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El Gobierno de China apoyará el crecimiento de su economía (y del ciclo global). Esta semana, bancos centrales y PMIs

por Renta 4 Hace 2 años
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Los futuros apuntan a una apertura al alza en las plazas europeas (futuros Eurostoxx +0,4%, futuros S&P +0,3%) recogiendo los avances del viernes en Wall Street a pesar de que el IPC americano repuntó en noviembre hasta +6,8%, en línea con lo esperado pero máximo desde 1982.

A destacar del viernes el anuncio por parte del Gobierno de China de que priorizará la estabilidad económica en 2022, lo cual sugiere que a la reciente expansión de su política monetaria (recorte de 50 pb en la tasa de requerimiento de reservas la semana pasada) podrían sumársele nuevos estímulos fiscales que eviten una excesiva desaceleración de la economía del gigante asiático. Este escenario de apoyo conjunto de políticas monetarias y fiscales en China, positivo para el ciclo económico global, contrasta con lo visto a lo largo de 2021, donde el esfuerzo ha estado centrado en el desapalancamiento y hemos visto bastante intervencionismo regulatorio.

De cara al conjunto de la semana, el protagonismo correrá a cargo de los bancos centrales, empezando por la Fed (miércoles), a la que seguirán BCE y BoE (jueves) y BoJ (viernes).

En el caso de la Fed, no descartamos una aceleración en el ritmo del tapering (-15.000 mln usd/mes actual), ante la elevada inflación (reconocimiento de una menor transitoriedad por parte de Powell) y los avances hacia el objetivo de pleno empleo, si bien en cualquier caso la política monetaria seguiría siendo ampliamente expansiva (9 bln usd de balance a la finalización del tapering) y con la información disponible hasta el momento solo esperamos dos subidas de tipos en 2022 y otras dos en 2023.

En el caso del BCE, las recientes declaraciones de varios miembros del Consejo de Gobierno sugieren la posibilidad de anunciar esta semana el final del PEPP en marzo 2022, tal y como estaba previsto, y parece existir cierto consenso para un incremento temporal y limitado del APP. Los más hawkish, que no eran partidarios de aumentar el APP, podrían cambiar de opinión ante el temor a una rápida e indeseada subida de TIRes una vez concluya el PEPP. En cualquier caso, es previsible que el BCE mantenga una elevada flexibilidad/opcionalidad en el QE, compatibilizando una alta inflación a corto plazo con los riesgos sobre el crecimiento derivados de la pandemia.

Por su parte, en Reino Unido, el BoE podría posponer su decisión de subida de tipos (el mercado antes descontaba +15 pb hasta 0,25% vs 0,10% actual) a la luz de la reciente evolución de la pandemia y las restricciones que están adoptando para contener los contagios.

Por último, esperamos mantenimiento de una política monetaria ultraexpansiva en el caso del BoJ (rendimiento objetivo de diez años 0% y tipo repo -0,1%) ante la incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento y una inflación aún muy lejos de su objetivo del 2%.

En el plano macro, lo más relevante será la lectura preliminar de diciembre para los PMIs en sus tres componentes (manufacturero, servicios, compuesto) a nivel mundial (Estados Unidos, Eurozona, Reino Unido y Japón) donde comprobaremos si los cuellos de botella y el shock energético siguen pesando en las manufacturas y sobre todo cuál está siendo el grado de incidencia de las restricciones a la movilidad en el sector servicios. Otros indicadores adelantados de ciclo correspondientes al mes de diciembre serán la IFO en Alemania (que en diciembre podría seguir deteriorándose ante la evolución de la pandemia), mientras que en Estados Unidos conoceremos la encuesta manufacturera de Nueva York y el panorama de negocios de la Fed de Filadelfia (previsiblemente afectadas por la aparición de la nueva variante).

En lo que respecta a precios, la atención estará en el IPP de noviembre en Estados Unidos (donde se mantendrá la presión al alza) e IPC en Reino Unido, así como finales en Eurozona, Francia, España y Japón.

Por último, conoceremos datos de producción industrial de noviembre en Estados Unidos, Eurozona y China, así como ventas minoristas tanto americanas como chinas.

En cuanto a nuestra visión de mercado, seguiremos atentos en el más corto plazo a los avances que se puedan dar en cuanto a información sobre la nueva variante Ómicron y sus implicaciones. Más a largo plazo reiteramos nuestra conclusión de que los temores de estanflación son excesivos, pero que no desaparecerán en el corto plazo, especialmente en un contexto marcado por el aumento de contagios y nuevas variantes, por lo que no se pueden descartar correcciones en las bolsas, aunque el buen fondo de mercado (ciclo + beneficios empresariales +liquidez) justifica aprovechar las caídas para comprar. Seguiremos vigilando los principales factores de riesgo como son los cuellos de botella en cadenas de producción (que ha dado alguna señal de moderación aunque es pronto para hablar de recuperación, sobre todo ante la falta de información sobre la nueva variante) que presionan al alza los precios de consumos y con ello la inflación, así como por su efecto sobre el crecimiento y los márgenes empresariales, aunque creemos que el crecimiento del PIB 22-23 continuará por encima del potencial gracias a los apoyos monetarios y fiscales y pese a la gradual reducción de estímulos por parte de los bancos centrales, que aun así mantendrán una elevada liquidez y un entorno de bajos tipos de interés propicio para la inversión en renta variable. Adicionalmente, habrá que vigilar la evolución de la pandemia y la reinserción de medidas restrictivas a la movilidad de los ciudadanos, lo que podría tener cierto efecto adverso en la recuperación económica.


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