A corto plazo, si baja y rebota, habrá buenas oportunidades de compra. A medio plazo, se está formando un fondo muy prometedor, y pasado el verano empiezan los mejores meses en Bolsa.

Semana de transición, con desplazamiento lateral-bajista, más por falta de compradores que por exceso de vendedores. Los mercados buscan catalizadores, y aunque esta semana hay reunión del BCE y la semana que viene de la Fed y también del BoJ, no ha habido ni se esperan sorpresas y los mercados solo tienen la temporada de resultados, más adelantada en USA que en Europa, que de momento, están gustando. Con un 10% de resultados de empresas del S&P 500 publicados, el BPA ha caído un 3,5% anual frente a la caída esperada del 5,6%. Además, el 67% de las compañías han superado sus previsiones y solo el 21% no han cumplido expectativas. Así, las manos fuertes siguen compradoras, pero poco, y sin la contundencia necesaria para barrer el poco papel que sale al mercado. El porcentaje de liquidez en cartera de los grandes inversores se ha situado en julio en el 5,8%, su nivel más elevado desde noviembre de 2001, según la encuesta de gestores de fondos elaborada por BofA Merrill Lynch. Eso indica que hay mucho miedo y también mucho dinero que puede entrar en Bolsa en cualquier momento.

El Ibex 35 presiona la resistencia horizontal en los 8.600 puntos, sin perder el soporte de los 8.450 puntos. Un poco más arriba tiene la media móvil de las últimas 70 sesiones y la directriz bajista iniciada hace un año. Por abajo, en los 8.350 puntos está el primer soporte y más abajo la línea ascendente que une sus últimos mínimos.