La Regla de Taylor es una medida clave que se utiliza para proyectar la tasa de interés nominal que debería adoptar un Banco Central basada en los cambios en el crecimiento, la inflación, otras variables económicas y las expectativas alrededor de esas variables.

En el peor momento de la crisis financiera de 2007-2009, con los tipos de los fondos federales ya en el rango 0,00%-0,25%, la regla de Taylor sugería que la tasa apropiada era aproximadamente de -6%.

Para alcanzar una tasa negativa la Fed adoptó la QE, ya que aunque un banco central no puede alcanzar un objetivo de tipo de interés negativo a través de operaciones tradicionales, puede imprimir y comprar grandes cantidades de activos en el mercado abierto - y la Reserva Federal procedió para hacerlo.

Por el contrario, la regla de Taylor está proyectando ahora una tasa de interés objetivo en torno al 2%, pero la Fed continúa con la QE y presionando el tipo ajustado a la QE en alrededor del -5% (gráfico vía John Mauldin).