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La demanda exterior ha amortiguado buena parte del ajuste de la demanda privada española  en los últimos años. Y esto no es una anomalía: el sector exterior suele actuar como motor de la recuperación en la parte más baja del ciclo bajista. Aunque el impacto positivo de la demanda externa neta ha sido mayor de lo esperado, reflejo sin duda tanto de las reformas emprendidas por el Gobierno y del esfuerzo hecho por la sociedad (trabajadores y empresas) por acomodarse a un escenario ciertamente complicado. Pero, es cierto, la Gran recesión ha tenido poco que ver con un perfil cíclico normal. La recuperación económica ahora tampoco lo está siendo.

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Y debo también admitir que era previsible un repunte más intenso de la demanda interna al inicio de la recuperación. Pensemos que el PIB ha retrocedido más de un 8 % en la Crisis, siendo la economía española una de las que más ha sufrido la infrautilización de la capacidad instalada que se estima entre 5/7 puntos.

Veamos algunas cifras: el ajuste de la construcción residencial (pero no sólo) explica en buena parte la caída del 40 % de la inversión, dejándola ahora apenas un 16 % del PIB; la caída promedio trimestral del consumo privado durante la Crisis fue de 0.3 %, una de las mayores de la zona EUR. Construcción y consumo privado explican en buena medida el fuerte ajuste de la demanda interna, que como podemos ver en el gráfico anterior, llegó a ser del 4 % anual en la segunda mitad de 2012.

La formación bruta de capital fijo,  estimada en ese 16 % del PIB,  ya está en línea con el promedio europeo. Algo claramente insuficiente en una economía como la española con una tasa de desempleo que sigue superando al doble del promedio europeo. De hecho, la inversión en bienes de equipo ha estado creciendo a ritmos del 10 % anual desde el Q4 aplicable tanto a la inversión en reposición como en capacidad para la industria exportadora (los flujos comerciales ya representan el 40 % del PIB).

Sector exterior, exportaciones….¿consumo privado?. Pero, en nuestro caso, la dinámica de la recuperación del consumo privado está siendo muy diferente. Claramente más rápida e intensa de lo esperado. De nuevo, miremos el gráfico anterior: ¿no perciben que hubo una contracción mayor de lo esperado en los dos últimos años que ahora se está revertiendo?  El consumo de bienes duraderos, que está siendo clave en la fortaleza ahora del consumo fue precisamente el que lideró su caída durante la Crisis. El descenso de este tipo de productos fue cercano al 30 % acumulado , cuando ahora es la clave para entender un crecimiento trimestral del consumo total del 0.5 % (0.8 % en la década anterior a la Crisis….eran otros tiempos). Al final, una contención del consumo de este tipo de productos que ahora parece intentar normalizarse. Pero, ¿se dan las condiciones para que esto ocurra? Y especialmente, ¿para que se prolongue?. Desde el fuerte aumento de las importaciones hasta el desahorro del sector y los indicios de endeudamiento no bancario. Seguro que la recuperación del empleo puede ayudar a hacer más coherentes estas cifras, aunque recordemos que más de la mitad de la creación de empleo durante el Q2 ha sido cíclica.

Imagen Nosotros mantenemos por el momento nuestra expectativa de un crecimiento este año del 1.2 % y del 1.6% para el próximo ejercicio.


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