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Los secretos de J.M. Hurst: Línea Futura de Demarcación (LFD)

por Bolsa y Ciclos Hace 10 años
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De entre todas las herramientas empleadas por J.M Hurst, la más poderosa es, sin duda, la bautizada como Línea Futura de Demarcación (LFD). En esencia, se trata de una representación desplazada de un ciclo. Dicho con otras palabras, consiste en copiar un ciclo determinado y desplazarlo a la derecha la mitad de su duración. Veamos un ejemplo para entenderlo.

En el siguiente gráfico, muestro una onda sinusoidal con dos rotaciones de un ciclo idealizado.

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Para construir la LFD, basta con copiar el ciclo y desplazarlo a la derecha la mitad de su duración. Imaginemos que el ciclo es de 40 períodos (días, semanas…). Su LFD se desplazaría a la derecha 20 períodos.

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Una vez desplegados el ciclo y su LFD, cumple fijarse en los puntos en que ambas líneas se cruzan.

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De esos puntos derivan tres piezas informativas de sumo interés. En primer lugar, los cruces nos sirven para confirmar los techos y suelos del ciclo en cuestión. Cuando el ciclo cruza a la baja la LFD, se confirma la formación de su techo. Cuando el ciclo cruza al alza la LFD, se confirma la formación de su suelo.

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En el siguiente ejemplo del S&P 500 se compendia la idea que acabo de exponer. Previamente debo aclarar que Hurst postuló que el precio de cualquier activo incluye los distintos ciclos que lo componen, de manera que en el ejemplo que viene a continuación el ciclo es el propio precio y su LFD nace de ese mismo precio.

Aclarado este aspecto, en el gráfico, que muestra el ciclo de 40 días del S&P 500, se pone de manifiesto que cuando el precio cae por debajo de la LFD de 40 días se confirma el techo del ciclo de 40 días; y cuando sube por encima de la LFD de 40 días, se confirma el suelo del ciclo de 40 días.

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En segundo lugar, los cruces desempeñan la función de proyectar hacia el futuro en términos de espacio o precio la zona donde posiblemente se formen el techo y el suelo del ciclo. Si tras medir la distancia existente entre el techo del ciclo y el punto donde éste se cruza a la baja con la LFD, se proyecta esa distancia desde el punto de cruce, obtendremos la zona hasta donde posiblemente se extenderá la fase descendente del ciclo.

Por otro lado, si tras medir la distancia existente entre el suelo del ciclo y el punto donde éste se cruza al alza con la LFD, se proyecta esa distancia desde el punto de cruce, obtendremos la zona hasta donde posiblemente se extenderá la fase ascendente del ciclo.

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Ahora, un ejemplo de proyección bajista sacado del gráfico del S&P 500.

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A continuación, veamos un ejemplo de proyección alcista en el mismo gráfico.

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La tercera información que nos suministra la LFD se cifra en su capacidad de anticipar en términos de tiempo los potenciales suelos y techos del ciclo. Una vez que el ciclo ha cruzado a la baja la LFD, cuando ésta haga su techo, el ciclo formará su suelo. De igual manera, pero en sentido inverso, una vez que el ciclo ha cruzado al alza la LFD, cuando ésta haga su suelo, el ciclo formará su techo.

 

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Nuevo ejemplo, mismo gráfico.

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Concluyo esta entrada echando un vistazo al actual ciclo de 40 días del Ibex 35. A simple vista se entiende que el precio, al superar su LFD de 40 días, confirmó que se había formado el suelo del ciclo. Entretanto, la proyección de subida (9.007,70) ha sido satisfecha. Por último, como la LFD acaba de formar su suelo, el ciclo debería formar su techo de manera inmediata.

Permanezcan atentos.

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