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"Estamos obsoletos, no podemos competir con las máquinas. Cerramos el chiringuito…"

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"Una de las grandes noticias de la Navidad, para la gestión de nuestra sociedad, que ha pasado totalmente desapercibida por los festejos en cuestión, ha sido que el fondo de inversión Nevsky Capital tiene previsto poner fin a su negocio y devolver el dinero a sus inversores, en lo que supone el último cierre en un sector afectado por las actuales condiciones del mercado, según ha informado el diario 'Wall Street Journal'. Nevsky ha indicado que su fondo de capital de 1.500 millones de dólares (1.400 millones de euros) se encuentra "obsoleto para las condiciones actuales del mercado", en referencia a la creciente influencia de las operaciones realizadas a través de ordenador desde algoritmos y fondos basados en índices. Además, el fondo de inversión dirigido por Martin Taylor y Nick Barnes ha mostrado su preocupación por que las condiciones del mercado "podrían continuar siendo más difíciles durante un periodo considerable de tiempo". En este sentido, Nevsky ha citado como principales riesgos la posible nueva subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) de forma demasiado rápida y la ralentización de la economía china. Los fondos de inversión de esta firma perdieron el año pasado una media del 3,5%, en lo que supuso su segundo año de pérdidas en cinco años. Además, en los nueve primeros meses de 2015 se liquidaron un total de 674 fondos, en comparación con los 864 de todo el año anterior. El anuncio por parte de Nevsky se une al realizado el pasado mes de diciembre por Mike Platt, fundador del fondo de inversiones BlueCrest, que informó de la devolución del dinero a sus inversores externos para pasar a ser una asociación de inversores privada, al considerar que el modelo actual de comisiones no proporciona beneficios suficientes para que "merezca la pena"..."

"Estamos obsoletos, muchos, la mayoría no podemos competir en las actuales circunstancias del mercado y, en nuestro caso, reuniremos al consejo para cerrar el chiringuito. Se acabó el seguir perdiendo dinero y salud", me dice el máximo responsable de un chiringuito financiero (totalmente legal, por cierto), que añade:.

Hay ejemplos suficientes. Vean algunos: los mercados financieros han llegado a depender demasiado de matemáticos que usan modelos para prever los cambios de precios y deberían insertar el “sentido común” en la ecuación (Paul Wilmott, autor británico e instructor en materia de finanzas cuantitativas, a Bloomberg). Wilmott ha advertido hace tiempo de que los llamados “quants” que usan las matemáticas para pronosticar cómo los mercados se comportarán pueden pasar por alto errores en los modelos, lo que conduce a hacer predicciones equivocadas. En una columna en el New York Times, Wilmott también dijo, hace más de un año, que la llamada contratación de alta frecuencia, en que los fondos de cobertura de riesgo y otras firmas usan computadoras avanzadas para comprar y vender miles de acciones por segundo, amenaza desestabilizar el mercado. Hay demasiada matemática en este negocio”, dijo Wilmott. Y añado algo más: las Bolsas globales, unas más que otras, están en manos de máquinas y maquinadores; de matemáticas y falsos matemáticos..."

"¿La penúltima secuencia? El comportamiento brutal de los mercados en el tercer trimestre de este 2015, con los peores registros de los principales índices en muchos años y el pésimo arranque de 2016, el peor para la mayor parte de los mercados. Sí, muchos años de esfuerzo y de aumentos de rentas perdidos en tres meses. Todo ello, con volúmenes de negocio bajo mínimos y con incrementos importantes de una volatilidad, que llevaba dormida desde 2008..."

"La perversión de un mercado, con reglas de Casino y jugadores de alto riesgo, la encontramos, también, en los primeros días de 2016. La violencia a la hora de volver a montar posiciones cortas ha sido directamente proporcional al frenesí con que se produjeron las compras a crédito y los correspondientes préstamos de valores hace unas semanas..."

"Y esto nos conduce, de manera irreversible, al abandono de asientos y sillones de los inversores finales. No es la primera vez, ni será la última, que esto sucede. Ya hemos visto muchos episodios de esta índole en los últimos veinte años. Sólo una posición constante del dinero del inversor final, institucional o privado, puede acaban con estas componendas..."

"Sucede, empero, que en la Bolsa actual el más tonto hace relojes de madera. Sucede que todos los bancos cuentan con departamentos especializados en contratación de alta frecuencia. También hay inversores privados que han comprado ordenadores ad hoc, que hacen sus pinitos y que pierden la camisa, los pantalones y mucho más en esta misteriosa tarea..."

"Hace tiempo que la Bolsa actual es un tejemaneje de unos cuantos y de otras tantas máquinas enchufadas al Sistema, porque el inversor final no ha existido, atrapado como está, por las garras de la Crisis. El inversor final, que dispone de liquidez, aún tiene miedo. Otros inversores finales están atrapados a precios sensiblemente más elevados que los actuales y no tienen capacidad de reacción: sólo le queda rezar o dejar las acciones de herencia a sus nietos..."

"Por último, el inversor final metódico y riguroso, el inversor final de siempre, no entiende la forma de actuar de los mercados en la actualidad y como no entiende ni sabe, prefiere permanecer al margen. Una Bolsa, en manos de unas cuantas máquinas manejadas por licenciados, que no han cumplido aún los 30 años. Máquinas que hacen trading minuto a minuto, segundo a segundo. Lo hemos visto en los últimos años de manera recurrente cuando los índices pasaron del infierno al cielo en un par de horas. Y todo según interpretaban las máquinas los nuevos mensajes, renovadas especulaciones, sobre este o aquél rumor..."


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