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Metal pesado chino: Cómo podría Beijing usar las tierras raras para ganar a América

Al poner aranceles en estos materiales, vitales para la energía y la tecnología para la defensa, la Casa Blanca se encontraría que mete goles en su propia portería
por Metales de inversión Hace 5 años
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En un momento en que los Estados Unidos y China empiezan a imponerse aranceles mutuamente en decenas de miles de millones de mercancías comercializadas, América ha añadido en esa lista de represalias elementos que la hacen vulnerable: las tierras raras. La administración de Trump ha añadido las tierras raras y el cobalto a su lista de aranceles por represalia. Las tierras raras así como otros minerales esenciales, como el cobalto y el litio, son componentes de las tecnologías limpias, particularmente en los sectores de la defensa y la energía limpia. No está claro por qué se incluyeron las tierras raras, pero los Estados Unidos dependen en gran manera de China para obtener esas materias primas.

 

La Casa Blanca ha identificado correctamente el que América dependa de China de forma vulnerable, pero los aranceles en vigor solo limitarán más el suministro disponible para los EE. UU. En vez de eso, los Estados Unidos deberían diversificar sus importaciones de minerales desde otros sitios que no sea China, aumentar el abastecimiento mediante la producción doméstica y reducir la demanda a través de la inversión en alternativas y sustitutos de la tecnología que usa intensamente las tierras raras.

 

En 2011, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el organismo que planifica la economía de China, identificó el desarrollo de los elementos conocidos como tierras raras como un recurso estratégico. Cuatro años después, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información lanzó su plan quinquenal para las tierras raras, donde establecía unos objetivos de producción ambiciosos y de participación en el mercado de la industria nacional que debían alcanzarse para el 2020.

 

El interés de China en los minerales esenciales está ligado a una mayor ambición en el comercio internacional de la energía limpia. Casi todos los productos de la energía limpia – desde los paneles solares a los vehículos eléctricos – requieren una cantidad considerable de tierras raras, así como de litio y cobalto. Debido a la infinidad de beneficios que proporcionan estos productos, desde cero emisiones a la independencia energética, la demanda de tecnologías para la energía limpia va a dispararse en las próximas décadas: se espera que los países alrededor del mundo inviertan 8,4 billones de USD solo en energía eólica y solar para 2050. Para lograr esto, se añadirán 1291 gigavatiosde almacenamiento de baterías a la red eléctrica durante el mismo periodo. En otras palabras, el mercado internacional de hoy de energía limpiaes pequeño en relación con su potencial. China, que ya es el mayor fabricante de energía limpia del mundo, se prepara para el crecimiento del mercado. El gobierno chino pidió a sus fabricantes de baterías que doblasen su capacidad para el 2020 y empezasen a invertir en instalaciones de producción en el extranjero.

 

Al reconocer la oportunidad de controlar un mercado aun mayor, China invierte intensamente en el acceso a los minerales de tierras raras y monopoliza los materiales esenciales para el futuro del comercio internacional de la energía limpia.

Ya más del 80 por ciento de los elementos de tierras raras del mundo se extraen en China. Pero el gobierno chino no ha terminado – tiene una ambición mayor para las tierras raras. Para 2020, China quiere incrementar la producción de tierras raras nacionales en un 15 por ciento anual a la vez que disminuye la proporción de las materias primas primarias para la exportación del 57 por ciento al 30 por ciento. La intención de Beijing de controlar el flujo hacia fuera de las tierras raras crearía unos obstáculos que limitarían la capacidad de las compañías que no fuesen chinas de fabricar sus productos fuera de China.                                                                                  Como resultado del crecimiento a paso rápido del sector de la energía limpia, ya se espera la escasez de cobalto para principios de la década de 2020. Si se produce una escasez en cualquier mineral esencial, las firmas de energía limpia de China serán las últimas en sufrirlo a nivel mundial.   

La palabra “rara” en tierras raras es un término equivocado – aunque los elementos no son tan raros como los metales preciosos, puede ser difícil extraerlos y refinarlos  y suelen encontrarse en regiones inestables, lo que incrementa el coste. El abastecimiento de litio y cobalto, otros elementos esenciales en las baterías, que China espera también monopolizar, también está limitado y estos pueden ser difíciles de extraer. 

Además de reducir sus exportaciones de elementos de tierras raras y aumentar la producción nacional, China también compra el acceso a minerales esenciales fuera de sus propias fronteras, enfocada en metales como el litio, el cobalto, el níquel y el cobre – todos ellos elementos esenciales para la producción de baterías.

Mientras que China extrae la mayoría de las tierras raras del mundo, el país solo mantiene una tercera parte de la reserva restante y domina menos en la minería de otros minerales esenciales. China solo produce un 7 por ciento del litio del mundo, y tiene solo un 20 por ciento de las reservas recuperables. Beijing apenas tiene también un dominio poco firme en la producción de cobalto, que es más raro. Aproximadamente el 60 por ciento de todo el cobalto se extrae en la República Democrática del Congo, que posee la mitad de las reservas económicamente recuperables globalmente. De la misma manera, los países al sur y este de África ofrecen uno de los mayores potenciales de tierras raras. Al contrario que los EE. UU., China tiene menos dudas respecto a invertir en estas minas, en donde se ha descubierto el tráfico de seres humanos y la mano de obra infantil.

 

Para agravar esto, Tianqi Lithium, una empresa china importante, ha comprado activos de litio en el extranjero. La firma ya posee el 51 por ciento de la mina de litio de roca dura más grande del mundo en Greenbushes, en el occidente de Australia y actualmente ha invertido en una planta para convertir las extracciones de la mina en litio de un grado adecuado para baterías.

 

Tianqi también puja en estos momentos de forma agresiva por una compañía chilena, SQM, que ya produce más del 20 por ciento del abastecimiento del litio global y pronto podría cuadruplicar su producción. Juntas, las dos podrían tener el 70 por ciento del mercado de litio del mundo, de acuerdo con las estimaciones de la petición.

Será demasiado difícil para América mantener el acceso a los minerales esenciales de otros países. Si Beijing adquiriera primero con éxito estos recursos.

 

Mientras China ha avanzado rápidamente en su misión de dominar las tierras raras, los Estados Unidos solo se han vuelto más dependientes de la importación de tierras raras – en 2017 no se extrajeron en absoluto tierras raras en los EE. UU. y China suministró el 78 por ciento de las importaciones entre 2013 y 2016. Estos elementos son necesarios para fabricar no solo en las turbinas de viento y los paneles solares, sino también los misiles crucero y los aviones furtivos. Altos funcionarios de la administración Trump ya han resaltado la dependencia de los EE. UU. de las importaciones de los elementos de tierras raras. En su testimonio ante el Congreso  sobre las amenazas mundiales a los Estados Unidos, el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, hizo notar la necesidad de que los EE. UU. desarrollasen un método para reducir su dependencia. En una ocasión anterior, China redujo las exportaciones de tierras raras como método para conseguir influencia política. En 2010, China redujo sus exportaciones generales en un 40 por ciento, y embargó a Japón en medio de una disputa territorial. Al final, Japón cedió. La minería ilegal en China finalmente atenuó el embargo de Beijing, pero una segunda guerra comercial por las tierras raras sería probablemente más exitosa. El gobierno chino ha reducido la corrupción y ejercido un control más firme sobre las minas regionales, a la vez que ha mantenido una prohibición para la inversión extranjera en la minería de tierras raras.

Al poseer las reservas más grandes y baratas, China podría limitar artificialmente el suministro y subir los precios. Beijing podría lograr un papel clave en el comercio internacional de la energía limpia.

Dado que el uso de la coerción económica por parte de China con fines políticos y económicos continúa, los Estados Unidos deberían tomarse en serio su vulnerabilidad, ya que el sector de la energía limpia representa cada vez más a la fuerza laboral estadounidense, la economía y la producción energética.

La administración debería de escuchar a las asociaciones de comercios cuando piden que los materiales esenciales no se incluyan en la lista de aranceles. Además, China ha tomado una postura más firme contra la minería del carbón que refleja su liderazgo en el movimiento global de acción climática. Sin embargo, dentro de sus fronteras, China parece ser menos receptiva a las protestas locales de los residentes que viven cerca de las minas de tierras raras. Los funcionarios estadounidenses resaltan la hipocresía en los foros internacionales a los países deseosos de trabajar con China al considerarla líder en el movimiento climático.

El Congreso debería también actuar y aprobar la Ley de Tecnologías Avanzadas de Carbón y de Elementos de Tierras Raras, que asigna dinero al secretario adjunto de energía fósil para crear un programa que desarrolle unas técnicas de extracción y refinería avanzadas para hacer que más depósitos nacionales de tierras raras sean económicamente viables y para identificar y mitigar las interrupciones de la cadena de abastecimiento de tierras raras a nivel global. No obstante, el proyecto de ley debería también permitir al Servicio Geológico de los Estados Unidos que proporcionase una perspectiva sobre los abastecimientos nacionales de tierras raras y los puntos de vulnerabilidad.

En la economía de la energía limpia del futuro, los minerales críticos serán tan esenciales - y geopolíticos – como hoy es el petróleo. Para evitar cometer el mismo error dos veces, los Estados Unidos deberían de forma preventiva poseer su propia independencia en la energía limpia.


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