El Nikkei, al que dedicábamos nuestra sección el pasado lunes, ha vuelto a subir esta semana, bien es verdad que es un modesto 0,35%, acumulando ya una subida en lo que va de año del 18,5%, sólo superada, entre los grandes índices bursátiles, por el tecnológico Nasdaq, que avanza un 24% desde el uno de enero. 

La tecnología está protagonizando así, efectivamente, una espectacular vuelta (“come back”), que ha sorprendido a quienes pronosticaban que las cotizaciones de las tecnológicas se verían muy afectadas debido a la subida de los tipos de interés, y bajarían. 

Y dentro de la tecnología, lo que realmente está animando a las Bolsas es la inteligencia artificial generativa. Primero fue Microsoft, que se disparó tras anunciar su acuerdo con OpenAI, y esta semana ha sido Nvidia, que subió un 24,4% el pasado jueves tras anunciar sus resultados trimestrales y prever una fuerte demanda hacia sus “chips”, debido sobre todo al desarrollo de los modelado e inteligencia artificial generativa, que requieren una enorme cantidad de microprocesadores de alta calidad como los que Nvidia diseña. 

Desde que se inició el año, Nvidia sube ya un 166,5% y esta semana ha sido, sin duda, el gran catalizador de las tecnológicas en general. 

En el lado contrario, el holding inversor Icahn Enterprises, fundado y dirigido por el legendario inversor de Wall Street Carl Icahn, se desplomaba un 20% en la sesión del jueves, lo que le lleva, a cierre del viernes pasado, a perder más de un 50% desde el inicio del año. 

Los problemas de Icahn Enterprises se desencadenaron a fin de abril, tras un informe de Hindenburg Research, firma especializada en detectar compañías cuyo valor en Bolsa está inflado, que ponía en duda algunos aspectos de la contabilidad de Icahn. Los desmentidos hechos por Icahn en torno al contenido del informe no han tenido la suficiente credibilidad en el mercado, y el resultado es esa espectacular caída vertical en mayo que muestra la línea roja del gráfico adjunto, una caída que contrasta con la subida vertical casi simétrica que dibuja la cotización de Nvidia. 

El punto débil de Icahn es su modelo financiero, que conlleva elevados niveles de apalancamiento, lo cual, unido al estilo excesivamente personalista de Carl Icahn, ha suscitado críticas de otros grandes de Wall Street como Bill Ackman, gestor del afamado fondo Pershing, y viejo enemigo de Icahn en algunas batallas empresariales, como la de Hera Life. 

Si tenemos que elegir, apostaríamos por la innovación, el conocimiento y la inteligencia que acumula Nvidia y no por la astucia financiera de Icahn, por grande que sea. Son tiempos de innovación, no de artificios financieros, por sofisticados que sean. 

Dicho esto, Nvidia cotiza a un PER de más de 200 veces beneficios y su capitalización está ya cerca del trillón (americano) de dólares, y eso nos hace ser prudentes y esperar a posibles recortes de la acción para considerar la entrada en la misma.