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"Los corretajes o ingresos por intermediación se hunden. La Industria de la Bolsa, obligada reconvertirse…"

por La Carta de la Bolsa Hace 6 años
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Toca reconvertirse, a unos de una manera y a otros, de modo diferente. Nadie nos salvamos de la reconversión. La Bolsa, la intermediación financiera ve como los ingresos se hunde. O, simplemente, no hay ingresos. Reconvertirse o morir. Hablo con F.C. jubilado. Estuvo al frente del despacho de un famoso Agente de Cambio y de Bolsa durante 30 años y, finalmente, en un banco de inversión: "La Bolsa ya no es negocio para nadie, ni para los que intermedian ni para los que invertimos. Los corretajes o ingresos por intermediación cayeron a plomo hace años. Los agentes se devoraron entre sí. Luego llegó la Madre de Todas las Crisis y a muchos nos dejaron cacareando y sin pluma, huyendo como el perro con el rabo entre las piernas. Por eso, las cuentas de resultados de estas sociedades tienen cada vez más telarañas. Por eso, los bancos venden gestoras y sociedades de inversión" y añade: "Emigrar o morir. La Bolsa ya no es negocio ni para los profesionales del corretaje ni para los inversores. Son las máquinas las que juegan, de acuerdo con programas informáticos de última generación. Mi reputación era excelente. Algunos de mis amigos me envidiaban. En el ascensor, incluso me reverenciaban los más necios. Traje impoluto. Ni un kilo de grasa. Bien afeitado. Bien hidratado. Más de doce horas al día de trabajo. Muy bien pagado ¿Éxitos en las operaciones con mis clientes? Los mercados, ya sabes, son muy difíciles de entender, muy difíciles de aventurar. Es decir, resultados humildes cuando la Bolsa sube mucho y muy malos, cuando la Bolsa baja..."

"Lo correcto en mi antiguo banco de inversión era seguir la corriente de los demás, hasta el extremo de copiar al pie de la letra los informes de estrategia y de situación de las grandes bancos, de las firmas de análisis relevantes. Eso pasó a la historia. La banca de inversión ha muerto, bien porque los reguladores la han aniquilado, bien porque los clientes desconfían, salen corriendo de este tipo de banqueros como el gato que huye escaldado ¿Qué hacer? O te aclimatas, emigras o mueres. Ahora, con más de ochenta años cumplidos, más gordo y con traje usado mil y una veces busco otros acomodos, otros asuntos para no aburrirme y seguir vivo. Pero no los encuentro. Ni siquiera me cogen el teléfono. Tampoco leen mi currículo..."

Quedan muy lejos los tiempos de vino y rosas en los parqués de las Bolsas españolas. Salones de contratación inundados por volutas de humo. En el centro, la almendra donde lucían sus mejores galas los Agentes de Cambio y de Bolsa, aunque algunos nunca lucieron con estilo sus prendas. Estampas muy lejas, como lejanas las sabrosas comisiones (corretajes) por intermediar la compra-venta de acciones. Con la entrada en vigor de la Ley de Reforma del Mercado de Valores se produce un giro brusco, de 180 grados. La Globalización de los Mercados ha derribado fronteras y cambiado la surte de un sector, que otrora brindó excelentes dividendos. Hasta que todo el negocio montado alrededor del corretaje se ha ido al garete. Ya nadie paga por que le compren o vendan acciones, salvo los que trabajan por banco. La intermediación en Bolsa ya no es rentable. Sólo la Bolsa es rentable en sí misma: se puede ganar tanto si sube como si baja.

Un estudio elaborado por McKinsey para Financial Times revela que, a nivel global, los beneficios obtenidos por las gestoras de fondos tradicionales cayeron el año pasado un 2,9%, hasta los 66.000 millones de euros, a pesar de que el patrimonio gestionado aumentó en un 3%, hasta los 66 billones de euros. Y, lo que es todavía peor: la consultora alerta de que, en el futuro, se espera una caída de los beneficios aún más sustancial como consecuencia del crecimiento que está experimentando la gestión pasiva, el aumento de los costes que entraña cumplir con el nuevo marco regulatorio y unos mercados –tanto de renta variable como de renta fija- que tras el rally de la última década ofrecerán previsiblemente unas rentabilidades más modestas que en ejercicios anteriores, escribe Óscar Rodríguez Graña en Funds People. 

Los beneficios caen como resultado de mayores costes operacionales y la presión que existe sobre los ingresos dada la preferencia de los inversores por los fondos más baratos. De acuerdo con el estudio de McKinsey, los costes operacionales a nivel global se elevaron un 4,8% en 2016, mientras que los márgenes de beneficios –medido como ingresos netos menos gastos operativos- cayeron un 7%. Según cálculos de la consultora, en las gestoras europeas la reducción en los márgenes de beneficios el año pasado fue del 10%. “La presión en márgenes es algo muy real” -afirma a Financial Times Philipp Koch, responsable de la industria de fondos europea en McKinsey-, que tendrá consecuencias para el sector. Una de ellas será la continuación del proceso de consolidación que está atravesando el sector, con el surgimiento de más operaciones de fusiones y adquisiciones.

Fondos cada vez más baratos

Dada la gran competencia y el cada vez mayor interés de los inversores por las estrategias indexadas, la industria se está viendo abocada a abaratar el coste de sus productos. Los datos no dejan lugar a dudas. Según un estudio realizado por Morningstar en Estados Unidos, a cierre de 2015 el porcentaje de gastos totales (TER) medio ponderado por patrimonio (excluyendo fondos monetarios y fondos de fondos) fue del 0,61%, el nivel más bajo de la historia. En 2014 el porcentaje era del 0,64% y hace cinco años del 0,73%. Tomando como referencia un periodo de tiempo más extenso se aprecia que la tendencia en las dos últimas décadas ha sido de reducción ininterrumpida de las comisiones de gestión. Pero no sería la única medida en relación a las comisiones que las entidades estarían adoptando para ser más competitivas


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