Es actualidad internacional, cada vez menos es cierto, la inestabilidad política en España a causa de la crisis catalana. Inestabilidad que ha tenido moderados efectos económicos y financieros en nuestro país, pero mayores en cuanto a la imagen de nuestra calidad democrática. 

Centrémonos en este último punto. The Economist ha publicado recientemente su indicador de calidad democrática, en la que evalúa de 0 al 10 los regímenes de 167 países. De 0 al 4 regímenes autoritarios, del 4 al 5 regímenes híbridos, del 6 al 8 regímenes de democracia defectuosa, y del 8 al 9 democracia plena.

Como vemos en la siguiente tabla, desde 2006 la calidad democrática española se ha situado por encima siempre del nivel 8, es decir, en terreno de democracia plena. Como comparativa, la calidad democracia de Francia está por debajo del nivel 8 desde 2015. En 2017 presenta un nivel de 7,80. La calidad democrática de Bélgica, muy de actualidad, se sitúa por debajo de 8 desde 2014. En 2017 es de 7,78.