La economía y los mercados se juegan mucho en el marco de la Cumbre del G20 en Osaka (Japón) hoy y mañana, cuando previsiblemente el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping mantendrán una reunión informal . He aquí lo que los inversores necesitan saber. Cómo hemos llegado a este punto en el enfrentamiento entre EE.UU. y China?
Las dos mayores economías del mundo llevan más de un año enzarzadas en una acalorada disputa comercial. Las tensiones se agravaron el pasado mes de septiembre, cuando EE.UU. aplicó su primera ronda de aranceles sobre importaciones procedentes de China y el gigante asiático replicó. Las conversaciones se atascaron en mayo y las dos partes redoblaron sus respectivos aranceles, pero Xi y Trump parecen haber alcanzado un tono más conciliador en sus conversaciones telefónicas durante los últimos días. EE.UU. retiró un discurso potencialmente incendiario sobre China a cargo del vicepresidente Mike Pence y China hizo un llamamiento “para que las dos partes alcancen un acuerdo”. Sin embargo, los dos países solo quieren sentarse en el marco de una reunión formal si se alcanza un acuerdo que se pueda firmar. Es poco probable que se pueda conseguir un acuerdo en la cumbre del G20 de esta semana, pero los desencuentros podrían suavizarse con la promesa de mantener nuevas conversaciones pronto y EE.UU. podría suspender su plan actual de elevar los aranceles hasta el 25% en los restantes 300.000 millones de dólares de importaciones chinas.
¿Por qué encallaron las conversaciones entre EE.UU. y China el mes pasado?
EE.UU. acusó a los líderes chinos de renegar de las estipulaciones acordadas en un principio de acuerdo comercial, incluida una disposición de ejecución. EE.UU. señaló que el bloqueo se debió a que China dio marcha atrás a sus compromisos de introducir cambios en las leyes sobre propiedad intelectual y transferencia tecnológica, ya que China retiró todas las referencias a las modificaciones de su legislación. Por su parte, China acusó a EE.UU. del fracaso de las conversaciones y señaló que las demandas estadounidenses suponían una amenaza para la soberanía china. Algunas informaciones también apuntaron que China también podría haberse resistido a la cantidad y relevancia de las demandas estadounidenses. De acuerdo con la propuesta que se negociaba anteriormente, China habría reconocido una “transferencia tecnológica obligatoria”, habría aceptado adaptar los subsidios internos para adecuarlos más a lo que dicta la Organización Mundial del Comercio y se habría ofrecido a importar bienes estadounidenses por valor de 1 billón de dólares durante los próximos seis años. Tal vez China pensó que era la única parte que estaba haciendo concesiones.
Existen muchas razones para pensar que es poco probable que se resuelva la cuestión y a continuación exponemos algunos puntos de fricción en ambos bandos:
¿Qué consecuencias a largo plazo podrían tener los posibles desenlaces de la reunión del G20 para los inversores?
En general, las vicisitudes comerciales han demostrado una y otra vez ser prácticamente imposibles de predecir. La reunión prevista podría terminar en un apretón de manos y un compromiso para seguir negociando que calme la situación durante seis meses, pero también podría fracasar y dar pie a que EE.UU. dictara aranceles sobre los restantes 300.000 millones de dólares de productos chinos, o bien una fecha tope para que esto ocurra. El factor humano en las personalidades de Xi y Trump probablemente sea decisivo.
No esperamos que un acuerdo arancelario tenga un gran efecto a largo plazo sobre el crecimiento mundial, dado que hasta ahora las tensiones comerciales se han limitado a EE.UU. y China y algunos países podrían beneficiarse de la reordenación de las cadenas de suministro fuera de China. Por otro lado, el comercio supone tan solo un pequeño porcentaje del producto interior bruto de EE.UU.
Creemos que los nuevos aranceles probablemente solo sirvan para reforzar la tendencia bajista que ya está en marcha en EE.UU., ya que sus tasas de crecimiento eran elevadas anteriormente y se desmarcaban del resto del mundo. Además, cualquier efecto sobre la economía china probablemente se compense con nuevos estímulos, lo que podría mitigar las consecuencias para el crecimiento mundial.