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¿Es hora de apostar por el dolar?

por descuentos Hace 1 año
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Desde hace años, el dólar ha sido un activo refugio y una forma barata de financiar los riesgos. De ahí la conocida correlación entre la divisa y los riesgos globales: el dólar sube cuando los riesgos aumentan y bajan cuando éstos disminuyen. Pero algo extraño está pasando en los últimos días: la economía de EEUU no ha caído por el abismo fiscal, y las últimas actas de la Fed sugieren que 2023 puede ser el comienzo del fin del Quantitative Easing. Ambos acontecimientos significan menores riesgos y cabría esperar una caída del dólar en consonancia. Sin embargo, éste ha subido. No lo bastante para despertar los apetitos de los técnicos, pero sí suficiente para llamar la atención. 

Es posible que los inversores no confíen en los últimos acontecimientos políticos en Washington. No obstante, en ese caso las bolsas habrían caído con contundencia. Por el contrario, han subido y la medida más habitual del miedo (el VIX) ha bajado. 
 
Así que hay algo más. Tenemos dos candidatos: las expectativas de política monetaria y el estado de los balances financieros. EEUU, mejor de lo esperado Crece el sentimiento de que la EEUU norteamericana tiene una base más sólida de la esperada hace unos meses. 
 
Es el mensaje de las últimas actas de la Fed, que abren el debate sobre si el QE terminará en 2023. Además, se espera que tanto Europa (incluyendo Gran Bretaña) como Japón relajen aún más sus políticas monetarias en los próximos meses. Si es así, los llamados carry trades (tomar dinero prestado en una divisa barata para invertir en otras con mayor rentabilidad) tendrán razones para emigrar del dólar hacia el euro y el yen. Y eso es alcista para el billete verde.
 
Cabe preguntarse si no habría llegado el momento de que un dólar más fuerte recompense a una economía, Estados Unidos, que está claramente por delante de sus competidores en la reducción de la deuda del sector privado (incluso el sector financiero) y la mejora de su balance. ¿Por qué ahora y no antes? Apostar por la subida del dólar ha sido desde 2009 un continuo dolor de cabeza para los inversores.
 
La razón es que, cada vez que los alcistas estaban dispuestos a comprar, la Reserva Federal (y otros bancos centrales) minaba las esperanzas del mercado con políticas poco ortodoxas. Como hemos dicho antes, esta vez puede ser diferente. Japón ya nos ha abierto el camino.
 
Argumentos bajistas
 
Los escépticos afirman que, una vez más, los alcistas se llevarán una decepción. El argumento es que la consolidación fiscal acaba de empezar en EEUU mientras que ya está en marcha hace tiempo en Europa. En consecuencia, las expectativas de crecimiento serán relativamente más débiles en EEUU y la Fed mantendrá el QE. Eso sugiere un dólar sin rumbo definido. Es cierto, pero no basta para contar toda la historia.
 
Los economistas norteamericanos sostienen que el sector privado está ahora en una mejor situación financiera para absorber el endurecimiento fiscal sin cortar el crecimiento. Si eso resulta cierto, el dólar se fortalecerá en los próximos meses. No hay duda de que este argumento es vulnerable. Pero es a lo que están apostando los alcistas. Y merecen atención.


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