El indicador de pendiente mide la evolución de la línea de regresión de una serie de precios. Es un oscilador de momento, y nos ayuda a medir la dirección y fuerza de una tendencia.
Dicho esto, el indicador de pendiente realmente tiene utilidad cuando se combina con otros indicadores como una media móvil. El analista técnico Andrew Thrasher escoge la media exponencial de 13 semanas para compararla con el indicador de pendiente.
Como vemos en el gráfico adjunto, cuando el indicador de pendiente cae por debajo de la media de 13 semanas adelanta caídas en los índices generales. En el S&P 500 este escenario se ha producido en cuatro ocasiones anteriores desde 2007, y en todas ellas hemos visto correcciones en el indicador.
Bien, pues este cruce bajista se ha vuelto a producir en el S&P 500, lo que podría anticipar, si cumple como en ocasiones anteriores, caídas de importancia en el mercado de valores de EE.UU.
Recordemos que el patrón histórico de final de año indica que desde mediados de diciembre a mediados de enero, las bolsas presentan su mejor comportamiento de todo el año. Por tanto, tenemos dos indicadores en principio fiables, cuyas conclusiones son contrapuestas. ¿Cuál será el acertado?