Más allá de que el ciclo de 10 días del S&P 500 entró ayer de forma oficial en su fase descendente, el elemento que mayor interés me despierta al mirar el gráfico diario del índice norteamericano lo constituye la quietud de la onda sinusoidal, indiferente al nuevo mínimo marcado ayer por el precio.

Este comportamiento sosegado de la onda tal vez se explique porque ésta juzgue que el suelo natural del ciclo ya se ha formado. Eso sí, no me cabe la menor duda de que una extensión de la caída forzará a la onda a modificar su pronóstico sobre el suelo teórico (ST).

Por otro lado, el soporte situado entre 1.675,24 y 1.666,46 sigue sujetando al precio de forma brillante.

A todo esto, debo reconocer que me hubiese gustado ver ayer una divergencia alcista en el indicador de momento. Su ausencia no impide que el suelo del ciclo se forme ya. Sin embargo, su presencia siempre refuerza cualquier pronóstico.

Por último, se me antoja reseñable el desplazamiento de la línea horizontal cuya rotura al alza activaría la señal de posible conclusión de la fase descendente. Esa línea se sitúa ahora en 1.696,55.

Aprovecho la ocasión que me ofrece este informe para echar de nuevo un vistazo a la Línea Futura de Demarcación (LFD) de 40 días del S&P 500.

De una parte, en términos de espacio, el objetivo de caída proporcionado por esta herramienta técnica se localiza en 1.666,76, objetivo que podría considerarse alcanzando. De otra parte, en términos de tiempo, como la LFD formó ayer su techo, lo acostumbrado sería que el ciclo formase ayer mismo su respectivo suelo. Ahora bien, hasta que el precio no cruce al alza la LFD, no estará confirmada la formación del citado suelo.

Concluyo este informe refiriendo los últimos datos disponibles sobre alguno de los indicadores de sentimiento elaborados por Investors Intelligence. En primer lugar, la ratio de alcistas ya registra un nivel de optimismo sobresaliente, lo cual hay que interpretar como una señal bajista para el mercado.

En segundo lugar, el porcentaje de bajistas (mostrado en el gráfico de forma invertida) se encuentra en un nivel irrisorio, síntoma de la complacencia reinante entre los inversores, convencidos de que el mercado subirá indefinidamente. Este indicador, por tanto, también registra una lectura bajista para el mercado.

 Permanezcan atentos.