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Cuando la cosa se complica, acudamos a los clásicos

por Carlos Montero Hace 4 años
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Leemos y escuchamos a muchos analistas predecir qué creen que pasará en los mercados en los próximos meses. Contestan a las preguntas sobre tal o cual valor, o sobre si creen que tal o cual nivel de precio podrá ser soportado. La respuesta más honesta a todas esas preguntas sería: “No lo sabemos”. En su lugar, todas las preguntas son respondidas con aparente seguridad. En este punto creo interesante recordar lo que dijo Warren Buffett ayá por 1966, cuando en los primeros seis meses del año el Dow Jones de Industriales cayó desde los 969 puntos a los 870 puntos.  

Algunos de los socios de Buffett le llamaron para preguntarle sobre la situación, y para darle sus propias opiniones. Buffett contestó así: 

“He recibido algunas llamadas de socios sugiriendo que ellos pensaban a principios de año que las acciones iban a bajar mucho. Esto siempre me planeta dos preguntas: 

(1) Si sabían en febrero que el Dow Jones iba a a caer a 865 puntos en mayo, ¿por qué no me lo hicieron saber entonces? (2) Y si no sabían lo que iba a suceder durante los tres meses siguientes a febrero, ¿cómo lo sabían en mayo? 

También hay voces después de cualquier disminución de cien puntos, que sugiere que vendamos y esperemos hasta que el futuro sea más claro. Permítanme nuevamente sugerir dos puntos:  

(1) El futuro nunca ha sido claro para mí (llámenos cuando los próximos meses sean obvios para usted, o, en realidad, las próximas horas); y (2) nadie parece llamar después de que el mercado haya subido cien puntos para centrar mi atención en lo poco claro que está todo. 

Si comenzamos a decidir, en base a conjeturas o emociones, si participaremos o no en un negocio en el que deberíamos tener cierta ventaja a largo plazo, estamos en problemas. No venderemos nuestros intereses en negocios (acciones) cuando tengan un precio atractivo solo porque algún astrólogo cree que las cotizaciones pueden ser más bajas a pesar de que tales pronósticos obviamente serán correctos en algún momento.  

Del mismo modo, no compraremos valores a un precio dado porque los "expertos" piensan que los precios están subiendo. ¿Quién pensaría en comprar o vender un negocio privado debido a la suposición de alguien en el mercado de valores? La disponibilidad de una cotización para su interés comercial (stock) siempre debe ser un activo para ser utilizado si se desea. Si se vuelve lo suficientemente tonto en cualquier dirección, lo aprovechas.” 

Lo que dice Buffett en estas líneas es una de las grandes verdades, y a la vez más ignoradas, del mercado de valores. En la Bolsa se compra y venden participaciones de negocios. Y es en base a eso sobre lo que tenemos que trabajar. Si el negocio es bueno, y creemos que lo seguirá siendo en el futuro, lo único que tenemos que buscar es un precio atractivo para sumarnos a él. Cuando las circunstancias del mercado, por factores endógenos a ese negocio, nos permiten comprar parte de grandes compañías a precios bajos, hay que hacerlo. 

 

Artículo original.


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