En este sentido, la más reciente investigación del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) concluye que el rendimiento asimétrico positivo del rey de los metales respalda su valor como un activo fuerte y confiable.
A pesar de la postura agresiva de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos para reducir la inflación, el oro continúa siendo una inversión atractiva, sentencia el jefe de investigación del WGC, Juan Carlos Artigas, en entrevista con el medio especializado en metales preciosos Kitco News.
Ojo aquí: el informe semestral del WGC prevé que el oro se mantenga relativamente estable en los precios actuales hasta finales de año, lo que representa una enorme oportunidad de compra en dólares.
No obstante, cortesía del inflado “superpeso”, quienes tienen en sus manos la oportunidad de toda una vida para hacerse de oro a precios de remate son los inversores.
Artigas menciona que los inversionistas –como suele ocurrir en estos casos– se encuentran en modo de "esperar y ver", tratando de evaluar el impacto de las políticas monetarias agresivas de la Reserva Federal en la economía global. ¡Gran error! Los precios actuales deberían mover a todos a comprar para promediar precios más bajos y ampliar así sus ganancias, pero es una minoría la que lo hace.
Si bien los temores de recesión se han postergado, el especialista señala que aún no se han descartado por completo del mercado. Y esto precisamente respalda la importancia de que los inversores mantengan una asignación de oro en sus portafolios como una protección contra posibles riesgos económicos y eventos desconocidos, pues en este espacio advertimos una probabilidad de recesión del 100 por ciento durante los próximos dos años.
También tome nota de que el informe del WGC destaca el sólido desempeño del oro en la primera mitad del año, pues a pesar de una venta reciente que llevó los precios por debajo de los 1,950 dólares por onza, el metal ha superado –como le digo– a los bonos y al efectivo en términos de rendimiento.
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