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El gráfico semanal: Después de la calma viene la tempestad

por Renta 4 Hace 4 años
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La fortísima sacudida de las Bolsas provocada por la epidemia del coronavirus ha llegado también, como no podía ser menos, a los valores que habían duplicado o triplicado su valor desde uno de enero, tales como Tesla o Virgin Galactic, a los que hemos dedicado recientemente nuestra sección semanal.

En ambos casos hemos visto caídas fuertes, en Tesla desde los más de 900 dólares por acción a los que llegó hace dos semanas hasta los 668 a los que cerró el pasado viernes, y en Virgin Galactic desde los 41,55 dólares que alcanzaba el pasado 20 de febrero hasta los 24,6 a los que cerró el viernes. Son caídas que podrían parecer oportunidades de compra, pero en ambos casos preferimos, por prudencia, seguir al margen.

El Gráfico que hoy presentamos bien podría parecer el de alguna otra compañía tecnológica cuyo precio se haya disparado, pero es el índice de volatilidad del Eurostoxx (VStoxx). Es decir, el equivalente al Vix americano, que se suele considerar como un indicador del miedo y que, como se ve en el gráfico, se ha disparado en las últimas sesiones. En cierto modo, los inversores han despertado súbitamente de ese plácido sueño en el que habían entrado, y han vuelto a pensar que el riesgo no ha desaparecido y que no todo está perfectamente controlado por los Bancos Centrales.

Este comportamiento de la volatilidad (Vix y VStoxx) sigue la misma pauta de los últimos años, a saber, largos periodos de tranquilidad, de calma extrema, que son rotos, de repente, por una fortísima explosión de pánico.

En febrero de 2018 esa explosión vino provocada por la subida del tipo del bono del Tesoro americano a diez años por encima del 3%, en diciembre de 2018 fueron los temores de recesión global los que encendieron la mecha, y ahora, en febrero de 2020, ha sido la epidemia del coronavirus la que ha provocado un ataque de pánico entre los inversores, al pensar, no sin cierta razón, que si el contagio adquiere una dimensión mayor, podría conducir a un escenario de recesión global ante el que los Bancos Centrales poco pueden hacer.

En anteriores episodios, como los ya citados, la volatilidad extrema ha sido pasajera y, en poco tiempo, los mercados han vuelto a la normalidad. En esta ocasión y dada la causa del brote de volatilidad (el coronavirus) no podemos asegurar que vaya a ser así, aunque lo normal es que, si la propagación del virus se empieza a controlar, las cosas vuelvan a su ser.

No obstante, tras un 2019 inusualmente tranquilo en nuestra opinión cabe esperar un 2020 mucho más movido, en el que veamos episodios algo más recurrentes de volatilidad, incluso aunque finalmente llegue a controlarse, como cabe esperar, la actual epidemia.

En este sentido, la llamada a la calma siempre es necesaria, pero conviene recordar a los inversores, y es la lección que nos deja este brote epidémico y su aparatoso impacto en los mercados, que el riesgo siempre está ahí, por mucho que algunos traten de convencernos de lo contrario. Y que por tanto actuar con cautela y en base a los fundamentales sigue siendo más necesario que nunca en este siglo XXI que acaba de empezar.

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