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Nuestros números

por Citi Hace 9 años
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Este mes hemos mantenido el crecimiento mundial previsto del 3.1 %, pero elevamos marginalmente el dato esperado para 2015 hasta 3.5 %. ¿Les he sorprendido? No lo creo. De hecho, en estos momentos esto es algo ya habitual. Y me refiero a la coincidencia en las previsiones de crecimiento. Al menos para este año. ¿Y más allá? Bueno, ya saben que el futuro es incierto.

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En el gráfico de arriba podemos observar nuestras “discrepancias” en términos de crecimiento para 2014/2015 de los principales países. Positivas, como sería el caso de UK; negativas, especialmente para Brasil o Japón. Con todo, casos extremos cuando en el resto no estamos muy lejos del consenso del mercado. Y como decía antes, las discrepancias a nivel internacional frente al promedio son bajas. Excepciones, diría yo. De aquí pueden sacar todo tipo de advertencias y cautelas: exceso de confianza, de complacencia y hasta imponderables. En una reciente entrevista el responsable de estabilidad financiera (Departamento de asuntos monetarios) del FMI recogía alguna de estas advertencias al referirse al desplome de tipos de la deuda europea. Sí, todos pensamos que los mercados van muy deprisa con respecto al escenario macro. Pero, igual lo pensaba seis meses atrás y entre medias su mejora ha sido espectacular.

La clave, naturalmente, son los bancos centrales. Y a diferencia de lo ocurrido hasta el momento, con total coordinación en sus actuaciones, el futuro probablemente marcará divergencias que podrían condicionar si no la continuidad de la recuperación sí al menos la propia mejora de los mercados y estabilidad financiera. Me refiero, naturalmente, a las expectativas de que la Fed proceda a dar marcha atrás en sus medidas monetarias no ortodoxas frente  a la posibilidad de que el ECB proceda a utilizarlas. Baste decir que no espero que no espero novedades a corto plazo en ambos casos. Pero lo cierto es que los mercados siempre adelantan acontecimientos.

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En el gráfico de arriba podemos ver la evolución de la inflación anual del área EUR, comparándola con la evolución semestral anualizada y con la proyección (objetivo) a futuro que realiza el ECB. ¿No les parece un argumento poderoso para que el ECB proceda a aplicar un QE? Por no hablar de la presión de una moneda fuerte, del proceso de desapalancamiento, ajustes en la banca y finanzas públicas. Nosotros ya hemos asumido que este programa de compras de activos se producirá (hasta un 10 % del PIB europeo), aunque no lo esperamos antes del Q4. Entre medias, también hemos “actualizado” nuestras
previsiones al alza a medio plazo para el crecimiento de la eurozona entre 0.2/0.3 puntos y de inflación entre 0.1/0.2 puntos.

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Pero las decisiones de los bancos centrales no son los principales factores de preocupación. De hecho, dejando al margen los imponderables tipo Ucrania, hay otros dos factores de debate: China y la relación del comercio mundial/economías emergentes. ¿Qué en el fondo es el mismo? No estoy nada de acuerdo. Por un lado, está el riesgo que supone el elevado endeudamiento privado en China y la necesidad de que su economía se siga abriendo al exterior. Por otro, los ajustes pendientes en muchas economías en desarrollo, dificultados por el potencial de inestabilidad a futuro que supone la normalización monetaria desde Estados Unidos. En ambos casos hay un factor que ayudaría a matizar estos riesgos: la combinación de la aceleración de la recuperación de las economías desarrolladas y la mejora prevista para el comercio mundial. Pero, al menos por el momento, ni las importaciones de estos países están mejorando de forma clara y el crecimiento del comercio mundial se mantiene en el Q1 muy por debajo de lo esperado (niveles próximos al 3 %).

El escenario macro (que no de los mercados, al menos por el momento) sigue presentando importantes claroscuros. Es importante entonces entender la recomendación de los organismos internacionales, como ha sido hoy mismo el caso de la OCDE, para que los gobiernos mantengan el ritmo de reformas estructurales que afiancen la incipiente recuperación. No se trata de acelerar el crecimiento a corto plazo, como hacerlo más duradero y sólido. Al final, un cambio de prioridades de
política económica desde el elevado énfasis en la monetaria a otras de tipo estructural.

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¿Y los mercados? A corto plazo muy soportados. Y me refiero tanto a la deuda, especialmente europea, y a la renta fija privada. Pero es la inversion en bolsa la opción más recomendable a medio plazo, aunque el potencial de revalorización ya está totalmente condicionado a la mejora de los resultados. Commodities estables. Y seguimos viendo al EUR fuerte por el momento, aunque no esperamos que rompa niveles de 1.4 frente al USD.

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