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Mercado atrapado en rangos: Deflación, Emisión y Colapso de Yields

por Mark Davies Hace 9 años
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Basta con observar el nivel de la 10yr yield en los principales soberanos del mundo como para reconocer el incomprensible entorno global en el que vivimos. Los principales bloques del mundo se ven afectados por un crecimiento endeble que a su vez se traduce en una amenazante presión deflacionaria que sigue justificando esta permanente estancia dovish tanto de USA, como de Japón y el BCE. Es interesante observar como en el último comunicado de la Fed consideramos al mismo como marginalmente hawkish sólo porque se mantuvo intacta la posibilidad de subas de tasas en la parte corta de la curva y la Fed se mostró un poco más optimista en su visión de la economía americana, aun cuando sabemos que cuando dicha suba ocurra la misma será insignificante y no cambiará en el mediano plazo la baratez con la que uno puede fondearse en la moneda americana. Cuando un dove (la Fed) se lee como hawk (la misma Fed) nos indica claramente un mundo en el que la herramienta monetaria ha ganado suma tracción y en donde la política monetaria heterodoxa no tradicional (en criollo, QEs masivos) se convirtió en la regla más que en la excepción.

Dólares, yenes y euros por todos lados y a mansalva intentando perdurar hasta quien sabe cuándo un entorno reflacionante que neutralice la clara falta de crecimiento global. Correcciones de corto plazo aparte, parecería que long équity en cualquiera de los tres bloques grandes (USA, Japón y Europa) sigue teniendo sentido, claramente basado en un aspecto estrictamente monetario sin demasiado contenido fundamental. En este marco, no parecería estar pasando demasiado luego de que el BCE anunciase su QE. Las principales monedas, con excepción del dólar australiano que ha estado bajo significativa presión recientemente, en la última semana han estado operando en rangos con un euro que parecería querer estabilizarse en la zona del 1.1230/1.1370 y un yen que no puede quebrar el 118.80.

QE aparte, parecería que el mercado de monedas no tiene demasiados drivers de corto plazo, con un Grecia que no tracciona por lo menos hasta ahora, para convertirse otra vez en un episodio de aversion a riesgo global. Sin embargo, la siempre latente amenaza de una corrección en el S&P en las próximas semanas seguirá siendo Grecia dependiendo de las decisiones que su nuevo gobierno tome en materia de deuda y política fiscal. Es cierto que una cosa era el evento griego en 2010 sin QE europeo y otra muy distinta es el mismo evento en pleno QE del BCE. Los pocos bears que todavía habitan este planeta están cansados de shortear un mercado que te baja un día para subir implacablemente durante semanas enteras. Los bears costosamente aprendieron desde la era Bernanke que en pleno QE, shortear termina siendo la peor de las estrategias a menos que se tenga un timing casi perfecto, lo cual es ex ante imposible.

Lo único que parecería haberle quedado a este mercado del lado pesimista es el “bear de corto plazo” definido como aquel sujeto sumamente valiente que abre un short intradiario y lo cierra en el día antes de que este mercadito reflacionante se lo lleve puesto a fuerza de liquidez, tal como viene siendo caso desde hace años, sólo interrumpidos por muy breves periodos de tiempo. Y acá quedamos entonces para un mercado de monedas y équity que en general ha quedado atrapado en rangos a la espera de la próxima historieta de corto plazo que nos lleve a otro lado, que seguramente vendrá. Específicamente en monedas no hay mucho más por hacer que jugar los rangos de trading que se vienen respetando en los últimos días. Específicamente para el euro y el yen tengo la clara sensación de que sigue teniendo sentido utilizar todo rally de ambos crosses como oportunidad de short frente a un long en dólar.

Germán Fermo, Ph.D.
Director, MacroFinance
Director, Maestría en Finanzas UTDT

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