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La estupidez de un asesor al querer tener siempre la razón...

por maxglo.com Hace 7 años
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Si usted ha contratado a un asesor en alguna ocasión de su vida inversora, posiblemente le haya sucedido que, mientras usted está nervioso viendo cómo su capital se reduce, el asesor sigue diciéndole que tenga calma, que las pérdidas que sufre son "latentes" y que no serán "reales" hasta que se cierren las operaciones.

Le pedirá que se fije en los beneficios que han conseguido con las operaciones que "sí ha cerrado", aunque observa que las operaciones en pérdidas parecen nunca cerrarse, sobrepasando, por mucho, el tiempo en el que sí se cierran las positivas.

Nos ponemos nerviosos viendo cómo, aunque nos muestra un balance positivo de cierre semanal, sus cálculos "reales" le está diciendo que todo es falso, que está en pérdidas si decidiera cerrarlas todas.

Como sus intereses son diferentes a los del asesor, finalmente, después de muchos meses en pérdida "real" y viendo que su asesor sigue con la misma cantinela, decide cerrar todas las operaciones, comprobando amargamente que esas pérdidas "latentes" se habían comido todo lo positivo y más.

El asesor ve los cielos abiertos porque ya tiene a quién echarle la culpa. Le dirá, muy posiblemente, que usted no ha tenido la paciencia necesaria para ganarle al mercado, le dirá: "si usted no hubiera cerrado las operaciones, en algún momento hubiéramos recuperado todo el capital, estamos seguro de  que la tendencia cambiará..."

No dejan de tener razón los dos contertulios, pero no es una razón "justa en tiempo" para el cliente si, por ejemplo, necesitase el capital invertido para alguna causa. Sí, le habrán dicho que el dinero que se invierte no debe necesitarlo urgentemente, pero ¿cuándo es urgente se preguntará usted?. El asesor juega con el tiempo que usted no tiene, esa es su arma contra usted, el tiene "infinito", usted no.

Hace unos días tuve un ejemplo de este tipo...

Un amigo inversor me llama por teléfono algo nervioso. Veía que sus posiciones bajistas en el Bovespa (Brasil) no paraban de darle quebraderos de cabeza. Su asesor le había recomendado ponerse corto en este índice y en todas las empresas españolas en el Ibex35 que tuvieran relación con este país. Su asesor seguía diciéndole que había correlación entres los dos índices, incluso, llegó a mostrarle un gráfico comparativo lleno de flechitas con los dos índices, "demostrándole esa realidad" correlativa.

Mi amigo le había sugerido que, por las Olimpiadas, el Bovespa subiría, a lo que el asesor le respondía que sería al revés, que las Olimpiadas serían un caos y que seguiría cayendo durante todo el 2016. Mi amigo me pidió quedar un día para revisar dichos gráficos y sus inversiones bajistas en dicho índice. Y, lógicamente, cuando un amigo te llama, debes atenderle...

Estas fueron las conclusiones a las que llegamos...

En el primer gráfico se ve la evolución del Ibex35 en el año 2016. Hizo dos mínimos en zonas muy parecidas: la subida desde inicios de 2016 fue de un ± 21%; luego lo perdió todo y ahora ha recuperado un ± 15% de ese 21% total.

 

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En el segundo gráfico se ve la evolución del Bovespa en el año 2016. Se ve claramente que no ha hecho dos mínimos iguales.  En el primer impulso obtuvo un 48%, del cual sólo regulo un ± 11% y, posteriormente, volvió a atacar máximos, recuperando todo lo perdido y consiguiendo un total del ± 57%.

 

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En el tercer gráfico comparamos la evolución del Ibex35 y del Bovespa. Fíjese en la línea 0. Se ve claramente que el Bovespa está en positivo y el Ibex35 en negativo. El Bovespa suma un +20% y el Ibex35 un -15%. El Ibex35 debe recuperar ese -15% y, además, ganar el +20% del Bovespa para ganarle. No hay correlación que valga.

 

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Conclusiones...

El asesor ha perdido como cliente a mi amigo...

Pero no sólo porque le había demostrado que desde el punto de vista técnico estaba equivocado, al enseñarle los gráficos que habíamos estudiado, ¡sino por su prepotencia al considerarlo un estúpido!

Todos los que nos dedicamos a invertir en bolsa -y sobre todo, aquellos que se dedican a asesorar-, debemos aprender que, aunque nuestro sistema sea bueno, nunca llegará a la perfección, debido a que el futuro es incierto y siempre nos sorprenderá, eso implica equivocarse de vez en cuando...

 


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