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Todo lo que necesitas saber sobre los créditos rápidos

Dentro de los créditos rápidos podemos diferenciar entre los préstamos personales y los minicréditos exprés
por Préstamos Rápidos 10 min Hace 7 años
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Si has estado buscando financiación online durante la última temporada es probable que te hayas percatado de que existen una gran cantidad de entidades que están ofreciendo lo que se denominan créditos rápidos. No obstante, quizá aún no estés familiarizado con las características de este producto y no sepas qué son los préstamos rápidos exactamente y cómo funcionan. A lo largo de este artículo, vamos a hacer lo posible por explicarte en detalle las características y tipos de créditos urgentes que existen en el mercado.

De esa manera, y en caso de te estés planteando contratar uno, podrás elegir con el adecuado conocimiento.

¿Qué son exactamente los créditos rápidos?

Créditos rápidosSon préstamos al consumo que son comercializados mayoritariamente por empresas que captan a clientes y operan a través de Internet. La tramitación de estos préstamos tiene lugar de forma especialmente rápida. Según su tipología pueden ser aprobados y abonados en un plazo de entre 15 minutos y 48 horas.

Las cantidades son también relativamente pequeñas; si bien existe una horquilla muy amplia que oscila entre unos pocos euros y los varios miles de euro.

Los plazos de devolución son, por regla general, bastante breves. Ahora bien, los créditos rápidos más tradicionales se parecen bastante a los préstamos personales bancarios, dado que se establecen plazos de varios meses. Mientras que los minipréstamos son liquidados en apenas 30 días.

Finalmente, los intereses a pagar por estos préstamos suelen ser especialmente elevados. Siempre estan por encima de la media del mercado bancario y, a menudo, duplican en varias veces el efectivo solicitado en un primer momento.

Créditos rápidos y mini-préstamos

Una de las principales distinciones que debes conocer es al que se refiere a los préstamos rápidos frente a los minicréditos. Lo cierto es que, originalmente, las entidades de financiación online comenzaron a comercializar créditos rápidos. De hecho, en la actualidad siguen existiendo grandes entidades como Cetelem y Cofidis especializadas en la concesión de préstamos en periodos que pueden ser de entre 24 y 48 horas. Sin duda, se trata de una gran diferencia de plazos respecto a la banca tradicional.

No obstante, a lo largo de estos últimos años, han comenzado a proliferar entidades que ofrecen pequeñas cantidades de efectivo a devolver en plazos muy breves de tiempo. El gran aliciente de estos mini-préstamos radica en que el dinero puede estar en nuestra propia cuenta en menos de 15 minutos. De hecho, toda la consulta y tramitación online de la concesión del préstamo tiene lugar de forma automatizada.

¿Cuáles son las principales diferencias entre los préstamos rápidos y los minicréditos?

Las mayores diferencias radican fundamentalmente en los plazos de concesión y devolución, importes y condiciones previas establecidas. En lo que se refiere al mecanismo de tramitación, en ambos casos se ofrecen tanto alternativas online, como telefónicas y, habitualmente, son bastante ágiles.

Como mencionábamos hace un momento, los plazos de concesión de los préstamos urgentes oscilan entre las 24 y 48 horas. Mientras que los minicréditos se aprueban en cuestión de minutos. Los plazos de devolución también son proporcionales en ese sentido. Los créditos rápidos plantean amortizaciones en varios meses. Algunos permiten periodos de varios años. Por el contrario, los microcréditos suelen tener que devolverse en cuestión de días y hasta un máximo de 30 o 60 días.

Los importes son también algo distintos. Los minipréstamos exprés raramente superan los 1.000 euros. Los créditos urgentes pueden llegar a alcanzar los 10.000 0 20.000 euros. En algunos casos incluso más.

Finalmente, en lo que respecta a las condiciones para su concesión, casi todos los créditos de este tipo son muy flexibles y no establecen grandes exigencias. No obstante, mientras que la mayor parte de préstamos urgentes suelen exigir algún tipo de justificante de ingresos, las versiones mini de estos productos de financiación no solicitan nada por el estilo. De hecho, han comenzado a proliferar alternativas para aquellas personas que figuren en los registros de morosos.

¿Vale la pena contratar un crédito rápido?

Si estamos hablando de las versiones clásicas de los créditos rápidos, es posible encontrar opciones muy competitivas que poco tengan que envidiar a los préstamos personales tradicionales. Esto incluye todos aquellos préstamos urgentes que ofrecen varios miles de euros a devolver en 6 ó más meses y cuyos intereses están por debajo del 10% TAE. El mayor peligro de estos préstamos radica en las penalizaciones en las que podemos incurrir en caso de que no paguemos las cuotas a tiempo. En esas circunstancias, donde el coste final puede superar con creces al que habríamos tenido que afrontar de contratar un préstamo con nuestro banco de siempre.

Sin embargo, cada vez son más los créditos rápidos y mini-préstamos que son ofrecidos en condiciones que bien podrían ser consideradas de usura. Hablamos de formas de financiación que establecen intereses del 400% TAE o incluso del 4.000% TAE. Lo cierto es que este aspecto pasa bastante desapercibido debido a que las cantidades que se prestan son bastante reducidas. De manera que aunque el interés pagado sea muy elevado, el impacto real sobre el bolsillo es más bien bajo. Ahora bien, si comenzamos a contratar varios de estos préstamos con múltiples entidades, el interés a devolver también se multiplica en términos absolutos y es cuando podemos encontrarnos con un serio problema.

Por ese motivo, podemos concluir que los préstamos rápidos y minicréditos exprés que más se comercializan actualmente sólo deberían utilizarse de forma excepcional y siempre para solicitar cantidades muy pequeñas. Bajo ningún concepto deberían contratarse varios de estos productos al mismo tiempo con el objetivo de reunir una elevada cantidad en efectivo, pues los intereses a pagar son demasiado elevados y los plazos de devolución excesivamente breve. En definitiva, si no tenemos una cantidad importante de dinero en efectivo ahora mismo, es poco probable que vayamos a contar con ella dentro de 4 semanas.


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