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Los pecados capitales de la inversión

por Carlos Montero Hace 10 años
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El otro día, leyendo algunos libros y artículos sobre estrategias y filosofías de inversión, me topé con una breve pero interesante relación, de los típicos errores que comenten los inversores en bolsa. Me llamó especialmente la atención por dos motivos: Uno porque en mi vida profesional he cometido todos y cada uno de los errores señalados, y el segundo porque ha sido elaborada por John Locke de SMB, empresa que da unos excepcionales cursos de inversión en EE.UU.

Les detallo los típicos errores de inversión, con comentarios sobre mis propias experiencias:

1. Falta de dirección. Los traders a menudo no logran establecer metas claras, ni crear planes para lograr esos objetivos. Cuando los inversores no pueden desarrollar planes de negocios y comerciales completos antes de entrar en el mercado, se están preparando para el fracaso.

Mi experiencia: La inversión real, tanto de profesionales como de particulares, se basa más en las intuiciones de lo que la gente cree. He visto a multitud de compañeros tomar fuertes posiciones en un valor por un rumor, o una noticia coyuntural, a la espera que esos hechos llevaran el título al alza, pero sin el conocimiento necesario de la situación de la compañía. Una vez que el rumor ha desaparecido, o la noticia no tuvo el efecto deseado, se encontraban con una posición que no sabían cómo manejar.

2. Impaciencia. Esto ocurre cuando los inversores tratan de lograr mucho en poco tiempo, o esperan obtener resultados mucho más rápido de lo que es realmente posible. Esto crea una situación en la que es probable que se sientan frustrados y se desvían de su plan inicial.

Mi experiencia: Este es un error muy común. Un análisis puede estar bien hecho y haber detectado una infravaloración subyacente en una compañía. Ahora bien, el mercado puede mantener esa infravaloración durante un largo periodo de tiempo. Este hecho que a todo gestor nos parece obvio cuando no tenemos posición en ese valor, no lo es tanto cuando estamos comprados. Entonces empezamos a preguntarnos, ¿por qué la acción no sube? ¿Habrá algo más que desconozca? ¿Estará mi análisis mal hecho? Si la infravaloración no se corrige, la posibilidad de que vendamos antes de tiempo, abandonando nuestros planes iniciales, es elevada.

3. La codicia. Cuando los inversores se preocupan demasiado por hacer un montón de dinero en un corto período de tiempo, el fracaso está a la vuelta de la esquina.

Mi experiencia: Me ha pasado y lo he visto en mis compañeros muchas veces, que posiciones en principio ganadoras, abiertas con una estrategia operativa acertada, y en la que el valor se ha movido en la línea de nuestras previsiones, finalmente terminaron en pérdidas al ampliar nuestros objetivos iniciales.

El planteamiento es el mismo que en el segundo punto. Si acierto una entrada y se alcanza nuestro objetivo de venta muy rápido, podría pensar: ¿El mercado sabrá algo que yo no? ¿Si ha subido tan rápido es que aún le queda mucho potencial al alza? ¿Habré infravalorado a la compañía?...el resultado en muchas ocasiones es que ante una vuelta bajista del precio de la acción, por cualquier corrección normal, nos apresuremos a vender, probablemente por debajo de nuestro precio objetivo inicial.

4. La adopción de medidas sin pensarlo bien primero. Todas las entradas, modificaciones y salidas, se deben planificar cuidadosamente de antemano. Introducir, modificar y salir de las posiciones aleatoriamente, sobre la base de los pensamientos emocionales del momento, crea grandes pérdidas.

5. Indecisión. Un inversor que sea incapaz de tomar decisiones importantes en momentos de dificultad, es peligroso para sí mismo. Todas las decisiones importantes deberían ser fijadas en el plan operativo. En el caso de que los planteamientos fueran erróneos, y no se sabe que hacer, la mejor decisión es salir de la posición.

Mi experiencia: He vivido muchos momentos de pánico del mercado, y puedo asegurarles que hasta los gestores más templados, aquellos que diariamente destilan una seguridad en sí mismos algo incómoda, pueden caer en shock y quedarse paralizados sin saber cómo actuar. Los que trabajan mejor bajo presión suelen ser a la larga los inversores más exitosos.

6. Difusión de esfuerzo. Los inversores que hacen demasiadas operaciones van a perder oportunidades y señales de mercado que son obvias para un operador que se centra en un número limitado de tareas.

Mi experiencia: La diversificación es un hecho controvertido actualmente. De forma excesiva es contraproducente ya que dispersa los esfuerzos. Es preferible tener una cartera modestamente diversificada, en la que el conocimiento sobre los activos que la compongan sea profundo, así como de aquellos factores que pueden afectar a sus precios.

 

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