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¿Pulso económico? ya se ven muchos camiones y coches en autovías y carreteras ¿Hasta cuándo?

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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CARTA del 10-4-2012: "En el último mes he viajado a un pueblo de Cuenca en dos ocasiones por asuntos particulares y, además, a media mañana del viernes. El recorrido es de 160 kilómetros, de los que 146 kilómetros discurren por la N-III, quizá la autovía más saturada de toda la red de autovías españolas. Bueno, eso era antes. Ahora el panorama es diferente. En el primer viaje apenas vi camiones circulando. Pensé que era por las heladas. La semana pasada decidí contar los camiones. Sólo vi seis ¿Por qué esto? Porque el tráfico de mercancías es uno de los índice más fiables del pulso económico. En Estados Unidos, los analistas de Wall Street se fijan mucho en el tráfico ferroviario como indicativo del músculo económico. En España es el trasiego de camiones el que siempre nos ha demostrado la alegría o la tristeza económica. Un dato más. Pasado Tarancón, hay varios tramos de la autovía en obras: en ninguno de los viajes vi operarios trabajando. Fácil concluir que no hay ni un euro para seguir mejorando la red y que los tramos en obras se arreglarán cuando llegué el maná del cielo", me cuenta Carmelo Martínez, economista conquense afincado en Madrid. que añadía: "España está paralizada. Los muros económicos ofrecen grietas por todas partes. Algunos comienzan a desmoronarse, como los pequeños comercios. Otros ya se hundieron hace tiempo, como los miles de pequeños autónomos. Y lo que es peor, no hay expectativas de mejora. Por eso, cuando leo, escucho o veo en los diferentes medios de comunicación, que la Bolsa está barata, que ha llegado el momento de comprar, me sonrío y me digo a mí mismo: sí, la Bolsa está barata, pero aún lo estará más..."

CARTA DEL 6-11-2015 “La gente tiene ganas de hacer cosas, pero la Política los frena. No creo que el 20D joda las cosas” Hay más trasiego, que en los últimos años, en uno de los mejores restaurantes de carretera de la A·3. Hablo con el dueño de Economía, Finanzas, Impuestos y, claro, de Política. "Se ve una mejor disposición de fondo por parte de los clientes, que van aumentando poco a poco desde enero. Tenemos mejores registros que hace unos años. La gente aún se tienta el bolsillo a la hora de consumir, pero consume, que es lo importante. No hay la alegría de antaño, porque hay menos dinero disponible y sueldos más bajos, pero se va perdiendo el miedo lentamente. Todo el mundo tiene, tenemos ganas de hacer cosas. No hemos perdido la ilusión. Nos falta la fe, porque recelamos de la Política y de los políticos ¿Crees que volverán a joder las cosas con sus rifirrafes, insultos y mentiras? Considero que hay argumentos para la esperanza. Los bolivarianos de Podemos no son lo que eran. Tampoco los secesionistas catalanes, que con una mano piden más dinero a España y con la otra, dicen que se quieren independizar. Al final, el resultado de las elecciones del 20-D pueden deparar sorpresas agradables. No, no creo que se vayan a joder las cosas..."
 
LACARTA DE HOY: "sólo los mejores gurus y analistas del mercado han desenterrado el hacha de guerra y, en un manifiesto poco usual, recomiendan aborrecer las prácticas del pasado, las que aconsejan conducir con la ayuda del retrovisor. En términos económicos y bursátiles desprecian los datos y estadísticas que se publican cada día, porque, dicen, son agua de borrajas, datos pasados, que lejos de ayudar en la prospección del futuro nos pueden engañar. En el mismo acto, centran todos sus esfuerzos en la detección de los indicadores adelantados ¿Qué esconde este sortilegio? Miedo al futuro. Cunde la sensación de que aún queda por llegar la Gran Sorpresa negativa y que cuando llegue, si es que llega, se producirá con nocturnidad, premeditación y alevosía..."

"Dicen los más viejos y sabios del lugar que todos moriremos con las botas puestas, pero la Bolsa sigue, abre y cierra sus puertas todos los días. El tren del mercado no se detiene. Los pasajeros tienen la opción de seguir o de tirarse en marcha. Lo peor es correr detrás de la maquinaria. Son numerosos los bolsistas y especuladores a corto plazo los que reconocen en los últimos meses que se han quedado cacareando y sin pluma, desplumados por el azar y el capricho del mercado. Cuando parece que los índices van a sucumbir, resuellan, sacan la cabeza. Y al revés. Sorprenden a unos y a otros, los cogen con el pie cambiado. Los que mejor han librado en este rifirrafe han sido los operadores e inversores con flema, los que se han quedado quietos. Los que siguen de huelga de inversiones caídas..."

"Resulta difícil, no obstante, aislarse de lo que sucede en el mercado. El contagio siempre termina llegando, tanto cuando los indicadores padecen la fiebre del alza, presa de la exuberancia, como cuando el pánico se generaliza. Pulsemos, así, la tecla inicial. Los sabios reniegan de los datos de hoy, porque, dicen, son los mimbres usados de ayer. Urge escrudiñar el futuro, examinar las vísceras del paciente para evitar sorpresas. Como he dicho el miedo es que nos sorprendan a todos con las botas cuestas..."


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