a las personas a imitar los actos de un grupo más grande, confiando en la “sabiduría” de la masa, aun cuando esta actúa irracionalmente. Las señales de subida o bajada en los mercados impulsan a otros a actuar y seguir la tendencia, pero esto puede tener un efecto adverso cuando los mercados sufren volatilidad. Al vender en un mercado a la baja, por ejemplo, cuando los mercados de China continental reabrieron después de las festividades de Año Nuevo, un inversor podría perderse una recuperación posterior. Del mismo modo, seguir a un rebaño en plena efervescencia hacia una burbuja puede provocar pérdidas a largo plazo.

Por último, los estudios han demostrado que los inversores son más sensibles a las pérdidas que a las ganancias, lo que genera comportamientos tendentes a evitar las pérdidas, en lugar de aprovechar al máximo las rentabilidades de la inversión.

Artículo completo Lacartadelabolsa.


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