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El valor real y el valor nominal como criterios para selección de acciones

por CompartirTrading.com Hace 9 años
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Existen diversos criterios de selección de  una cesta de acciones; sin embargo, dos de los más próximos a la hora de valorar una empresa en la que se está interesado, son el valor real y el valor nominal. Para todas aquellas que no conocen estos conceptos, permitidme hacer una rápida lección de contabilidad.

Para empezar, el valor real es la división entre el patrimonio neto de la empresa y el número de acciones en circulación que existen en el mercado de valores. Para concretar aún más, el patrimonio neto es aquella parte contable de la compañía un vez se deducen los pasivos (lo que resta patrimonio: deudas con bancos, acreedores, proveedores, entre otros) de los activos (lo que aumenta el patrimonio: deudas de clientes, deudores en general, efectivo, maquinaria, construcciones, etcétera). Una vez hecha esta operación, obtenemos el patrimonio neto de la empresa:

1. Fondos propios: Capital, prima de emisión, reservas, acciones propias (estas restan patrimonio), resultados de ejercicios anteriores, otras aportaciones de socios, resultado del ejercicio…
2. Ajustes por cambio de valor
3. Subvenciones, donaciones, legados recibidos

Todo ello es material imprescindible a tener en cuenta a la hora de valorar un negocio. Por tanto, una variación en cualquiera de los conceptos arriba señalados provocará un cambio en el valor real de la empresa. Es lógico, entonces, que un continuo incremento de beneficios generen valor, o bien que la empresa arrastre pérdidas desde años atrás erosionando el patrimonio y se vea presionada a hacer una reducción de capital.

Podemos dar el caso de inmobiliarias que en tiempo de euforia el mercado las valoraba como si fueran oro; sin embargo, entre los papeles contables, existía una reducción constante del patrimonio neto como consecuencia del alto apalancamiento al que se sometieron y que, una vez se cerró el grifo de la financiación, el monstruo se dejó descubrir con unos resultados negativo de ejercicios negativos bestiales.

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Sin embargo, podemos ver un caso positivo como es Gamesa. Esta compañía lanzaba en 2011 un valor real de alrededor de 7 euros por acción. En 2012, tal y como se aprecia en el gráfico adjunto, cortesía de Bolsa de Madrid, la cotización llegó a rozar el euro. Es decir, que a efectos de patrimonio de la empresa, el mercado de valores se encontraba tan deprimido y pesimista con la empresa que la infravaloraba en 7 veces su valor contable. Cualquiera que se hubiese aventurado a adquirir con una fuerte compra se vería hoy con una cartera de acciones valorada en 8 veces el capital inicial, debido a que en enero del presente año 2014 Gamesa ha llegado a cotizar a 8 euros la acción. Increíble, ¿verdad?

El mercado al final se ha dado cuenta del verdadero valor de esta empresa que está expandiendo su negocio de aerogeneradores a un mercado tan grandes como es el de la India, y que ha causado furor entre los traders (no hay más que ver la subida exponencial que experimenta el precio de la acción desde enero de 2013 hasta septiembre del mismo), hasta que al llegar a los 7 euros, la tendencia comienza a minorar la velocidad. De todos modos, es una manifestación muy buena sobre cómo la sobreventa y el efecto acumulación puede generar tanta energía compradora en escaso tiempo.

Por otra parte, podemos también encontrar el valor nominal que, a diferencia del valor real, éste se calcula tomando únicamente en cuenta el capital social de la empresa y dividirlo entre el número de acciones que está en el mercado. Normalmente se utiliza más para operaciones de ampliación y reducciones de capital. Sin embargo, la locura de la que padece el mercado es inmensurable, y siempre pueden existir casos en el que las empresas se vean castigadas tan fuertemente en la Bolsa, que el precio de sus acciones valga menos que el capital social. Pueden que sean hechos aislados o casos raros de Poisson, pero en un mundo donde la demencia es la reina de la fiesta, hasta lo imprevisible se hace posible y se materializa.

Por último, quisiera decir que hallar el valor real y/o nominal para cazar acciones, no siempre es la elección adecuada. Existe el libre albedrío y se pueden hacer experimentos para saber qué resultados se podrían obtener si sólo tuviésemos en cuenta esta variable, pero puede llevarse un disgusto si no tiene la paciencia necesaria para aguantar a las fluctuaciones del mercado. Pongo como caso Elecnor, que en 2011 lanzaba un valor contable promedio entre 2009 y 2011 de 7,47 euros la acción o que en el momento del análisis (5 de septiembre de 2012) cotizaba a 8,84 euros. Es todo a 1,14 veces el valor real, por lo que podría categorizarse todavía de una ganga dada la moderada proximidad entre precio contable y precio de mercado.

En lo que restó de año 2012, el precio osciló en una banda de 10-8,50 euros hasta tocar mínimo en enero de 2013 en 8,25 euros la acción. Desde entonces, el contagio emocional de euforia también le ha afectado, cotizando hoy, mayo del 2014, a 10,39 euros la acción. Mientras tanto, el inversor-trader con poca paciencia vería que el valor real le ha engañado durante septiembre de 2012 y enero de 2013, pero como siempre, el tiempo da la razón y Elecnor se revalorizó en 2 euros la acción. En su momento, se tuvo dudas sobre la evolución de la compañía dada la poca fortaleza financiera que tenía.

Por otra parte, a veces es bueno no hacer tanto caso al valor contable si otras variables nos dan a conocer que el negocio es prometedor. Es el caso de Rovi, S.A. que en 2010 cotizaba en una franja de 4,60-4,80 euros la acción, con un valor real promedio (2009-2011) de 1,85 euros la acción, o lo que es lo mismo, 2,6 veces el valor contable. ¿Qué ha ocurrido posteriormente? La empresa, en la Bolsa española ha visto como su precio de mercado ha ido de 5 euros en 2012, a marcar un máximo de 10,05 euros en enero de 2014. ¿Por qué? En el análisis realizado en verano de 2011, se pudo ver que la empresa era solvente, rentable y con buenos dividendos, además de tener una gerencia eficaz.


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