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“La Bolsa, la mejor inversión a largo plazo, salvo que te equivoques de compañía”

por La Carta de la Bolsa Hace 2 años
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Papeleras, inmobiliarias, banca industrial, sociedades de cartera, Sniace, Banco Popular y otros desastres más en los últimos cuarenta años. Cambian los actores, los índices permanecen. La Bolsa es la mejor inversión a largo plazo si eliges bien. Si te equivocas, te quedas sin dinero y sin Bolsa. Juan Antonio H. es uno de los miles de ahorradores que han invertido en Bolsa. Una historia, nos cuenta, de lo que nunca hay que hacer: "Me obsesioné con un valor, que no voy a mentar, porque es como mentar a la bicha, y lo perdía casi todo. Analicé, me informé, pedí consejo y asesoramiento y todo iba en la misma dirección, al desastre. La culpa fue mía. Muy pocos analistas y gestores se atreven a llevarte la contraria, como si se tratara de un código no escrito, pero que la mayoría obedece. La obsesión por un valor me llevó a la ruina. Meses después encontré la solución a esta práctica perversa, pero ya era tarde. La traigo a colación para que ni yo ni los inversores en Bolsa caigan en la ciénaga o, como tantas otras veces sucede, en ese panal de rica miel al que mil moscas acudieron y ya saben lo que sucedió.

Acciones a muy largo plazo

Dividend Growth Investor@DividendGrowth

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Para evitar obsesionarse (enamorarse) de las acciones en las que invierten, Nick Clay, gestor de BNY Mellon IM, recomendaba hace tiempo a un inversor que invierta en renta variable global aplicar un enfoque disciplinado por el que solo se invierta en empresas que rindan un 25% más que el índice FTSE World. En cuanto el rendimiento caiga por debajo de ese umbral, lo que recomienda es venderlas. “Imponerse una disciplina objetiva resulta esencial, ya que nos protege frente a un mal demasiado común: la manipulación de la tesis de inversión”, afirma.

En su opinión, cuando una inversión funciona y la valoración aumenta, es fácil encontrar nuevas razones que justifiquen el aumento de la valoración y así poder seguir invertidos en esa acción ganadora que nos tiene enamorados. “En realidad, lo que ocurre es que la asimetría del perfil de rentabilidad-riesgo de la inversión original se está moviendo en la dirección contraria”, revela.

“Estadísticamente, que la asimetría entre la rentabilidad y el riesgo muestre un sesgo a nuestro favor nos proporciona cierto margen de seguridad frente a las incertidumbres del futuro. Sin embargo, si esa asimetría cambia, aumentan las posibilidades de que la inversión acabe decepcionando. Dicen que el amor es ciego, por lo que puede ser muy difícil darse cuenta de que estamos actuando así. Por eso es necesaria una disciplina objetiva que nos ayude en cierto modo a protegernos, para que no nos rompan el corazón”, concluye.

Lacartadelabolsa


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