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Digamos la verdad…los analistas estamos claramente sobrevalorados

por Carlos Montero Hace 5 años
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Siempre he defendido que se sobrevalora el papel de los analistas financieros. Y lo digo yo que llevo más de tres décadas trabajando como gestor y analista financiero en los mercados. La entrada de los ordenadores en el mundo de la gestión patrimonial ha demostrado que el análisis cuantitativo y la inversión sin sesgos es en promedio más rentable que la gestión humana. A la larga, es posible que se les reserve únicamente el papel comercial a los humanos.  

Y es que los gestores personales somos en esencia “vagos”. Así se desprende de un estudio de Jennifer Itzkowitz, profesor de la Universidad de Seton Hall, al que hice referencia hace tiempo, y en el que se demuestra que los inversores son perezosos. Veamos los motivos que expone Itzkowitz: 

Las compañías cuyo nombre comienza por la letra A reciben mayor atención, ya sea en los mercados en las guías telefónicas. En el ámbito académico por ejemplo, afirma Schoenberger, cuando un estudio está firmado por los distintos autores en orden alfabético, los autores que se sitúan en primer lugar tienden a ser más famosos que los otros en su campo, con más invitaciones para dar conferencias y mayor prestigio entre sus colegas. 

Volviendo a los mercados financieros. El estudio demuestra que los inversores empiezan a analizar las compañías por orden alfabético. Cuando logran una idea de inversión que les satisface suficientemente, no suelen hacer una investigación más exhaustiva para encontrar una alternativa mejor. “Las personas no son computadoras. No pueden buscar todas las opciones posibles”, afirma Itzkowitz. 

Estudios adicionales realizados por el profesor de la Universidad de Mannheim en Alemania, Heiko Jacobs, y su colega Alexander Hillert, señalan que las acciones cuyo nombre empieza con una letra de las 5% más altas del abecedario, presentan un volumen superior al resto de entre el 5% y el 15%. 

Por experiencia propia sé que realmente sucede esto en el mercado. El cerebro está condicionado para economizar esfuerzos. La búsqueda de una oportunidad de inversión requiere un elevado y prolongado nivel de análisis, lo que supone gastar mucha energía. Si encontramos la oportunidad buscada en las cinco primeras acciones analizadas, que se suele hacer por orden alfabético, nuestro cerebro caerá en el sesgo de confirmación, y despreciará las siguientes al considerarlas menos óptimas. 

El hecho es que lo que no quiere hacer es volver a ejecutar el laborioso estudio para saber si un título puede ser una potencial inversión cuando ya ha encontrado una. Este hecho no es eficiente, ya que podemos obviar inversiones de mucho mayor atractivo de la ya elegida. 

La forma de evitar la trampa del alfabeto, según aconseja el doctor Itzkowitz, es utilizar listas de valores no por orden alfabético, sino clasificadas por otros parámetros como diversos ratios fundamentales o retornos esperados. Es una buena solución. Pruébenlo. 


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