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Cuando la cabra vuelve del monte

por Vindicator Hace 9 años
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Llevamos años diciéndole a nuestros próceres que dejar la renta disponible de los ciudadanos reducida a su mínima expresión, no es otra cosa que generar miseria. Hemos criticado hasta la saciedad el aumento impositivo de diciembre de 2011, como una de las causas del aumento desenfrenado del desempleo. Les hemos dicho que una economía sin crédito no puede funcionar, porque es como un árbol sin savia, y a esto hasta ahora no nos han hecho mucho caso.

Pero lo importante es que el íbice que estaba en las cúpulas nevadas, al final se ha dado cuenta de que la hierba crece en los valles, y ha decidido dejar de ser tan obcecado como la cabra que es. El dinero donde mejor está es en manos de los ciudadanos, y no sólo porque son los que deben tener la libertad de elegir en qué lo gastan o en qué lo ahorran, sino porque cuando el dinero se mueve genera IVA e IRPF para las arcas públicas, casi sin que los ciudadanos se den cuenta. Cuanto menos dinero hay en el sistema, menos se recauda, y si no que se lo digan a Arthur Laffer, asesor de Reagan en una de las etapas más exitosas de la Economía USA.

Y esta vez, hasta lo están haciendo medianamente bien, ya que era preciso evitar las asimetrías de las rentas del alquiler de cara a los propietarios, que prácticamente no pagaban, y había que evitar que se utilizara el despido en la última etapa profesional para pagar cuantiosas cantidades exentas de tributación a los directivos, en lugar de que esperaran a la jubilación. También era preciso reducir el límite de las aportaciones a planes de pensiones, ya que poder aportar 12.000 € netos cada año, quedaba sólo al alcance de rentas altas, y bajarlo a 8.000 € resulta más acorde con la realidad social de nuestro país. Eliminar el mínimo exento de 1.500 € en dividendos es también adecuado; el que tenga rentas de sus acciones que pague por ellas.

Sin embargo, no falta el toque populista, como la exención de tributación por plusvalías para las daciones en pago y las acciones procedentes de las participaciones preferentes. En el primer caso, es difícil que se obtengan plusvalías en la venta de un inmueble que ha perdido por término medio un 30% desde que se compró, por lo que sería muy raro que las hubiera; y en el segundo caso, después de las quitas producidas, que las nuevas acciones de los bancos intervenidos dupliquen su valor es bastante difícil, amén de que en cuanto la gente vea que recupera la mayor parte de lo que invirtió, lo que harán será convertir las acciones en liquidez, porque no tienen acciones porque hayan querido, sino porque les han obligado a ello.

Y por último, lo peor de todo, la curva de cinco tramos del IRPF. Volvemos al encefalograma plano. Va creciendo hasta los 60.000 €, y a partir de ahí, todo el mundo paga el 47% en 2015 y el 45% en 2016, o lo que es lo mismo, una pareja de profesionales que trabajen y que entre los dos ganen más de 60.000 €, tributan al mismo marginal que el Sr. Botín ganando todos los millones que gana, amén de que todo lo que vaya vía dividendos de acciones, tributará al 23%, menos de la mitad que las rentas del trabajo.

La verdad, no sé por qué se gastó dinero y esfuerzo en la denominada Comisión de Sabios hace unos meses, si al final, no se ha tenido en cuenta nada de lo que han dicho (afortunadamente, en algunas de sus conclusiones). Necesitamos que con tranquilidad y olvidándonos de las elecciones, se haga un análisis de “filosofía fiscal”, y que se busque cuál debe ser el equilibrio adecuado entre las diferentes fuentes de ingresos: rentas del trabajo, rentas del capital, rentas inmobiliarias y rentas de actividades económicas. Y a ser posible que el análisis lo hagan técnicos y economistas independientes (prefiero no hacer comentarios sobre la afiliación de los integrantes de la Comisión de Sabios), de tal manera que se consiga un modelo estable al menos para los próximos diez años.

No se pueden estar cambiando las reglas del juego a los ciudadanos, en función de lo que le convenga al Gobierno en cada momento. ¿O alguien se cree que esta rebaja impositiva habría venido si no llega a ser por la debacle electoral del mes de mayo? El Sr. Rajoy y su equipo están muy tocados. Si el PSOE bajó del 38% al 23%, el PP bajó del 44% al 26%, que es todavía peor. Sin embargo, en el PSOE ha dimitido hasta el apuntador y en el PP dicen que “han ganado las elecciones”.

En cualquier caso, vamos a apoyar al Gobierno en esta la primera buena decisión que ha tomado, y que supondrá el, 12,5% de reducción de impuestos directos sobre las familias, del cual, y suponiendo que todo ira a incrementar el consumo, supondrá la recuperación directa del 21% vía IVA, es decir, un 2,62%. El resto, 9,88%, debería venir por la vía de la eliminación de deducciones a las que antes hemos hecho referencia y por el lógico crecimiento de la actividad económica, derivado del aumento del consumo (más dinero, más capital, más trabajo, que diría Hjalmar Schacht en su libro de 1949).


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