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Cómo prepararse para el próximo colapso de los mercados

por Carlos Montero Hace 3 años
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Que los mercados se muevan en ciclos, no es nada nuevo. No hay uno solo que suba y suba sin cesar. Por más que lo queramos, no existe. A lo largo del camino, a pesar de lo sólidos que puedan ser los fundamentos de oferta y demanda del activo de que se trate, siempre ocurrirán “correcciones” (caídas temporales) que los más avezados aprovecharán para comprar barato. Así es como se gana dinero en cualquier negocio: comprando barato y vendiendo más caro. Punto.

Sin embargo, para bien o para mal, los vaivenes de los mercados – al menos en el corto plazo- son más provocados por las emociones de los que en ellos participan que por las “aburridas” razones fundamentales de oferta/demanda, y por esas emociones, la racional fórmula ganadora es dejada de lado para dar paso a la emocional fórmula perdedora: comprar caro y vender más barato. ¡Por miedo! Terrible, pero es la realidad de la mayoría.

Hay que hacer el esfuerzo de ser diferentes, por más difícil que sea.

A lo largo de mi carrera como estudioso de los mercados y como asesor financiero, han sido incontables las veces en las que mis clientes, amigos y familiares se me han acercado a consultarme por el temor que les provoca una corrección (baja temporal) dentro de un mercado alcista mayor, y otras tantas en las que después, me han “confesado” que se dejaron vencer por el miedo y vendieron cuando debían haber comprado más.

Se lee fácil, pero cuando el dinero propio está involucrado, lo que llamo el “sufrimiento del inversionista” es muchas veces una especie de dolor insoportable, que es en parte responsable de que la gente caiga una y otra vez en estafadores que les prometen lo imposible: “ganancias seguras, constantes y libres de riesgo”. ¡Un mundo que no existe, pero que es más cómodo creer que es real en vez de padecer dicho “sufrimiento del inversionista”!

Todo esto lo traigo a cuentas porque una nueva caída en los mercados bursátiles parece estar cada día más cerca.

Como parte de los ciclos continuos de auge, colapso y nuevo auge, esa “corrección” sería más que sana, deseable y una extraordinaria nueva oportunidad de compra.

Esto porque de nuevo, los fundamentos parecen estar alineados gracias a los extraordinarios estímulos monetarios y fiscales que los bancos centrales y gobiernos más importantes del mundo, continúan inyectando. Eso no puede significar más que, tras la corrección, habrá una nueva escalada hacia máximos históricos. Por eso hay que entrar cuando los demás salgan en estampida.

Debemos entender, eso sí, que a pesar de los estímulos la realidad es que la destrucción de capital que trajo el mal manejo de la crisis sanitaria por COVID-19 en la mayor parte del planeta, impedirá que haya una rápida recuperación.

Cuando los inversores se percaten de esto, el referido nuevo colapso podría presentarse y arrastrar hacia abajo a los activos de riesgo – acciones, divisas emergentes, materias primas y hasta criptomonedas-, y disparar a activos refugio como el dólar estadounidense.

Pensamos que esa inevitabilidad de una caída es la que comienza a expresarse también en el mercado de bonos que mantienen una tendencia bajista, y en consecuencia, continúan con la escalada de sus tasas de rendimiento. De mantenerse, la “luz amarilla” que se ha encendido en aquel mercado podría tornarse roja, y de nuevo, propiciar el referido “colapso de todo”.

¿Cómo prepararse? La recomendación principal es minimizar posiciones especulativas en activos riesgosos como los ya señalados arriba, y quedarse sólo con lo que dediquemos de ellos como una inversión en valor con horizonte de mediano y largo plazos, en los que como hemos señalado, habrán de recuperarse y subir más allá.

Por supuesto que eso significa que, en el futuro cercano, podríamos ver que el valor de esos instrumentos se viene abajo. Hay que aguantar el temporal y mantener con disciplina la estrategia de compras de activos infravalorados (subvaluados), en los que la baja de precio nos permite promediar un menor precio de adquisición. Los activos refugio – parte también de nuestra estrategia-, compensarán en buena medida los desbalances.

Recuerde que una pérdida no se materializa hasta en tanto no se haga la venta final (o compra, en el caso de posiciones cortas) a un precio desventajoso.

Fuente: Propia - Guillermo Barba

Lacartadelabolsa


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