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Los alimentos y las bebidas no alcohólicas tiran hacia abajo de los precios

por CapitalBolsa Hace 10 años
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La deflación es la nueva palabra "de moda", después de la prima de riegos ahora toca hablar de lo que puede suceder si España se ve en un escenario deflacionista. La cuestión es que la deflación, en si misma, no es mala si acontece en una economía que está en equilibrio. El hándicap español radica en que nuestra economía no está, ni mucho menos en equilibrio, sino intentando superar una crisis profunda que entre otras consecuencias, ha dejado a seis millones de personas en el paro. La deflación es una caída de los precios que en una primera lectura podría parecer beneficioso para todos los bolsillos, o es el primer pensamiento que se le puede ocurrir a un consumidor. Sin embargo, en un escenario como el nuestro, la deflación podría ser muy perjudicial y llevarnos a un escenario como el que ha vivido Japón. Es como una escalera de caracol, si algo está barato pero sigue bajando yo no voy a comprar a la espera de que baje más. Si baja más es porque cuesta menos fabricarlo y para abaratar costes ya sabemos lo que hay: reducir salarios, recortar empleo, decrece el consumo... Y por si fuera poco la deuda sigue engordando, se deprecian los precios pero no la deuda.

Japón pasó la década perdida en los 90 pero aun a día de hoy lucha por salir de la deflación. Y lleva más de veinte años en esta batalla.... Es muy prematuro hablar de un escenario deflacionista en España, pero todos los titulares en los medios económicos ahondan en esta dirección. De momento lo que hay en firme es un dato de IPC negativo en el mes de octubre por primera vez en la historia, pero es una décima lo que han caído los precios y los expertos recuerdan que el año pasado la subida del IVA se trasladó precisamente a este mes, con lo que podría ser una caída coyuntural comparativa con 2012. Para hablar de un escenario deflacionista tendríamos que vivir tres meses de caídas de precios en firme porque una décima no es tampoco para echarse las manos a la cabeza. 

No es únicamente España la que está viviendo esta situación, en Europa hay más países que están viendo que  la sombra de la deflación es alargada. Las divergencias entre los expertos surgen porque hay quienes dicen que el BCE ha acometido una bajada de tipos sorpresa en noviembre por este punto y están los analistas que mantienen que no ha sido ésta la razón. Sea como fuere, la teoría dice que si el precio del dinero está más barato es un apoyo para luchar contra la deflación. Aún no es momento de echarse las manos a la cabeza, pero sí de vigilar hacia dónde va el IPC y concretamente el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas porque son los que más han tirado hacia abajo de los precios. En once de las 17 autonomías españolas los precios han entrado en el terreno negativo, veremos qué pasa. 


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