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Chapo: la "cortina de humo" y el triunfalismo del gobierno

por Inteligencia Financiera Global Hace 8 años
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El “Chapo” –el delincuente “más buscado del mundo”- fue recapturado, y sin duda por donde se le vea es una buena noticia. Con todo y eso, hay que hacer algunas precisiones, porque se escuchan voces que están en extremos opuestos y que confunden a la opinión pública. Por ejemplo, minutos bastaron para que en las redes sociales corrieran las voces –de los grupos que se oponen por consigna a todo lo que provenga del gobierno-, para clamar que la captura del capo era una “cortina de humo”.

Bajo esta lógica, habría sido un supuesto distractor para ocultar que el dólar está en máximos históricos arriba de 18 pesos y el petróleo en mínimos, por mencionar solo dos razones que se aducen.

Sin embargo, esta hipótesis del “compló” es francamente débil. Supongamos que en efecto fuera una conspiración del gobierno. La verdad, sería una muy mala, pues de manera innecesaria durante seis meses la imagen del presidente de la República habría sido afectada por decisión propia. Peña Nieto se habría infligido un daño intencional nada más para esperar un momento complicado como este para recomponer su imagen. Absurdo. Con la presión nacional e internacional encima que de por sí ya carga, nadie estaba más interesado en su pronta recaptura que él mismo.

Además, la atención sobre la captura del Chapo durará varios días más, pero nunca podrá superar lo que va a tardar la presión sobre el tipo de cambio y el petróleo –que durará varias semanas o meses-.

A propósito, quienes claman por que mejor se “capture” el tipo de cambio, exhiben –por ignorancia o mala fe-, un espíritu intervencionista cuyos desastrosos efectos en el mercado cambiario, se pueden apreciar en todo su esplendor en Venezuela.

Por otro lado, también es un error muy grande de las autoridades el innecesario y triunfalista festejo por la captura del capo. Sí, es lo correcto, es muy bueno que un criminal de su talla regrese tras las rejas, pero esa era la obligación mínima que tenía el gobierno: recapturarlo.

El problema pues no es el festejo en sí, sino el grado de festividad por el mero cumplimiento del deber.

Una muestra de este triunfalismo la dio el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien dijo que “no hay delincuente fuera del alcance del Estado Mexicano”. La realidad es que el país se encuentra entre los más altos en nivel de impunidad, y nada cambia con la captura del Chapo. La delincuencia que más afecta la vida cotidiana, por desgracia, seguirá operando a sus anchas en México. Un grave problema sin resolver.

Por su parte, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, confió en que la recaptura “atraiga inversión extranjera”, por el mensaje que envía de que prevalece el Estado de derecho. Esta es otra exageración que ilustra el infundado optimismo oficial al que dio el banderazo de salida el tuit del presidente Peña Nieto, con su frase de “Misión cumplida”.

En suma, qué bueno que el Chapo regrese a la cárcel y que el gobierno cumpla con su deber. No obstante, en el fondo nada ha cambiado. Para que de verdad lo hiciera, habría que llegar hasta el escabroso tema de la legalización de las drogas al que ningún político le quiere entrar.

El propio Chapo en persona dijo en el video que ha difundido la revista Rolling Stone: “el día que yo no exista, no va a mermar nada el tráfico de drogas”. Es cierto. El poder corruptor del “narco” y todos los crímenes asociados a él provienen del atractivo económico que le da la prohibición a la venta de sus productos. Esto es lo que hay que cambiar de fondo, pues por si fuera poco, la gente es la que debe decidir en libertad lo que consume o no, no el gobierno.

Mientras continúe la prohibición, podrá quedarse en la cárcel aquí o ser extraditado, pero los nuevos “Chapos” se seguirán multiplicando sin fin.


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