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Mercados ¿qué trae Biden debajo del brazo? Análisis y perspectivas de todos los sectores cotizados

Fidelity
por CapitalBolsa Hace 3 años
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El exvicepresidente Joe Biden se ha impuesto en las elecciones estadounidenses, pero el resultado en el Senado no se conocerá hasta enero. A pesar de las demandas y reclamaciones que ponen en duda la integridad de los comicios, podemos ya evaluar qué supondrá una presidencia de Biden. Sin mayoría en el Senado, los estímulos presupuestarios y el endurecimiento de la regulación del sector tecnológico que se barajaban serán más comedidos y se reducen las probabilidades de subidas de impuestos y grandes inversiones en infraestructuras. Sin embargo, el gasto en energías renovables podría aumentar a medida que la nueva administración ponga el foco en el cambio climático y regrese al Acuerdo de París. La postura de confrontación con China probablemente se mantenga, aunque podría suavizarse ligeramente. Tanto EE.UU. como China apuestan por relocalizar el empleo, lo que seguirá sosteniendo el crecimiento de la productividad. El avance de la COVID-19 y los tratamientos relacionados siguen siendo temas acuciantes y la relación de poderes entre la Casa Blanca y el Congreso será determinante y repercutirá en la agenda del gobierno. Bajo estas líneas, los analistas de Fidelity International comentan las implicaciones de una amplia victoria Demócrata en sus sectores, aunque la composición final del Congreso podría alterar algunos de estos efectos.

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Tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones Internet – Más probabilidades de regulación Los Demócratas pasan por ser más rigurosos en su postura sobre las “grandes tecnológicas” que los Republicanos, lo que podría provocar una reacción que tiraría a la baja de estos valores, aunque este movimiento se verá atenuado por el hecho de que los mercados ya habían descontado la victoria de Biden que apuntaban las encuestas. Biden se ha situado tradicionalmente más en el ala centrista que en la izquierdista del partido, así que no esperamos un cambio inmediato sustancial en la regulación del sector tecnológico.

Probablemente las líneas de negocio y las participaciones actuales se mantengan intactas, pero las operaciones corporativas futuras serán analizadas con lupa por las autoridades. Es más probable que se endurezca la normativa del sector tecnológico con Biden que con Trump, pero no es una cuestión prioritaria para Biden comparado con el cambio climático, la lucha contra la pandemia y la creación de riqueza y empleo para los estadounidenses de rentas más bajas. La guerra comercial tecnológica con China podría moderarse a corto plazo, aunque la disociación a largo plazo continuará.

Software – Riesgo de impuestos sobre el sector De cara a las elecciones, se temía que una victoria de Biden y una “marea azul” fueran un resultado ligeramente más negativo para los valores de software, debido principalmente al aumento previsto de los impuestos. Aunque, en general, las empresas de software no fueron las principales beneficiadas por los recortes de impuestos de la era Trump, por lo que no deberían ser las más afectadas por un giro en este ámbito, existe el riesgo de que se miren con lupa los impuestos que pagan e incluso que se aprueben tasas específicas para el sector. Sin embargo, eso se compensa con el hecho de que el valor de las empresas de software procede en su mayor parte del valor terminal, donde el efecto de la fiscalidad es moderado. Las empresas más grandes, que suelen crear estructuras societarias con diferentes domicilios para su propiedad intelectual, podrían verse afectadas por un aumento de los impuestos sobre los beneficios obtenidos en el extranjero. Sin embargo, sin una mayoría en el Senado este escenario resulta menos probable y las inquietudes en este sentido se han suavizado.

Además, sin un Senado Demócrata se reduce la probabilidad de que se aprueben grandes estímulos que alimenten las expectativas de inflación, lo que, a su vez, reduce la probabilidad y magnitud de un episodio de fuerte revisión al alza de los múltiplos de las empresas de software como el que vimos a finales de 2018. Además, existe el riesgo (aunque disminuye ligeramente sin una mayoría en el Senado) de que el foco de las autoridades de competencia se amplíe más allá de las grandes tecnológicas para cubrir la privacidad, la ciberseguridad e incluso modificar el artículo 230 de la legislación, que exime a los proveedores de servicios de responsabilidad por el contenido publicado por sus usuarios. Sin embargo, una mayor regulación no sería algo totalmente negativo para los expertos en selección de valores, ya que crearía un entorno más competitivo para las empresas de software de pequeña y mediana capitalización en el que estas podrían tener más capacidad para enfrentarse a los gigantes del sector. Otro elemento potencialmente positivo de un gobierno de Biden podría ser un marco de inmigración más permisivo que anime a las empresas a contratar y retener el talento, un problema cada vez más complejo.

Semiconductores y equipos tecnológicos – Un respiro en la guerra comercial Esperamos cierto alivio para los fabricantes de semiconductores y equipos para semiconductores atrapados en el fuego cruzado de la guerra comercial entre EE.UU. y China, ya que es menos probable que el gobierno de Biden mantenga una postura de tanta confrontación, al menos a corto plazo. Las empresas que suministran a Huawei y otros fabricantes de chips chinos pueden esperar una suavización de las restricciones, pero a largo plazo el gobierno probablemente limite el acceso de China a la tecnología de semiconductores estadounidense por otros medios. Una forma de hacerlo podría ser una política sectorial más concertada con inversiones promovidas por el estado en capacidades nacionales, lo que incentivaría la relocalización de recursos desde Asia y beneficiaría a empresas como Intel y Texas Instruments.

Una mayor vigilancia de los gigantes tecnológicos por parte de los Demócratas podría afectar especialmente a Apple, que se ha enfrentado a numerosas críticas a su modelo de negocio y peticiones para segregar su lucrativa App Store de su negocio de hardware para el iPhone.

Telecomunicaciones y medios de comunicación – La neutralidad de la Red podría volver, pero es improbable que se regulen los precios Casi con toda seguridad los Demócratas tratarán de reclasificar la banda ancha como un servicio “de utilidad pública” con el fin de regular formalmente la neutralidad en la Red y dar el mismo tratamiento a todos los datos de Internet. Aunque podría constituir una victoria fácil de los Demócratas, pese a que las empresas podrían retrasar su avance entre 12 y 18 meses recurriendo a los tribunales, el punto clave es que no parece haber interés en regular los precios de la banda ancha. El anterior presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones que nombró la Administración Obama, con un perfil más izquierdista, no trató de regular los precios y desde entonces la velocidad, fiabilidad y la importancia de la banda ancha han aumentado sustancialmente. Tampoco están considerándose medidas más extremas, como imponer un acceso abierto a las redes de banda ancha al estilo europeo, en el que los competidores tienen acceso a las infraestructuras físicas. Sí es probable un aumento del gasto en el desarrollo de la banda ancha rural para reducir la brecha digital, dado que cuenta con el apoyo de los dos partidos.

Se prevé que Elizabeth Warren asuma la dirección del Departamento de Justicia y, a tenor de los posicionamientos que ha expresado en el pasado, eso podría dificultar la aprobación de las operaciones corporativas. Eso es una mala noticia para la fusión de DirecTV/DISH en el mercado de la televisión vía satélite, pero la operación Charter/Altice USA todavía podría completarse a la vista de su tamaño más pequeño y su menor cuota de mercado. Una subida de la fiscalidad empresarial afectará desproporcionadamente a las empresas más grandes y maduras, como AT&T, Verizon, Comcast y Disney

Industria y recursos naturales Industria – La política medioambiental podría desencadenar un ciclo de modernización en el sector Los estímulos generales en el sector de las infraestructuras, centrados especialmente en el medio ambiente de la mano de una Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) con nuevas atribuciones, podrían dar lugar a revisiones al alza de los beneficios en el futuro y mayores múltiplos de valoración. Las tecnologías de calefacción, ventilación y aire acondicionado podrían disfrutar de una plataforma de expansión durante muchos años como suministradores de un ciclo de modernización de edificios para hacerlos inteligentes y energéticamente eficientes, lo que beneficiaría a proveedores de productos para la construcción como Eaton, Honeywell y Acuity. Las empresas de construcción de infraestructuras, como CAT, podrían tener más negocio. Los proveedores de energías más limpias, como el negocio de aerogeneradores de GE, también podrían beneficiarse de unos objetivos de energías renovables más ambiciosos. Un selecto grupo de empresas de maquinaria consolidadas y, especialmente, los nuevos actores en el mercado de los propulsores mediante baterías eléctricas y/o pilas de hidrógeno podrían beneficiarse del aumento de la regulación y las posibles subvenciones, lo que aceleraría la adopción a largo plazo de sus tecnologías.

Pero la posible subida de los impuestos es un obstáculo. Los actores internacionales están ligeramente más protegidos, pero las empresas más centradas en el mercado estadounidense podrían sufrir, con los distribuidores industriales a la cabeza. Si aumenta la presión sobre el fracking en EE.UU. podrían verse afectados los proveedores de equipos, tanto en exploración y producción, por ejemplo Baker Hughes (el negocio de petróleo y gas de GE), como en transformación y distribución, por ejemplo Flowserve.

Empresas químicas – Impulso gracias a la construcción, los vehículos eléctricos y las energías limpias La forma definitiva del paquete de inversiones en infraestructuras y energías limpias de Biden es clave, aunque para la mayoría de empresas químicas se trata de un efecto secundario o terciario, ya que se sitúan en eslabones anteriores de la cadena de valor. Sin embargo, las empresas químicas que suministran a sectores como la construcción, los vehículos eléctricos y las energías limpias (producción y distribución) saldrán beneficiadas. Por ejemplo, el disocianato de difenilmetano (MDI) es un importante material de construcción aislante y el plan de Biden para destinar 10.000 millones de dólares para mejorar la eficiencia energética de las viviendas impulsará directamente su demanda.

Por el contrario, el mayor énfasis en las iniciativas verdes podría ser negativo a medio plazo para los proveedores de plásticos de un solo uso. El aumento del impuesto de sociedades podría ser preocupante, dependiendo de la configuración final del Congreso, pero se ve atenuado en parte por la exposición internacional y, en conjunto, las empresas químicas probablemente se vean menos afectadas que otros sectores.

Transporte – El programa de infraestructuras supondrá un estímulo La victoria de Biden es entre neutral y negativa para el transporte. El impacto fundamental más grande es la propuesta de subida de los impuestos, lo que podría mermar los beneficios entre un 5 y un 10%. Un paquete de inversiones en infraestructuras daría impulso a las empresas ferroviarias y de transporte por carretera. El horizonte temporal de un posible programa de infraestructuras es importante. Si se aprueba antes de que cambie la fiscalidad, el mercado podría inclinarse por ver la victoria de Biden como más positiva.

Si los Demócratas introducen cambios en el personal de la Junta de Transporte Terrestre (STB), podría aumentar el riesgo de intervención en los precios o limitación de rentabilidades para las empresas ferroviarias, aunque pensamos que es una posibilidad remota.

Aeronáutica – El mercado podría estar exagerando los recortes a los presupuestos de defensa Históricamente, los Demócratas han gastado menos en defensa que los Republicanos y, por lo tanto, la victoria de Biden se verá de forma negativa. Sin embargo, creemos que el presupuesto de defensa únicamente debería sufrir una presión moderada durante el próximo ciclo, dado que los principales asesores de seguridad nacional de Biden parecen apostar por un aumento del gasto en defensa.

Los estudios también demuestran que los factores geopolíticos suelen ser un factor de mayor peso en el presupuesto de defensa nacional de EE.UU. que el partido político que gobierna. EE.UU. está viéndose relegado por otros países en muchas áreas clave de la tecnología de defensa por primera vez en años y eso podría animar a los dos partidos a destinar una partida sustancial a defensa.

Energía – Buenas noticias para las empresas de energías limpias, malas para los combustibles fósiles A tenor de los pronunciamientos anteriores de Biden, su victoria es negativa para la industria de los combustibles fósiles, pero positiva para las energías limpias. Biden ha declarado que volverá a comprometer a EE.UU. con el Acuerdo de París, reforzará los incentivos fiscales a las renovables y gastará 2 billones de dólares en un plan de energías verdes e infraestructuras. Al mismo tiempo, endurecerá la normativa sobre perforaciones en suelo federal (es improbable que se prohíban totalmente) y podría reducir algunos de los incentivos fiscales de que disfrutan los sectores petrolero y gasista.

Biden también es menos beligerante sobre Irán y un acuerdo con este país podría hacer que regresaran al mercado 1,5 millones de barriles diarios de producción iraní, lo que presionaría a la baja los precios del petróleo. La sostenibilidad no es una cuestión tan importante para los inversores estadounidenses como lo es para los europeos, pero sí es lo suficientemente importante como para elevar el coste del capital para las empresas petroleras y gasistas.

Empresas de servicios públicos – Sin cambios En general, las empresas de servicios públicos no sufrirán cambios en su negocio. Las utilities estadounidenses están relativamente aisladas de las elecciones nacionales, porque las variables económicas del sector (como la rentabilidad sobre recursos propios permitida y la aprobación de inversiones) son competencia de las comisiones de servicios públicos de los estados y los posibles cambios en la fiscalidad empresarial pueden repercutirse como impuestos en las facturas de los clientes.

Con la victoria Demócrata, esperamos una ampliación de los créditos fiscales a las renovables que reforzaría la transición hacia las energías limpias. Los principales beneficiarios serían los grandes promotores de energías renovables, como NextEra Energy, el mayor promotor de centrales de energías renovables de Norteamérica. La mayor parte de las empresas de servicios públicos de EE.UU. ya están haciendo la transición hacia las renovables, aunque algunas eléctricas en estados que están tardando más en alejarse del carbón y los combustibles fósiles, como PPL Corp en Kentucky, se verán perjudicadas por unas menores tasas de crecimiento.

Atención sanitaria Gestión de servicios médicos, hospitales y cadena de suministro de productos farmacéuticos – La composición del Senado será clave El riesgo de perturbaciones aumenta con el control Demócrata del Senado, por lo que la composición definitiva de esta cámara afectará al sentimiento en torno al sector. Un Congreso dividido o una mayoría escasa conllevan más bloqueo y resultados menos extremos. Una mayoría importante podría provocar un peor comportamiento relativo, sobre todo en los valores expuestos a los seguros de empresa y a los beneficios del sector farmacéutico, ya que la amenaza de negociación directa de los precios de los medicamentos por parte de Medicare se hace más creíble.

El objetivo de Biden es reforzar la Affordable Care Act (ACA) mediante subvenciones federales, rebajar la edad de corte de Medicare de 65 a 60 e introducir una opción pública (una agencia pública de seguros de salud). Eso aumentaría la cobertura para las personas sin seguro, que suman aproximadamente 30 millones. La pregunta clave es si los efectos beneficiosos de tener más personas aseguradas serán suficientes para compensar el posible desplazamiento hacia un mix más negativo a medida que los afiliados más rentables cambien a programas menos rentables como Medicaid/Medicare/Exchange. Biden podría abordar la amenaza percibida para la ACA en el Tribunal Supremo aprobando una enmienda legislativa, pero este supuesto está cada vez más descontado y el impacto en el sector es moderado cuando se aborda desde la óptica de los riesgos más inmediatos, como la pandemia y la recesión.

Biotecnología y productos farmacéuticos – El precio de los medicamentos será el protagonista Los precios de los medicamentos siguen siendo una cuestión prioritaria de política sanitaria en la que los dos partidos coinciden en la necesidad de reformas; además, los costes menores siguen siendo una gran preocupación para muchos estadounidenses. La victoria de Biden y los Republicanos reteniendo el Senado darán lugar a un resultado similar, sin grandes cambios frente a la situación actual, ya que será muy difícil que los Demócratas y los Republicanos se pongan de acuerdo en legislación y aprueben reformas profundas.

Una victoria Demócrata completa es el peor desenlace para el sector. La campaña de Biden ha insistido en la necesidad de hacer cambios en el sistema sanitario de EE.UU. y la administración podría introducir modificaciones importantes. También podría impulsar cambios más profundos que los contenidos en su programa electoral.

Dispositivos médicos – Menos afectados que el conjunto del sector Aunque la victoria del Partido Demócrata es moderadamente negativa para los dispositivos médicos, esta área probablemente se vea menos afectada que el conjunto del sector sanitario de EE.UU. o el mercado en general. Las subidas de impuestos son el factor claramente más negativo para el sector y deberían erosionar los beneficios, pero podríamos ver unas conversiones de flujo de caja libre ligeramente más elevadas, ya que los pagos de impuestos han sido históricamente un lastre moderado para este grupo, aunque es algo que resulta difícil cuantificar.

La expansión de la cobertura sanitaria mediante la reducción de la edad para acogerse a Medicare y crear una opción pública (una agencia pública de seguros de salud) a la hora de cambiar de cobertura sanitaria debería ser positivo para el sector en general, ya que más personas estarían cubiertas, pero existe el riesgo de que las variables económicas de los hospitales acusen un mayor peso de Medicare/Medicaid, lo que podría provocar presiones en los precios.

Consumo Fabricantes de automóviles – Tesla podría ser un ganador El resultado de las elecciones podría cambiar el curso de la industria automovilística estadounidense. El plan contra el cambio climático de Biden pondría en marcha “nuevos estándares rigurosos de ahorro de combustible diseñados para garantizar que el 100% de las ventas de nuevos vehículos ligeros y semipesados estén electrificadas y una mejora anual en los vehículos pesados”. El plan también contempla importantes inversiones en infraestructuras de carga que podrían acelerar la adopción del vehículo eléctrico, lo que beneficiaría a empresas como Tesla y perjudicaría a la mayor parte de los operadores tradicionales. Estas tendencias se verían amplificadas si se produce una victoria completa de los Demócratas, de modo que haya más margen para iniciativas como la ampliación del límite de los incentivos federales al vehículo eléctrico para dar a actores más grandes como Tesla y GM acceso a la bonificación fiscal actual de 7.500 dólares.

Un gran programa de infraestructuras también impulsaría la demanda de vehículos comerciales, especialmente camionetas pick-up, donde los fabricantes de Detroit son dominantes. Entre los posibles lastres, cabe citar el aumento del impuesto de sociedades y la subida de la inflación y los tipos de interés, especialmente en torno a los vencimientos a tres o cuatro años, lo que reduciría la demanda de automóviles por la importancia del crédito en las ventas.

Productos de consumo envasados – Los productos básicos deberían batir a los discrecionales La subida del impuesto de sociedades en caso de victoria completa de los Demócratas probablemente afecte a los beneficios de las empresas de productos básicos en alrededor de un 5%, pero este impacto aumentaría hasta cerca del 10% en las empresas más centradas en el mercado interno, como Clorox, Church & Dwight, Smuckers, Altria y Molson Coors, mientras que los actores más internacionales, como Coca Cola, Philip Morris y Estee Lauder podrían sufrir un impacto inferior al 5%. La nueva administración probablemente trate de subir los impuestos al tabaco, lo que perjudicaría a actores como Altria, y rebajar los aranceles, lo que beneficiaría a empresas como Brown Forman y Tyson.

A corto plazo, los estímulos de Biden deberían traducirse en más dinero para los consumidores; así, la última ronda de estímulos presupuestarios tras el estallido de la pandemia fue positiva para un amplio espectro de empresas de consumo. Sin embargo, los productos básicos podrían seguir comportándose peor que el mercado, al tiempo que las áreas más discrecionales del consumo se benefician enormemente. Biden también podría imponer confinamientos más estrictos y desescaladas más graduales, lo que perjudicaría a las empresas que dependen de la movilidad, como Coca Cola, pero sería favorable para empresas expuestas al “quedarse en casa”, como los fabricantes de alimentos envasados. A más largo plazo, se podría prestar más atención a las cuestiones medioambientales y sociales, lo que podría causar problemas a empresas que generan muchos residuos plásticos y beneficiar a empresas directamente expuestas a la sostenibilidad como Beyond Meat.

Consumo discrecional – Las tendencias de la renta disponible son determinantes A corto plazo, la victoria de Biden debería traducirse en más estímulos presupuestarios, lo que, en general, es positivo para los valores de consumo. El consumidor estadounidense sufre dificultades económicas, aunque está dejando atrás lo peor, y este apoyo mejoraría la confianza. El posible aumento del gasto en infraestructuras se traduciría en creación de empleo, lo que también impulsaría la renta disponible. A más largo plazo, los estímulos hay que costearlos, lo que traerá consigo un aumento de los impuestos, también para las personas que tributan a los tipos más altos en el impuesto sobre la renta. Si sube la inflación, el lastre para la renta disponible será mayor.

Biden también tratará de elevar el salario mínimo. Eso es positivo para los sectores expuestos a la demanda de los consumidores de rentas más bajas, pero podría pesar en los márgenes de las empresas con grandes necesidades de personal. El endurecimiento de la legislación, como la protección de los trabajadores de la denominada gig economy o economía a demanda, y la regulación antimonopolio que afecte a las empresas tecnológicas podrían ser obstáculos también. En general, una victoria completa de los Demócratas probablemente sea positiva para estos valores a corto plazo, pero cuando se digieran los efectos, podría ser aconsejable elevar la cautela en el sector a medida que la atención se desplace hacia las consecuencias a más largo plazo.

Gran distribución – El impacto será desigual en el sector El impacto de la presidencia de Biden en la gran distribución es desigual. Los estímulos de Biden deberían ser positivos para los negocios y marcas de distribución tradicionales, sobre todo mientras los consumidores sigan evitando el gasto en viajes y ocio a causa de la pandemia. Biden también podría abordar el alarmante aumento de la desigualdad en EE.UU. mediante un aumento del salario mínimo, transferencias electrónicas de prestaciones y más financiación para el programa de ayudas a la nutrición, lo que se compensará con más impuestos para los más ricos, por ejemplo mediante una subida del impuesto sobre las plusvalías. Esto debería elevar la renta disponible para los hogares de rentas más bajas y, al mismo tiempo, contenerla en el extremo más alto. En este contexto, las cadenas de descuento deberían hacerlo bien.

Sin embargo, los costes laborales son una de las mayores partidas de gasto para los distribuidores tradicionales y una subida del salario mínimo afectaría a sus márgenes. Las marcas sólidas serán más capaces de repercutir este coste al consumidor gracias a su poder de fijación de precios, pero los distribuidores de productos básicos estarán más expuestos. La cuestión principal es si los estímulos presupuestarios y las posibles medidas de ahorro pueden compensar la subida de los salarios.

Restaurantes – El aumento del salario mínimo será perjudicial Como ocurre en la gran distribución, los costes laborales son una parte importante de los gastos de los restaurantes y el apoyo de Biden a un salario mínimo de 15 dólares y la eliminación del salario mínimo con propinas se traducirían en unas perspectivas iniciales negativas para el sector. A más largo plazo, las subidas salariales deberían redundar en beneficio de las marcas grandes y consolidadas que tienen la capacidad operativa para desarrollar su automatización para gestionar este mayor lastre.

La restauración lleva algún tiempo sufriendo exceso de oferta y el lastre del aumento salarial debería acelerar la restructuración del sector, lo que terminaría perjudicando a los restaurantes independientes más pequeños y fortaleciendo las posiciones de las empresas cotizadas que tienen mejor acceso al capital y la capacidad de mitigar el riesgo salarial. En el segmento de la restauración informal, las empresas que normalmente dependen más del mercado interno y explotan un modelo de negocio en propiedad serían más vulnerables que las empresas de comida rápida que disfrutan de una saludable combinación de beneficios internacionales y de franquicias.

Vivienda – Es improbable que los estímulos presupuestarios compensen los efectos de las posibles subidas de impuestos El impacto global de la victoria de Biden en el sector probablemente sea negativo. La vivienda es un componente esencial de la economía estadounidense y los estímulos presupuestarios que elevan la renta y la confianza deberían espolear la demanda de vivienda a medida que más consumidores, especialmente los millennials, puedan permitirse dar una señal. Pero eso podría no ser suficiente para compensar totalmente el impacto de la subida del impuesto de sociedades con una victoria Demócrata completa. La mayoría de las empresas relacionadas con la vivienda son de ámbito nacional y sus beneficios netos podrían caer alrededor de un 10%. No es seguro que puedan repercutir estos costes a los consumidores a la vista del entorno competitivo del sector, pero si las condiciones se endurecen en el plano de la oferta podría ser más posible.

Si Biden pone en marcha una deducción fiscal para los que compren su primera vivienda y/o un programa de infraestructuras e inversiones verdes, podríamos ver una mejora en el sector de las reformas en el hogar, los materiales de construcción y la edificación. Las empresas mejor posicionadas son aquellas con poder de fijación de precios o suficiente influencia sobre los proveedores para compensar las subidas de impuestos y, al mismo tiempo, seguir beneficiándose del aumento de la demanda.

Servicios financieros Fondos inmobiliarios cotizados – Beneficiados por las posibles subidas de impuestos y las restricciones a las recompras de acciones El resultado electoral es moderadamente positivo para el sector de los fondos inmobiliarios cotizados (REIT) estadounidenses. La subida del impuesto de sociedades aumentaría el atractivo relativo de los REIT, que no pagan impuestos federales sobre los beneficios. Un cuestionamiento de las recompras de acciones también elevaría el atractivo de los REIT, que no recompran cantidades importantes de acciones. Y si finalmente se aprueban estímulos presupuestarios, sobre todo gasto en infraestructuras, la inflación podría subir, lo que tiraría a la baja de los tipos de interés reales y sería beneficioso para las valoraciones de los inmuebles terciarios.

Sin embargo, el plan “Caring Economy” de Biden, que fomenta los cuidados infantiles y la atención a la tercera edad, se financiaría con la eliminación de la denominada “1031 exchange”, que permite a los inversores diferir las plusvalías sobre las operaciones inmobiliarias aptas. Eso aumentaría las cargas fiscales de las operaciones inmobiliarias, lo que reduciría los volúmenes y contendría la revalorización de los precios. Los inversores que vendan acciones de un REIT deberían ser capaces de seguir difiriendo las plusvalías si el vehículo los retribuye con acciones en lugar de efectivo usando una estipulación específica de la legislación tributaria. Eso ayuda a los REIT a tener una ventaja competitiva a la hora de pujar por adquisiciones. Los subsectores de inmuebles de uso sanitario también podrían sufrir los efectos; por ejemplo, los propietarios de oficinas de uso médico se beneficiarían si una ampliación de la ACA aumenta las visitas a las consultas y acelera el trasvase desde los hospitales hacia centros para enfermos menos graves, mientras que la demanda de superficie de laboratorio podría descender si se pone más el foco en el precio de los medicamentos y eso se traduce en una reducción del gasto en I+D de las biofarmacéuticas.

Bancos – La victoria podría provocar una oleada de ventas en previsión de nuevos estímulos Una victoria de Biden con control Republicano del Senado podría provocar un breve episodio de fuertes ventas en los bancos, ya que los programas de estímulos probablemente queden descafeinados y resulten más difíciles de aprobar. Con el paso del tiempo podrían mejorar su evolución a medida que la economía se recupere y disminuya la probabilidad de subidas sustanciales de los impuestos a las empresas. Aunque el entorno normativo podría volverse más estricto, las conversaciones sobre trocear a los grandes bancos —un acontecimiento extremo— probablemente ni se planteen.

Otras cuestiones que podrían surgir con una administración Biden son el endurecimiento de los requisitos de capital y unas pruebas de resistencia más exigentes. Una gestión más exigente de los dividendos, que obligue a los bancos a aumentar los balances durante las crisis y restrinja el apalancamiento, también reduciría las rentabilidades para los accionistas de los bancos. La Reserva Federal asimismo podría tratar de poner en marcha el colchón antíclico, que se ha mantenido en el 0% desde que se incorporó a la ley DoddFrank. Una Oficina de Protección al Consumidor de Productos Financieros (CFPB) reforzada sería un riesgo para los proveedores de servicios financieros especializados, como las entidades que conceden préstamos de estudios. Los Demócratas también quieren unas normas de deber fiduciario más estrictas para los asesores financieros que incluyen la responsabilidad en demandas colectivas. Eso afecta menos a Merrill Lynch y Morgan Stanley, ya que sus asesores son en su mayor parte fiduciarios.

Seguros – El escenario de reflación daría impulso a las aseguradoras de vida La magnitud de la victoria de Biden es crucial para la interpretación que hagan los mercados financieros sobre las consecuencias del resultado para el sector asegurador. El control Demócrata del Senado se vería como reflacionista en previsión del aumento de los rendimientos, lo que elevaría las curvas y estrecharía los diferenciales de deuda corporativa. Esto sería especialmente beneficioso para las aseguradoras de vida y este grupo debería destacar en este entorno. La subida del impuesto de sociedades impactaría directamente en los beneficios, pero este efecto se podría compensar parcialmente con el consiguiente impulso a los ratios de capital.

En cuanto a la regulación, las aseguradoras de vida se enfrentan al riesgo de que el gobierno introduzca normas fiduciarias más estrictas para la venta de productos minoristas, pero eso podría compensarse con los esfuerzos para aumentar el ahorro salarial y con el crecimiento de la demanda de pólizas con ventajas fiscales.

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