La forma de pago no es un objetivo en sí mismo y no tiene por qué condicionar la disposición de consumidor en la decisión final de la compra. Los bancos son conscientes de lo que quiere el consumidor al realizar el pago: que sea seguro, cómodo y sencillo, y sin duda, en un mundo digital, ambas partes en una operación de pago esperan cada vez más, que sea los más rápido posible. En el nuevo entorno se impone la inmediatez.

El 21 de noviembre será efectivo el nuevo esquema pan-europeo de pagos SEPA SCT INST. Un futuro compromiso de las entidades financieras bajo la zona única de pagos en euros que se adelanta en el tiempo. Precisamente por esto mismo, la dificultad tecnológica que supone la inmediatez y los elevados costes que deben asumir los bancos, es un servicio voluntario para las entidades europeas que realizan servicios de pago. El nuevo esquema permite, para las entidades adheridas, realizar transferencias en cuestión de segundos a nivel europeo por un importe máximo de 15.000 Euros y siempre que se hagan con el IBAN (identificación del número de cuenta) como cualquier otra transacción SEPA.

Un nuevo servicio para los clientes, con un elevado valor añadido, al que los bancos españoles de forma mayoritaria se han adherido y que se suma a la oferta de pagos inmediatos con el móvil que desplegó hace algo más de un año bajo la marca BIZUM. Nuestros bancos han invertido mucho en el pasado en el ecosistema de pagos para hacerlo posible y estar a la cabeza del sector bancario europeo. El desarrollo tecnológico es clave para ir avanzando en la digitalización de servicio bancario y en particular de los servicios de pago.

El precio que apliquen los bancos por el nuevo servicio dependerá de cada entidad. Es la política comercial de cada banco, bajo un esquema de elevada competencia en el sector, la que llevará a establecer el precio del nuevo servicio.

Un nuevo servicio financiero para los clientes. Con elevado valor añadido, como demandan. Y a un precio adecuado.