La batalla comercial entre Estados Unidos y China no parece enfriarse tras la última jugada de Washington contra el gigante tecnológico chino Huawei. Huawei ha estado en el centro de las actuales fricciones comerciales entre EE.UU. y China, con el arresto en diciembre del director financiero de Huawei, Meng Wanzhou, y con la advertencia del gobierno de Trump de veto del equipamiento 5G de Huawei por preocupaciones en materia de seguridad. La semana pasada, Donald Trump emitió una orden ejecutiva comprometiendo a los Estados Unidos en una emergencia nacional sobre seguridad en la información, en virtud de la cual el departamento de comercio incluyó a Huawei y a 70 empresas afiliadas en una lista de amenazas a la seguridad nacional.
Google respondió poco después bloqueando el acceso de los teléfonos inteligentes de Huawei a parte de sus apps. Los usuarios actuales de Huawei recibirán parches de seguridad y acceso a algunas applicaciones, pero podrían quedar totalmente excluidos cuando se lance el nuevo sistema operativo Android más adelante este mismo año. Además, Qualcomm, Xilinx y Broadcom también dejarán de suministrar Huawei con su hardware, mermando la capacidad de Huawei para distribuir internacionalmente su 5G. Esto es la señal del inicio de una Guerra Fría en tecnología. El gobierno chino todavía no ha tomado represalias por las actuaciones contra Huawei, pero la respuesta será seguramente proporcional.
La cadena global de distribución, bajo ataque
En este contexto, estamos asistiendo a una reconfiguración del comercio mundial tal y como venía funcionando desde la II Guerra Mundial. La Organización Mundial de Comercio (WTO) se ha visto sometida a presiones por la amenaza de Trump de retirar a Estados Unidos de esta organización a menos que se cambien los términos; Washington también ha bloqueado nombramientos judiciales en el organismo de apelación de la WTO.
La próxima reunión del G20 en Osaka incluía una agenda específica en relación con la WTO y el comercio mundial, pero con la escalada del conflicto comercial entre EEUU y China la atención estará totalmente centrada en el rumoreado encuentro entre Trump y el presidente chino Xi Jinping. La estimación de la CPB sobre el volumen del comercio mundial ha caído un 3,5% desde octubre de 2018, lo que supone el mayor descenso desde 2008: el comercio mundial se frena por un empeoramiento de la actividad económica y por la fricción derivada de los aranceles aduaneros.
Las empresas estadounidenses con una exposición significativa de sus ingresos a China continental y Hong Kong son las que se enfrentan a un mayor riesgo bajista por cualquier escalada adicional en la guerra comercial. En el muy corto plazo, Apple es un candidato muy probable para una represalia directa desde Beijing a causa del veto del gobierno de EE.UU. a Huawei. Apple obtiene en torno al 20% de sus ingresos (52 mil millones de USD en el 2018) de esa región, y por tanto tiene mayor exposición nominal que cualquier empresa de EE.UU.
La siguiente tabla muestra las 33 compañías con mayor exposición a China.
Aparte de los riesgos bajistas directos para las empresas de EE.UU. con exposición a China, ciertos sectores como los de semiconductores, automóviles, transportes, acero, químico, aeroespacial, electrónica y textil son los más vulnerables a las perturbaciones en la cadena mundial de distribución. Los inversores deberían comenzar a valorar en qué medida son sensibles sus carteras a las perturbaciones en la cadena mundial de comercialización.
Minerales raros
China dispone de una “opción nuclear” contra los EEUU, ya que controla el 85% del sector de los minerales raros. Los minerales raros son cruciales en electrónica (baterías recargables, teléfonos inteligentes, convertidores catalíticos, imanes, iluminación fluorescente, etc) y en defensa (gafas de visión nocturna, armas con guía de precisión, equipamiento GPS y otros similares).
Al controlar el 85% de la producción mundial, China podría provocar perturbaciones graves en la economía y el ejército de Estados Unidos restringiendo el acceso a los minerales raros. Quizás las tensiones ya estén ocurriendo bajo cuerda, ya que la empresa australiana de minerales raros Lynas ha anunciado un emprendimiento conjunto con empresas homólogas radicadas en los EE.UU. para construir una planta de procesamiento en Estados Unidos. Esto demuestra que los EE.UU. ya están actuando para garantizarse el suministro de minerales raros teniendo en mente el escenario potencial más adverso.
Las bolsas emergentes están pidiendo a gritos que las vendan
Los mercados emergentes han caído casi un 10% en tan solo cuatro semanas, y nuestra expectativa es que esta tendencia empeore mucho más, dado el rumbo que están tomando los titulares sobre el comercio entre Estados Unidos y China. Nuestra visión en cuanto a la asignación táctica de activos es infraponderar los mercados emergentes. También parece que el mercado es poco indulgente con las exposiciones directas e indirectas a China, por lo que la mejor manera de expresar una visión negativa sobre el comercio es a través de acciones de los mercados emergentes, del KRW, el JPY, el petróleo y las acciones y bonos australianos.
Según Josep Mª Tacias, analista de Rentamarkets: la verdadera guerra comercial entre Estados Unidos y China está en el sector tecnológico.
China quiere dejar de ser la fábrica del mundo a bajo coste y la tecnología juega un papel muy importante en la transformación económica que pretende. El veto de Estados Unidos a Huawei (similar en cuanto a productos a un conglomerado parecido a la suma de Apple, Cisco y Qualcomm) y a 70 de sus filiales puede tener efectos muy negativos en las propias compañías estadounidenses del sector de semiconductores y componentes al ser proveedores de Huawei.
Asu vez, esto puede tener derivadas en otros sectores (automoción etc.). Sin que China haya tomado represalias, los efectos adversos ya se notan en la capitalización bursátil de las compañías tecnológicas a nivel global.
El 2020 año electoral en Estados Unidos, donde el presidente Trump deseará una economía fuerte y un mercado alcista puede ser la tabla de salvación a corto plazo, en una disputa que puede durar años.
Según Robert L. Horton de Lazard Asset Management, el mercado de internet es inmenso en China.
El acceso a internet sigue creciendo rápidamente y seguirá esta tendencia con el despliegue 5G. La mayor parte de las conexiones se realizan ahora a través de smartphones que, gracias al software de fuente abierta de Android, son más asequibles y al alcance de usuarios de mercados emergentes. Prueba de ello, el mercado chino contaba con 500.000.000 usuarios de internet en móviles en 2013, cifra que ha aumentado desde entonces hasta los 812.000.000.
La tecnología tiene una posición dominante en el índice de mercados emergentes. El E-commerce en países emergentes, con la introducción de smartphones Android en 2009, ha crecido 2 veces más que en Estados Unidos, posicionando a Alibaba por encima de Amazon en términos de turnover.
El mercado de internet es inmenso y en fase de crecimiento en China. Las tensiones comerciales en el sector tecnológico podrían afectar negativamente a compañías a nivel mundial.