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La esencia de la Teoría del Caos en nuestras vidas

por Ismael de la Cruz Hace 10 años
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Por un clavo se perdió la herradura. Por una herradura se perdió el caballo. Por un caballo se perdió el jinete. Por un jinete se perdió la batalla. Por una batalla se perdió el reino. ¿Conclusión?  Por un clavo se perdió el reino. Eso es Teoría del Caos.

Las diversas teorías económicas se basaban en la idea de que toda acción implica una reacción, que todos los sucesos están unidos por una cadena causal hacia atrás y hacia adelante, formando un proceso en sí lineal.

Pero surgieron algunas voces discordantes que pensaba que la economía es mucho más compleja que todo eso. El error de partida era pensar que las personas actúan racionalmente y que la causalidad determina todos los acontecimientos, de manera que por eso se pensaba que la economía podía ser predecible.

El problema es que las personas actúan de diferente manera ante un hecho o acontecimiento concreto y estas diferentes maneras de actuar originan y producen resultados diferentes. Esta es la explicación de por qué la economía es caótica aunque las personas no lo sean.

La aportación más relevante al respecto surgió en los años 50 con la teoría del caos, del matemático y meteorólogo Edward Lorenz. Este hombre llevaba tiempo estudiando por qué no se puede predecir el tiempo a largo plazo, llegando a la conclusión de que pequeños cambios en la atmósfera se podían multiplicar y originar cambios fuertes y radicales en el tiempo.

Su teoría de las estructuras disipativas o teoría del caos se basa que el mundo no sigue estrictamente el modelo del reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspectos caóticos. Un ejemplo es el clima que depende de muchas circunstancias inciertas que determinan que cualquier pequeña variación en un punto del planeta genera en las próximas semanas un efecto considerable en el otro extremo de la tierra.

La realidad es una mezcla de desorden y orden, y el universo funciona de tal modo que del caos nacen nuevas estructuras, llamadas estructuras disipativas. La teoría del caos no se opone radicalmente a la teoría determinista, en el sentido de proponer que sólo existe el caos y el azar (si esto fuera así sería imposible cualquier intento de hacer ciencia).

Por tanto, la idea central es que un pequeño cambio en las condiciones iniciales puede producir un resultado inesperado y caótico, lo que se conoce como efecto mariposa.

El matemático estadounidense John Bush explicó un ejemplo sencillo del caos. Una gota de agua colocada sobre una película jabonosa que vibra empieza rebotando de manera predecible, como un saltador de trampolín, pero acaba desconcertando con su comportamiento anárquico.

Los sistemas caóticos se caracterizan por su adaptación al cambio y, en consecuencia, por su estabilidad. Si tiramos una piedra a un río, su cauce no se ve afectado (al inicio se producirá una pequeña onda expansiva, pero en modo alguno varía el cauce del río, al momento todas las gotas de agua vuelven a alinearse). En cambio, no sucedería lo mismo si el río fuera un sistema ordenado en el que cada partícula tuviera una trayectoria fija, puesto que en ese caso el orden se derrumbaría.


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