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De nuevo, nerviosismo

Álex Fusté, economista jefe
por Observatorio del Inversor de Andbank Hace 8 años
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Esta última caída en el precio de las commodities (y particularmente del crudo) está acentuando el nerviosismo de un mercado que, o bien no acaba de entender las razones de estas caídas, o bien empieza a ver efectos colaterales derivados (como una espiral de defaults dentro del mundo HY en USD. Básicamente extractores que financian sus perforaciones con deuda HY y que a precios más bajos difícilmente podrán sobrevivir).

El equipo está valorando el peso de estas empresas dentro del universo HY, pero de momento, con nuestro target central de 40$, muchos de estos “swing produces” podrían aguantar, según nos comentan.

A partir de aquí, solo cuatro cosas importantes que debemos saber:

1. Las caídas en el crudo responden a desarrollos por la parte de la oferta, y no a un deterioro de la actividad global. Algo importante a estas alturas. Básicamente, las caídas responden a la incapacidad de la OPEP de fijar un nivel formal de producción. ¿Por qué? Ya comentamos en su día que Irán, y otros productores, tendrían que luchar duro para colocar toda su capacidad. Una lucha que se da en forma de arañar cuota y precio. ¿Qué idea debemos sacar de esto? La caída del crudo (y otros commodities) no son un signo de que la economía global se dirige a una recesión. Fin de la historia.

2. Otra cosa importante es que los precios del crudo no debieran caer mucho más ya que se espera un recorte de producto por los países no-OPEP, y las estimaciones de actividad en 2016 (PIB y demanda global), son mejores que las de 2015. Por ahí también debiéramos ver un factor de calma en el crudo (y el resto de mercados).

3. Por otro lado, deben ustedes conocer algunos de los efectos positivos de un petróleo bajo. Por cada $10 de caída en el crudo, se origina una transferencia de renta de los países productores a los países consumidores equivalente al 0.4% del PIB mundial. Más importante aún, dado que los consumidores netos de energía tienen una propensión marginal a consumo mucho mayor que los países productores (y no me pregunten por qué), pues más renta en manos de los primeros resulta en un ejercicio neto muy positivo para el PIB mundial. Recuerden los 34.000 mill de barriles producidos al año que les he comentado infinidad de veces. Como la caída ha sido de US$60 en el crudo, se origina una transferencia del 2.4% del PIB mundial. Unos US$2trn de transferencia a países en los que la velocidad del dinero se acerca a 5 (cuando esa velocidad en los países productores no pasa de 3). ¿Eso es bueno o malo? Saquen sus propias conclusiones.

4. Debemos atender a algunas evidencias. Por ejemplo, la caída del crudo lleva dándose desde mediados de 2014, por lo que muchos de los efectos colaterales deberían haberse dejado notar ya. Por ejemplo, la actividad de perforación (drilling) en USA ya hace un tiempo que colapsó (y con ello, la inversión en el sector). Sin embargo, no se ha traducido en un empeoramiento generalizado en esta economía.

De hecho, sigue bastante fuerte. En economías como la eurozona, tradicionalmente un retroceso en el crudo se transforma rápidamente en un repunte en la actividad. Tras considerar todo lo anterior, y habiendo escuchado a algunas voces más competentes que la mía, tengo la impresión de que, como casi todo en este mercado distorsionado, los temores desatados tras el hundimiento en algunas materias primas son exagerados.


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