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"Fuera de la tecnología, estamos intentando evitar las trampas de valoración"

Katie Roberts, Encuesta a los CIOS de Fidelity
por LongShort Hace 3 años
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Ha surgido una gran cantidad de novedades en las políticas de las autoridades este verano. ¿Qué cabe esperar de los bancos centrales y los gobiernos este otoño? Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos Los enfoques variarán de una región a otra. En China, la política de las autoridades se centra en la fortaleza de la economía real, lo que incluye paquetes de reformas dirigidas a estimular el consumo interno y re posicionar las cadenas de valor. El banco central está desarrollando una política acertada e incluso ha endurecido las condiciones ligeramente en algunas áreas ante el aguante de la economía interna. En EE.UU., todo dependerá en gran medida de la esfera política, donde se acercan unas elecciones aparentemente reñidas. Un próximo paquete de estímulos requerirá ciertas concesiones y, en este sentido, los ciudadanos, el empleo y las finanzas públicas serán consideraciones de primer orden. En Europa, el apoyo está más dirigido hacia los ciudadanos, el plan de recuperación verde y un marco económico más sostenible.

En cuanto a los mercados, la atención se centrará en cómo se mantendrán las ayudas, cómo se retirarán y cómo se pagarán (o si se pagarán). Esperamos que las ayudas se mantengan en gran medida, pero que los estímulos sean más reactivos. El simposio de Jackson Hole ha confirmado la postura de la Fed en este sentido.

¿Podríais hablarnos de algunas tendencias generales que hayáis visto en la renta variable durante la temporada de resultados? Romain Boscher, CIO global del área de Renta Variable Los resultados de las empresas han sido accidentados pero las tendencias generales han sido positivas, a lo que hay que sumar un creciente optimismo. Los beneficios están recuperándose y superando las previsiones tanto en EE.UU. como en Europa. Las divergencias en el BPA también han explicado las divergencias observadas en la evolución entre los mercados y dentro de ellos. Por ejemplo, las cinco mayores empresas tecnológicas de EE.UU. tienen poca deuda y el crecimiento de sus beneficios ha sido mucho más fuerte que el del mercado durante la pandemia. Además, el mejor comportamiento relativo del “crecimiento” frente a la “infravaloración” también puede explicarse por el hecho de que los beneficios del primer grupo cayeron un 15%, mientras que los del segundo descendieron un 50%. Ello se refleja en el mejor comportamiento relativo de EE.UU., donde los beneficios cayeron menos que en el resto del mundo (los diferenciales de comportamiento se explican por la composición de las bolsas regionales).

Ya no vemos con tanta inquietud a las empresas de pequeña y mediana capitalización. Seguimos buscando calidad, pero sin perder de vista la valoración. Por ejemplo, las grandes empresas estadounidenses están caras frente a otras áreas de las bolsas mundiales. Así, existen mejores oportunidades desde la óptica del crecimiento a precios razonables en el sector tecnológico excluyendo EE.UU., como SAP, CapGemini y Prosys en Europa y TDK y Maritime Japan en Asia. En general, el estrecho liderazgo del mercado significa que es hora de diversificar y estamos sobreponderados en estas áreas, manteniendo al mismo tiempo una exposición más baja (aunque mantenemos algo) a los caros megavalores estadounidenses.

Fuera de la tecnología, estamos intentando evitar las trampas de valoración en sectores como los bancos, los REIT y los combustibles fósiles. Estamos más dispuestos a entrar en empresas que caen con fuerza si los balances son sólidos. Algunos ejemplos de acciones son Airbus y Ryanair, que en ambos casos presentan balances tremendamente sólidos. También estamos buscando precios atractivos en el sector industrial.

Después de la crisis financiera mundial la expansión de la oferta monetaria no provocó inflación. ¿Esta vez es diferente? Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos La diferencia fundamental es que la política fiscal también es expansiva en estos momentos, dado que los bancos centrales están financiando el gasto público comprando deuda pública. Después de la crisis financiera mundial la velocidad de circulación del dinero descendió por varios motivos y depende de si esa velocidad aguanta mejor esta vez. Eso dependerá de si los niveles de renta cuentan con apoyo y permiten que la demanda impulse la actividad económica.

 

No creemos que la política presupuestaria vuelva a la austeridad debido a presiones políticas y eso podría ser un factor clave para las perspectivas de inflación. Del mismo modo, algunos sectores han sufrido conmociones en la oferta, con hundimientos de la producción y la inversión en bienes de equipo, lo que podría provocar una inflación inducida por el alza de los costes que sería negativa. A más largo plazo, un factor clave será el nivel de apoyo que siga prestando la política fiscal. El grado en el que se mantenga el rigor fiscal y el límite a los déficits son cosas que tendrán que discutirse. Por ejemplo, ¿habrá un giro hacia políticas de renta básica universal?

Los mercados nos están diciendo que habrá más gasto público y, en este sentido, las emisiones de bonos también muestran un crecimiento estructural. Eso está reflejándose en los mercados de renta fija, que están descontando una inflación baja a corto plazo, pero también la posibilidad de que la inflación suba a largo plazo, lo que se manifiesta en curvas de tipos más inclinadas con aumentos de los rendimientos en los vencimientos más largos.

¿Las empresas están modificando sus cadenas de suministro a consecuencia de la pandemia? Romain Boscher, CIO global del área de Renta Variable El coronavirus no fue el origen de esta tendencia, sino que ha sido el catalizador para acelerarla, pues lleva en marcha desde 2016 (cuando arrancó realmente el programa America First de Trump). Las empresas están tratando de conseguir que sus cadenas de suministro sean más resistentes y fiables. Lo anterior está adoptando muchas formas. Por ejemplo, en materia de sostenibilidad BooHoo ha sido criticada recientemente por no adherirse a un salario mínimo para sus trabajadores y por suministrar desde países como Pakistán.

Creemos que el énfasis en la sostenibilidad aumentará y han aparecido evidencias de que estas prácticas ya están repercutiendo en el coste del capital y la evolución en los mercados de inversión de estas empresas. Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos Algunos cambios han surgido desde una perspectiva de seguridad nacional, sobre todo a tenor de las demandas de capacidad de reacción de las empresas médicas/farmacéuticas tras la pandemia. Se han registrado algunas colaboraciones transfronterizas alentadoras, pero en general la actividad transfronteriza ha disminuido, comprensiblemente, debido a la pandemia.

En el futuro, esperamos que se preste más atención al acceso al mercado y la velocidad de comercialización dentro de las cadenas de suministro. Probablemente también se aceleren los movimientos hacia economías circulares más sostenibles, con aprovisionamiento local, así como la confrontación y el proteccionismo en el comercio exterior. Lo anterior se puede apreciar tanto en China, que trata de apuntalar su economía interna, como en EE.UU., que está empeñado en relocalizar las actividades de fabricación.

Las salidas a bolsas se mueven en mínimos históricos. ¿Os preocupa que las empresas puedan ser capaces de captar capital a través de las bolsas? Romain Boscher, CIO global del área de Renta Variable Las salidas a bolsa han caído un 50% interanual pero las ampliaciones de capital han crecido un 150%. Por lo tanto, todavía se puede confiar en las bolsas para captar capital. Junio fue un mes récord para las ampliaciones de capital.

En Fidelity, nuestros fondos de capital riesgo han podido participar en grandes emisiones que todavía no han sido admitidas a cotización como TransferWise, Farmers Business Network y Vestiaire Collective. Vamos ligeramente por delante en el proceso de OPVs desde el punto de vista del acceso y podemos trasladar estas ventajas a nuestros inversores.

¿Qué es lo que más os preocupa sobre los mercados y qué razones para el optimismo encontráis? Romain Boscher, CIO global del área de Renta Variable Mi mayor preocupación gira en torno a la identificación de niveles de valoración adecuados. La abundante liquidez ha provocado grandes discrepancias entre los precios de los activos y sus valores intrínsecos. Resulta fácil decir “esta vez es diferente” cuando se intentan determinar unos niveles de valoración adecuados, pero es que realmente lo es: los tipos de interés son bajos en todo el mundo en estos momentos y van a seguir así durante mucho tiempo. Incluso en Asia, países como Indonesia están anunciando programas de relajación cuantitativa. Eso significa que la diferencia entre el valor presente y futuro ha registrado un descenso estructural, lo que se ha reflejado en el comportamiento relativo de los activos de duración larga frente a los de duración corta (ilustrado en gran medida por la dinámica crecimiento-infravaloración). A su vez, esto está creando complacencia en los valores de crecimiento.

Andrew McCaffery, CIO global del área de Gestión de Activos Las tendencias de los mercados de renta fija están brindando indicadores sobre cómo podría cambiar el entorno. El entorno está haciendo que las bolsas sean muy sensibles a cualquier movimiento al alza de los tipos implícitos a largo plazo. Ahora que China está empujando el tipo de su bono a diez años por encima del 3% en un intento por atraer capitales, el statu quo podría ponerse a prueba pronto. La pregunta clave es: ¿A qué nivel la inflación pondrá a prueba los rendimientos (a la vista de los recientes anuncios de política monetaria de los bancos centrales)? Si la gente empieza a creer que los bancos centrales van por detrás de la curva en materia de inflación, el efecto sobre los mercados podría ser desproporcionado. Entretanto, los determinantes clave del sentimiento serán los enfoques del gasto público en el mundo y la reacción del billete verde. El comportamiento del mercado estadounidense es el mejor en décadas y la estabilidad continuada en los rendimientos de los bonos probablemente siga tirando al alza de los mercados.

 


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