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“Liturgias, sortilegios y escopetas de feria. El futuro, con mucha frecuencia, será el contrario al que ahora les presentan”

por La Carta de la Bolsa Hace 4 años
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La Liturgia es el conjunto de prácticas establecidas, que regulan en cada religión el culto y las ceremonias religiosas. Las Bolsas y los mercados financieros tienen sus propias liturgias. Desde hace semanas leemos predicciones, informes y otros sortilegios más, esa atracción misteriosa e irresistible que producen sobre alguien los encantos de una persona o de una cosa. En este caso, las proyecciones de los grandes bancos de inversión. Es la hora, también, de las escopetas de feria, trucadas mil veces para que el feriante no se arruine con el juego y deje vacíos los bolsillos de osados jugadores. Muchos analistas bursátiles, nacionales e internacionales, se muestran incapaces de entender lo que ha pasado y de explicar lo que está pasando, pero azuzados por sus jefes, han invertido mucho tiempo en dibujar una bola de cristal con la que adivinar el futuro. Es la ceremonia de siempre, la que comienzan con los estertores de cada año y sigue con los balbuceos del siguiente..."

"Escuché una vez a uno de los grandes especuladores de la Bolsa, ya fallecido, que una de sus tareas principales en cada comienzo de año era establecer estrategias de sentimiento contrario, es decir, apostaba en contra de los pronósticos de los denominados expertos y analistas. Me dijo que una sabia y disciplinada actuación en Bolsa siguiendo estos parámetros le había reportado mucho dinero con el paso del tiempo. Hoy, no sé por qué, me he acordado de este gran especulador. Recuerde, en cualquier caso, que el futuro, con mucha frecuencia, será el contrario al que ahora les presentan ¡El futuro es indescifrable! ¡Y qué difícil es medir el tiempo, el día D y la hora H!..."

"La mayor parte de los actores bursátiles repasa estrategias con las que afrontar el año, que viene. Una de las conclusiones es el desencuentro entre todos, fenómeno que se repite hasta el hartazgo en los últimos cien años. No se trata de poner en la picota a los especialistas, pero sí­ recordar que el exceso verbal nos condena a todos, a unos más que a otros, más a los que están obligados a dirigirse a la parroquia todos los dí­as, que a los que divulgan sus ideas de manera pausada, con espacios prolongados en silencio, sin decir nada. Lo peor en esta disciplina es tratar de poner puertas al campo, de acotar los precios de las acciones, bien por asuntos fundamentales, bien por criterios técnicos o chartistas..."

"¿Y qué me dicen de los precios obtetivo? Dicen los viejos observadores que los precios objetivo nacen y mueren el mismo día de su publicación. Los valores sujetos a este fenómeno ya han intuido antes lo que se les venía encima, para bien o para mal. Es decir, hay apremio e intuición, porque las murallas chinas cayeron hace tiempo, como las de Jericó al ruido de las trompetas. El día de su divulgación aún desarrollan un recorrido cierto, tangible, pero es el último...".

"Y la vida de la Bolsa sigue. La recomendación de ayer es vieja hoy. Por eso los analistas van con la lengua fuera y cometen errores anacrónicos. Por ejemplo, recomendar fuertes compras y alzas de los precios objetivo cuando el precio de una acción ha superado el objetivo previo y, al revés, forzar la rueda a la baja cuando una cotización ha perforado niveles de resistencia establecidos antes con criterios técnicos, fundamentales o de cualquier otra í­ndole..."

(De la conversación mantenida con uno de mis gurús favoritos)

Lacartadelabolsa


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