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“¿Y qué pasará cuando cierren el grifo de la Deuda? La economía apenas crecerá. Agitación social”

por La Carta de la Bolsa Hace 1 año
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Como hemos visto en algunos episodios este año y, los que seguirán, en EE.UU., en Europa (ya llega) y, en general, en el mundo global, los tipos bajos no durarán para siempre. Los Estados, gracias a la labor sin precedentes de los bancos centrales, se han endeudado hasta las cejas, pero llegará un momento, siempre ha pasado así, que el grifo de la deuda se va a ir cerrando y los tipos largos asomando la cabeza. Ya está sucediendo ¿Qué pasará a continuación? Todos, más pobres. La economía apenas crecerá algo y la agitación social se incrementará, ahora con el añadido de una inflación, que devora salarios y todo lo que se pone por delante. Ya hemos visto algaradas públicas y privadas, que aumentarán conforme pasen los días, semanas, meses y años. En las principales ciudades de España, en unas más que otras, abunda la suciedad, las aceras rotas y los parques desangelados. En muchas autovías, los baches proliferan y en otras tantas carreteras de segunda, hay huecos muy profundos, capaces de engullir un coche. Entre otros fenómenos, como la Energía, la cesta de la compra, la Educación, la Sanidad, la Vivienda. Y los bolsillos rotos.

Hay ciertas similitudes de la España de los 70 y la España actual. Llegué a Madrid a mediados de los 70 para estudiar Psicología. Hasta entonces había estudiado en un instituto de una provincia limítrofe. La duración del viaje a la capital del reino en un autobús destartalado era entonces de cuatro horas, en un recorrido que hoy no consume más de 1 hora y 20 minutos. Carreteras que serpenteaban para no invadir dominios y tierras de los más ricos, y llenas de hoyos, conducían a lo que muchos considerábamos el Paraíso: todo era bueno con tal de salir de un pueblo pobre, sumido en la pobreza, de una agricultura de subsistencia.

Amanecía Madrid, por aquel entonces, con luces parpadeantes y discontinuas. Pocos días después, descubrí que muchas farolas estaban en los huesos, con las lámparas rotas. Y así continuaron meses y meses, incluso años. Descubrí, al cabo de unos meses, que las aceras estaban llenas de agujeros y el pavimento de las calles muerto de asco. Los parques eran un peligro contrastado a partir del anochecer, porque no había luz ¿Pasos de cebra? No recuerdo que existieran en la cantidad ni en la calidad actual.

Paso páginas rápidamente me detengo en el boom de la construcción. La gente compraba pisos a pares, ricos y pobres. Aeropuertos zombis, autovías, autopistas de pago (quebradas) ¿Lo recuerdan? Hasta que llegó la Gran Crisis de 2008 y el castillo de naipes cayó con estrépito. Hay sectores, no obstante, que siguen erre que erre: pensionistas que quieren más, cuando deberían cobrar menos (no hay dinero y sí mucha deuda), que pagarán hijos y nietos; burbujas inmobiliarias generalizadas ¿Hacia otra gran Crisis que limpie el sistema de nuevo?

Ha llegado el final del ciclo de crédito de largo plazo. Los volúmenes de deuda viva (de particulares, empresas y gobiernos) son históricos y subiendo, mientras la economía y beneficios empresariales se enfrían.

Un combinado perfecto para hacer imposible, o muy difícil, atender el servicio de la(s) deuda(s). Perfecto para asistir a un evento de ajuste brusco, vía pinchazo de la burbuja de crédito.

Atender el servicio de la deuda cuando los ingresos se proyectan bajos e insuficientes no es posible, sólo será realmente difícil el mejor escenario y confiando en supuestos superpoderes de las autoridades, en la potencia de sus instrumentos y políticas para controlar la situación.

Desde hace años la dinámica de generar deuda para comprar crecimiento económico ha entrado en el peligroso círculo vicioso de la Ley de Retornos Decrecientes.

La capacidad de las autoridades monetarias para manejar la economía y finanzas está en duda, ha dejado de ser efectiva y es ahora de carácter más azaroso.  

Lacartadelabolsa


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