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El mejor momento para un inversor será cuando tema que el cielo caiga sobre su cabeza

por Carlos Montero Hace 5 años
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“Sin duda el escenario actual da argumentos para el pesimismo”, afirma Nicolás López de M&G A.V., y a mi entender tiene razón. Aunque matizaría que señales de preocupación ya daba la situación económica desde hace meses, lo que pasa es que había que atreverse a comentarlas.  El nivel de incertidumbre económica, geopolítica y financiera, es tan elevado en estos momentos, que es difícil anticipar un escenario en el que todo cuadre para que los inversores vuelvan a los activos de riesgo con decisión. Y sin embargo, precisamente esa incertidumbre y pesimismo es la principal razón para el optimismo. 

López afirma: Unos mercados bajistas, la economía en desaceleración, la guerra comercial entre China y EEUU, los problemas políticos en Europa y el resto del mundo, etc., configuran un escenario de máxima incertidumbre. Sin embargo no podemos perder de vista que las Bolsas llevan cayendo mucho tiempo anticipando estas incertidumbres. Los niveles de valoración de las Bolsas son actualmente muy bajos en Europa y han llegado a niveles bastante razonables en EEUU. 

 En nuestra opinión, la “caída de EEUU” es la pieza final que faltaba para completar un proceso correctivo importante y sentar las bases de la próxima recuperación. Se trata de que en algún momento los mercados puedan volver a confiar en que estamos en una desaceleración temporal y no en el inicio de una nueva Gran Recesión. Es difícil saber cuánto tiempo puede faltar para llegar a ese punto pero no sería la primera vez en que al confirmarse el escenario temido, en este caso la desaceleración en EEUU, los mercados hacen suelo al poco tiempo impulsados en primera instancia por el cambio de expectativas sobre los tipos de interés. 

Finalmente, la Bolsa norteamericana se incorpora a la corrección general de las Bolsas mundiales. A principios de 2016, tras la fase correctiva de 2015-16 enmarcada en la crisis del petróleo y países Emergentes, se inició una fase alcista en las Bolsas mundiales. El Ibex fue de los primeros índices en hacer techo, en la primavera de 2017. Otros índices europeos aguantaron un poco más, hasta finales de ese año. La Bolsa china mantuvo un intenso ciclo alcista hasta enero de 2018, y finalmente la de EEUU fue prácticamente la única capaz de mantener las subidas durante buena parte de 2018.  

En definitiva, desde mediados 2017 hemos asistido al inicio de una importante fase correctiva de forma escalonada en los diferentes índices bursátiles mundiales. El último en caer ha sido el de EEUU que desde el mes de octubre se ha unido al resto de índices con una gran intensidad como queriendo recuperar el terreno perdido respecto al resto.  

Ahora mismo, por tanto, nos encontramos en una fase bajista sincronizada en los principales índices mundiales. En nuestra opinión esto más bien nos acerca al fin de la corrección en la medida en que finalmente se está produciendo el inevitable ajuste en una Bolsa norteamericana que llevaba muchos años sin una caída de estas características. Una señal positiva en este sentido es que en las últimas semanas los índices europeos y la bolsa china han aguantado relativamente mejor las intensas caídas en EEUU. En las cercanías ya de los mínimos de 2016 creemos que su recorrido a la baja ya es limitado desde estos niveles y la cuestión es ver hasta dónde tienen que caer los norteamericanos para completar su corrección y permitir una recuperación sostenida de las Bolsas mundiales. 

(…) El mismo comportamiento que hemos descrito para los índices bursátiles se está produciendo en los indicadores económicos. Mientras Europa llevaba ya desde principios de año en una clara desaceleración, la economía norteamericana había mantenido a lo largo del año un elevado ritmo de crecimiento superior al 3% anual. Esta semana, sin embargo, se han publicado algunos indicadores que por primera vez empiezan a señalar una posible pérdida de intensidad en la economía norteamericana. El índice ISM manufacturero cae inesperadamente en diciembre señalando el inicio de una desaceleración. Muchas desaceleraciones (1995, 1998, 2005, 2010, 2016) acaban en recesión y provocan simples correcciones en el mercado. A priori es imposible estar seguro de si vamos hacia una recesión o no, pero creemos que en la actualidad es poco probable que así sea. Creemos que la previsible desaceleración de la economía norteamericana, al igual que en el caso de Europa, es una vuelta a tasas de crecimiento acordes al potencial a largo plazo más cercano al 2% que el 3,5% a que ha estado creciendo este año gracias a los estímulos fiscales de la reciente reforma. 


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