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Agencias de rating ¿Quién está detrás de sus decisiones?

El poder de tres compañías
por CapitalBolsa Hace 10 años
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ImagenSon como los árbitros en un partido de fútbol, a veces aciertan, otras veces fallan, no siempre gustan a los inversores… Pero son los que toman las decisiones. Así sucede con las Agencias de Calificación crediticia, son ellas las que ponen la nota al riesgo de empresas y países y nadie más que ellas. De hecho, aunque existen más de 70 en todo el mundo, son tres las que marcan las reglas del partido: Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch. Según opinan, el efecto en los mercados es inmediato, ahora bien, es curioso que lleven la batuta de la orquesta cuando han demostrado en más de una ocasión no estar al tanto de la realidad o si lo estaban, mirar para otro lado. Tiren de hemeroteca si no y busquen el escándalo Enron porque ahí la compañía mantenía una buena calificación hasta que se descubrió cómo estaban sus cuentas o lo mismo sucedió con Lehman Brothers. El que fuera cuarto mayor banco de inversión de EEUU mantenía su AAA hasta poco antes de su caída. Así las cosas el inversor se pregunta cómo se mide el riesgo realmente y quién está detrás de estas agencias de calificación. Bien, pues se lo va a seguir preguntando…

Lo primero que hay que destacar es que las agencias de calificación son empresas privadas que no están controladas por organismos independientes ni adscritos a algún comité objetivo. Su accionariado es privado y curiosamente los mayores inversores están vinculados a estas tres examinadoras. 

Fitch por ejemplo  nació en diciembre de 193 de la mano de John Knowles Fitch. Un año después introdujo –según explican en su página web- “la ahora conocida escala de calificaciones de “AAA” a “D” con el objetivo de atender la creciente demanda de análisis independiente de títulos financieros”. ¿Quién controla el accionariado de esta agencia de calificación? The Hearst Corporation tiene el 40% de las acciones. Es una empresa dedicada al mundo de la comunicación, participa en revistas, periódicos, televisión por cable, negocios inmobiliarios. La parte mayoritaria, el 60% restante es de Fimalac una empresa que cotiza en la bolsa de París y que se dedica al sector inmobiliario, al de la comunicación y al industrial. Son los dos accionistas de la agencia de calificación Fitch. ¿Realmente se dejan de lado los intereses particulares cuando uno es dueño de una agencia de calificación?

En Moody’s la situación no es muy diferente, si bien su accionariado es más variado. El  11,3% de sus títulos están en posesión de Berkshire Hathaway, que tal vez así no le suene mucho. Pero su director ejecutivo es Warren Buffet, uno de los mayores gurús del mercado bursátil. Otro de los accionistas importantes es The Capital Group que así dicho tampoco tiene por qué sonarles. Sin embargo si decimos Rockefeller seguro que la cosa cambia. Bien, es esta familia la que está detrás del grupo. Por poner un ejemplo más, la gestora Vanguard Group también forma parte del accionariado de esta agencia de calificación. Es curioso que no vaya a utilizar su influencia en los títulos que ella misma compra. La última participación que ha ampliado en España es en Telefónica donde ya posee el 1,64% del capital de la operadora.

Standard and Poor’s tiene como principal accionista a McGraw-Hill, esta compañía dedicada sobre todo a las publicaciones educativas, tiene además intereses en otros ámbitos. Curiosamente su accionariado es en parte el de Moody’s: The Capital Gruop, Vanguard Group o BlackRock se encuentran entre sus accionistas.

Bajo el prisma del accionariado de las agencias de calificación y de los posibles intereses que supuestamente podrían encubrir, se han escrito multitud de libros tanto fuera de nuestro país como en España. El último lo firma el periodista Bruno Cardeñosa  para quien estas empresas son  una “estafa". Las críticas les llegan incluso desde ámbitos institucionales puesto que Europa ha expresado la necesidad en más de una ocasión de crear una Agencia de calificación en el Viejo Continente que tenga fuerza y poder como las norteamericanas, pero de momento Europa sigue bailando al son que marcan las tres agencias al otro lado del Atlántico.  

Las voces en contra de las agencias de rating son de lo más variopintas, incluso el FMI ha criticado su actitud, cuando rebajan la calificación de un país hacen un efecto dominó, tienen un “efecto de contagio” que puede tener como consecuencia que se “extienda la inestabilidad financiera”.  También la Unión Europea se ha mostrado crítica o incluso Alemania, pero… Parece que con la boca pequeña. En realidad los mercados se mueven si ellas determinan una rebaja de calificación. La memoria se torna débil y no recordamos cómo otorgaron la máxima calificación a las hipotecas ninja, a las hipotecas basura origen de la crisis financiera en EEUU. Se las critica pero son las que mandan. De momento. 


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