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Relación mercados bursátiles con gobierno demócrata o republicano

por Ismael de la Cruz Hace 6 años
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Cumplimos ya un año desde que Donald Trump ganase en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y pasase a ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Los mercados han tenido un comportamiento ejemplar, pero ¿tiene sentido?

He de reconocer que personalmente no creía que los mercados tuviesen un comportamiento tan alegre con el nuevo Presidente, pero la realidad es otra y es la que manda, sin excusas ni pretextos. Wall Street acumula en estos 12 meses bajo el mandato de Trump unas revalorizaciones muy atractivas, por ejemplo el Dow Jones un +29%, el S&P un +21,50%, el Nasdaq un +31%, sin olvidar que los tres marcaron varias nuevos máximos históricos.

¿Y cuáles son las razones de semejantes subidas? Principalmente cuatro:

- La buena marcha de la economía norteamericana.
- Las promesas electorales, fundamentalmente la ambiciosa reforma fiscal y las fuertes inversiones en infraestructura).
- El papel de la Reserva Federal.
- Los beneficios empresariales (están en máximos históricos).

Interesante el estudio realizado por SaxoBank: si cogemos un amplio periodo temporal (de 1930 a 2015), el índice por excelencia de Wall Street, el S&P sube un +11% en el primer año con un presidente demócrata, mientras que si es republicano el presidente cae un -1%. En el segundo año esta diferencia tiende a reducirse, y es en el cuarto año donde vemos subidas de un +10% con demócratas y de un +1% con republicanos. La razón de que generalmente el primer año con republicanos cae la Bolsa norteamericana obedece a que tienden a implementar políticas proteccionistas, cosa que luego más adelante tiende a compensarse un poco adoptando los republicanos medidas más pragmáticas.

También un estudio de la gestora Schroders refleja que en un espacio temporal amplio (de 1936 a 2007) el S&P se ha comportado mejor cuando el presidente es un demócrata. Y este mismo estudio habla también de los sectores, siendo los más favorecidos por demócratas las empresas de biotecnología, industriales y el sector salud, mientras que los favorecidos por los republicanos serían el sector farmacéutico y las aerolíneas (los más perjudicados las industrias de la bebida, comida y restaurantes, por las restricciones que se quieren imponer a la inmigración).

Todo ésto habría que relacionarlo con la pauta estacional del ciclo presidencial, una tesis enunciada por Yale Hirsch en el año1967 según la cual, durante la segunda mitad del ciclo presidencial estadounidense las bolsas suelen comportarse mejor, ya que el gobierno, independientemente de que sea republicano o demócrata, intenta promover medidas fiscales para estimular el crecimiento de la economía. De esta manera, los dos primeros años no suelen ser muy buenos, incluso el segundo año suele haber recortes fuertes (cuando estos no se producen, sobre el final del tercer año suele haber recortes importantes), y en condiciones normales el tercer y cuarto año son positivos. Los datos históricos arrojan los siguientes números: durante el primer año de la elección de un presidente, el rendimiento promedio del S&P entre 1936-2007 fue de un +5,6%, en el segundo año fue de un +9,75%, en el tercero año fue de un +20,3% y en el cuarto año fue de un +12,9%.

¿Qué causas o motivos hay detrás del fundamento de la pauta estacional del ciclo presidencial? Pues que los dos primeros años de gobierno se tiende a implementar las medidas digamos más impopulares, y durante los dos últimos años, debido a que las elecciones están más próximas, el presidente necesita que su popularidad se incremente, por lo que se tiende a adoptar medidas más del gusto de los ciudadanos, puesto que éstas serán las que tengan más en la mente a la hora de votar.

Bueno, la verdad es que este primer año del republicano Trump ha roto literalmente ambos estudios, pero en defensa de ellos hay que decir que es que hay varias particularidades, entre las cuales una resalta y mucho sobre el resto: el hecho de que los mercados confiaban que Trump aplicase sus promesas estrella este primer año o a lo sumo el segundo año (reforma fiscal y reforma infraestructuras), cosa que los presidentes suelen ir retrasando para aplicarlas el tercer y cuarto año, para de esta manera, como les comenté anteriormente, cuando lleguen las siguientes elecciones, el presidente que aspira a ser reelegido cuenta con la baza de que los electores tienen reciente en sus mentes el cumplimiento de las promesas anheladas.


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