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"Analistas con la lengua fuera. No se preocupe, porque casi siempre se equivocan…"

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"Caen chuzos de punta sobre la Bolsa española. A medida que los valores se hunde más, mayor es el cúmulo de recomendaciones de venta y de revisión a la baja, claro, de precios objetivo. Febrero está loco, por eso es febrerillo el loco, unas veces por mucho y otras, por poco. La mayor parte de los actores bursátiles repasa estrategias con las que afrontar el año. Una de las reflexiones de moda es el desencuentro entre todos, fenómeno que se repite hasta el hartazgo en los últimos cien años. No se trata de poner en la picota a los especialistas, pero sí­ recordar que el exceso verbal nos condena a todos, a unos más que a otros, más a los que están obligados a dirigirse a la parroquia todos los dí­as, que a los que divulgan sus ideas de manera pausada, con espacios prolongados en silencio, sin decir nada. Lo peor en esta disciplina es tratar de poner puertas al campo, de acotar los precios de las acciones, bien por asuntos fundamentales, bien por criterios técnicos o chartistas. La moda de los precios objetivo, en definitiva, murió hace tiempo, porque los expertos van con la lengua fuera. El burro y la zanahoria. En épocas de turbulencias, como las actuales, el desajuste es mayor. Por eso, en nuestra gestora recomendamos calma. Ver y esperar. Por fortuna, los analistas fallan más que las escopetas de feria: han hundido los precios objetivo de la Bolsa española de tal manera, que en muchos casos es imposible, técnica y fundamentalmente, que eso vaya a ser asi", me dice el CEO de una importante gestora, entrado en años y con muchas cicatrices de otras tantas heridas sufridas en la guerra de los mercados.

"El repaso de precios objetivo desconcierta a todos, porque los mercados desarrollan sus movimientos a velocidad de vértigo. El factor psicológico, el estado de ánimo de los inversores, copiarse los unos a los otros, el contagio, no han encontrado la pócima milagrosa que los inhiba. Además, los mercados no cierran sus puertas en momento alguno, ni siquiera los festivos. La globalización alcanzó hace mucho tiempo a la intermediación. Los valores líderes cotizan en las principales Bolsas del mundo y favorecen el arbitraje, que es una manera de distorsionar los precios. Por eso, las estrategias duran poco, apenas superan las veinticuatro horas....", añade.

"Dicen los viejos observadores que los precios objetivo nacen y mueren el mismo día de su publicación. Los valores sujetos a este fenómeno ya han intuido antes lo que se les venía encima, para bien o para mal. Es decir, hay apremio e intuición, porque las murallas chinas cayeron hace tiempo, como las de Jericó al ruido de las trompetas. El día de su divulgación aún desarrollan un recorrido cierto, tangible, pero es el último...", insiste.

"Y la vida de la Bolsa sigue. La recomendación de ayer es vieja hoy. Por eso los analistas van con la lengua fuera y cometen errores anacrónicos. Por ejemplo, recomendar fuertes compras y alzas de los precios objetivo cuando el precio de una acción ha superado el objetivo previo y, al revés, forzar la rueda a la baja cuando una cotización ha perforado niveles de resistencia establecidos antes con criterios técnicos, fundamentales o de cualquier otra í­ndole...", remarca.

"Los precios objetivo han muerto ¡Vivan los precios objetivo! Todas las referencias, por nimias y simples que sean, siempre deben ser bien recibidas en los mercados, porque siempre hay un párrafo, una línea, una palabra o precisión en una recomendación que nos puede dar pistas. Para bien o para mal. Lo peor en este apartado es que el analista o experto sea el burro al que se le pone una zanahoria en la nariz para que siga adelante...", finaliza.


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