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El comentario de Lagarde sugiriendo que otra subida de 75 puntos no está sobre la mesa penaliza al euro

por Ebury Hace 1 año
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Tal y como ya habíamos previsto en nuestro informe preliminar de esta semana, el Banco Central Europeo subió a lo grande en su reunión de ayer, elevando los tipos de interés en 75 puntos básicos: una subida sin precedentes llevada a cabo en un intento de aliviar las presiones inflacionistas en la zona euro.

Antes de la reunión, los economistas estaban divididos en cuanto a si veríamos una subida de 50 o 75 puntos básicos. Mientras la inflación sigue alcanzando máximos históricos, el agravamiento de la crisis energética en Europa y la creciente posibilidad de que la economía de la zona euro se encamine a una recesión durante el invierno, proporcionó tal vez motivos para ser precavido. Sin embargo, los mercados financieros se mostraron mucho más confiados y, antes del anuncio, ya daban casi por hecho una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos. Al final, la decisión de los responsables de la política monetaria fue unánime, aunque los comunicados del banco fueron, en nuestra opinión, bastante confusos.

Al justificar su decisión, el banco dijo que la inflación de la zona euro sigue siendo "demasiado alta" y que se mantendrá por encima del objetivo del banco durante "un largo periodo de tiempo". En su declaración, el Consejo de Gobierno volvió a insistir en que sus decisiones seguirán dependiendo de los datos, y añadió que espera seguir subiendo los tipos de interés "en las próximas reuniones". Los comentarios de Lagarde sobre el estado de la economía del bloque coincidieron en gran medida con los de su declaración anterior en julio, volviendo a señalar que los riesgos para la inflación estaban "inclinados al alza" (indicando que la debilidad del euro había aumentado las presiones inflacionistas); sin embargo, no hizo ningún comentario sobre la divisa que se pareciera a una intervención verbal, lo que puede explicar en parte la reacción del euro.

Tal y como se esperaba, el BCE aumentó considerablemente su previsión de inflación para 2022, en reconocimiento tanto del empeoramiento de la situación en los mercados energéticos europeos como, quizás, de la reciente caída de la moneda común. El banco espera ahora que la inflación general se sitúe en el 8,1% este año (frente al 6,8% previsto en junio) y en el 5,5% en 2023 (frente al 3,5%). Resulta alentador que se haya producido una modesta revisión al alza de las previsiones de crecimiento del PIB para este año (3,1% desde el 2,8%), quizás un reconocimiento de que en las últimas semanas los datos macroeconómicos se han mantenido mejor de lo que el banco había previsto. La previsión para 2023 se modificó considerablemente a la baja hasta el 0,9% (desde el 2,1%), aunque no fue una corrección tan grave como algunos esperaban.

Tal vez la clave de las declaraciones de Lagarde fue la posible trayectoria de endurecimiento de la política en el futuro. El comentario de que una subida de tipos de 75 puntos básicos "no es la norma", y que la próxima subida no será necesariamente de la misma magnitud, fue recibido negativamente por el mercado. En nuestra opinión, esta retórica parecía implicar que un movimiento tan grande era algo único, aunque un informe publicado en los principales medios de comunicación poco después de la reunión indicaba que los miembros del BCE estaban preparados para realizar subidas consecutivas de 75 puntos básicos, si las perspectivas de inflación lo justificaban. Este es otro caso en el que Lagarde ha dicho una cosa, sólo para ser corregida por "fuentes" poco después. Curiosamente, de los comentarios de Lagarde también se dedujo que harían falta tres o cuatro reuniones para llegar al final del ciclo de subidas (incluida la de septiembre), lo que sugiere que podríamos llegar al final o, al menos, a una pausa en el proceso de endurecimiento tras las reuniones de diciembre o febrero.

Los inversores reaccionaron al anuncio del BCE haciendo que el euro cayera frente a la mayoría de divisas. Creemos que esto refleja en gran medida la decepción por la falta de intervención verbal, y el comentario de Lagarde que sugiere que otra subida de 75 puntos básicos probablemente no está sobre la mesa. Dicho esto, hasta el momento de redactar estas líneas la caída ha sido relativamente contenida, ya que los mercados han previsto tipos ligeramente más altos en los próximos seis meses. De cara al futuro, nuestro escenario base es que se produzcan nuevas subidas de tipos de 50 puntos básicos en las dos próximas reuniones del BCE (en octubre y noviembre), a las que seguiría quizás una última subida de 25 puntos básicos en febrero. Sin embargo, esto dependerá en gran medida de los próximos datos de inflación y de la evolución de los mercados energéticos europeos. En este momento, no descartamos un endurecimiento adicional más allá de la reunión de febrero.


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